Hace siglos Tougo Sakamaki y el Señor de los Demonios sellaron a los primera sangre en su propio castillo dejándolos pudrirse poco a poco a través de los años. Esto, gracias a que eran los únicos (supuestamente sospechosos) de portar y ser el ori...
Una tarde soleada, lejos de la mansión Sakamaki, bajo un árbol se encontraba un niño con un tono peculiar de cabello naranja, estaba llorando. Cuando de repente una niña quien lo estaba buscando se le acerca sigilosamente.
-Shu...-dijo esta mientras se agachaba y le ponía una mano en el hombro, mirándolo con compasión.
- ¿Qué haces aquí Laena?- dijo Shu limpiándose las lagrimas con el dobladillo de su saco, vestía muy elegantemente para su edad.
-Te estaba buscando, no te iba a dejar solo- la niña de pelo negro le regalo una sonrisa.
-Seguro esa criada te estará buscando.- la miro con la cara ya seca pero roja de tanto sollozo.
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- Quiero estar lejos de ella un rato, no es mi madre como para seguirme todo el tiempo.- se miro el borde de su vestido, que era de un rosa pastel vintage, también vestía muy elegante.
-Entonces no hay que volver- dijo Shu mientras se levantaba y le daba la mano a Laena esta la acepto y se paro.- Escuche que hay un pequeño pueblo cerca ¿Quieres ir?- pregunto.
-¡Claro! Pero no hay que demorarnos demasiado ya ves como se pone tu madre si llegas tarde a tus clases.- respondió Laena mientras comenzaban a caminar.
Caminaron durante unos minutos hasta que se encontraron con lo que parecía ser el borde del pueblo.
-¡Mira Shu! ¡Un árbol de manzanas!- dijo la niña señalando un gran árbol cubierto de manzanas rojas- Hay que tomar algunas!- continuo diciendo y corrió hacia el árbol seguida por el otro niño.
-Están muy arriba no creo que alcancemos alguna- dijo Shu mirando el gran árbol.
-Vamos hay que saltar, ni tu ni yo podemos volar aun, así que hay que hacer lo posible, se ven muy ricas- dijo la niña sonriendo.
- ¿Volar? Que yo sepa ningún humano puede hacer eso...- Hablo un chico atrás de ellos.
-¿Quién eres tu?- pregunto Shu al chico de pelo cafe quien traía un gran palo y una canasta.
-Me llamo Edgar y vivo en el pueblo ¿Qué hay de ustedes?- respondió este sonriendo.
-Yo soy Laena y el es mi hermano mayor Shu!, un gusto Edgar- dijo Laena agitando la mano en forma de saludo.
-¿Para que es ese palo?- pregunto Shu señalado el largo palo que traía Edgar en una mano.
-Mi madre me a enviado por manzanas, y esto me ayuda a cortarlas, les puedo bajar algunas si me ayudan.- dijo sonriendo.
- ¡Si!- respondieron los hermanos al unisono.
- Bien, tomen esta canasta, yo tumbare las manzanas con el palo y ustedes las atraparan.
Laena tomo la canasta y Edgar comenzó a tumbar las manzanas, Shu trataba de tomar las manzanas con las manos pero algunas le caían en la cabeza, mientras que Laena miraba a las hojas del árbol, y se movía a donde caerían las manzanas.
