Mukami

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-¡Maldita sea!- dijo Ayato dejándose caer en el sofá.- ¡No esta por ningún lado!

Estábamos en la sala de la mansión, aparentemente intrigados por la repentina desaparición de Yui, yo me encontraba sentada en el sillón mas largo.

-¿A donde se abra metido la pequeña zorra?- pregunto al aire Laito.

-Tengo sed...- dijo Kanato casi en un lamento.

-¿Subaru no sabrás algo?-pregunto Laito.

-¡Es imposible que sepa algo!- respondió este con enfado.

-¡No puedo perdonar que la comida haga lo que quiera!- dijo Kanato.

-¡¿A donde se fue?!- hablo de nuevo Ayato- Laena, dijiste que la habías visto en las jardineras de las rosas ¿No sabes a donde fue?- me pregunto con mirada suplicante e irritada.

-Ya lo dije...- lo mire fastidiada- Estaba ahí pero no se adonde pudo haber ido.

-¿Por que no la dejan?- hablo Shu recostado en el sillón del fondo.-Ya volverá.

-Espero que así sea....- dijo Reiji cerca de la ventana con la mirada perdida.

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Salí de la mansión y me dirigía al cementerio. La noche era despejada y en el cielo nocturno se podían divisar las estrellas de la bóveda celeste. Me senté en una de las bancas de piedra delante de las lapidas con los nombres borrados.

Suspire, me sentía fatigada, aun tenia muy frescos los recuerdos de mi madre, pero me decía a mi misma que ya no importaba, también pensaba en las palabras de mi padre, creo que a veces simplemente pierde la cordura, no seria nuevo, después de todo eso les pasa a algunos de los inmortales mas viejos.

-Oh pero mira a quien tenemos aquí- dijo una voz aun lado de mi.-Ya no me sorprende encontrarte en el cementerio Laena...

-Laito...- pronuncie su nombre mirando al suelo.- ¿Qué pasa?

-Bueno... Sabrás que...- se sentó conmigo en la baca y tomo un mechón de mi pelo.- Tengo demasiada sed.- su mano toco mi hombro podía sentir su respiración cerca de mi rostro.

-Laito, yo...- lo voltee a ver- No me siento bien ahora, no puedo...- tenia que encontrar las palabras para decirle lo que pensaba de nuestra relación.

-¿Que tienes?-me miro intrigado y sonriendo- Puedo ayudarte a sentirte mejor si quieres- beso mi cabello.

-No...No puedo seguir con esto...-solté, él se separo de mi lentamente.

-Mmm ¿Sera por que tu sangre le pertenece a alguien más?- lo mire, me sonreía con ternura.- Shu es un idiota.

-Como lo...- no termine de pronunciar la frase.

-¿Como lo se?- rio- ¡Ja! Ustedes no son nada discretos, ademas de que es obvio el comportamiento de él es diferente al de siempre.- suspiro y miro las lapidas.- Hubiera querido que este juego durara mas...

-Siempre puedes buscar a Yui...- le dije sonriendo.

-Si...- me miro de nuevo- Extrañare tu sangre... Y tu cuerpo...

-Idiota- respondi divertida.

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Habían pasado tres días desde que Yui había desaparecido, no tuvimos ningún otro encuentro los cuatro tipos extraños de la otra noche. Estaba caminando por los pasillos de la escuela junto con Shu, ya que el chofer nos acababa de dejar en la puerta de entrada.

Diabolik Lovers °Con la sangre en los colmillos°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora