Escrudiño cada rincón del rostro de Charles, tratando de detectar en su rostro alguna señal de broma. No obstante, a pesar de su sonrisa, se mantiene serio. Me observa con fijeza, haciéndome entender que, a pesar de que no lo alcance a creer, lo que pasó fue real.
Parece que aún no puedo concebir la idea, pero una parte muy grande de mí pelea contra la duda. Yo misma he estado repitiendo en mi cabeza, desde que desperté, lo real que se sintió y lo mucho que pensé que ese momento fue real, porque lo parecía, y no cabe duda para eso.
Pero, entonces, si estuve en esta cama tantos días, ¿cómo es posible que haya pasado?
Él parece leer mi mente, porque inmediatamente contesta a la pregunta que ronda en ella.
—Porque no fue aquí —dice sin más, tomando mi mano.
Su respuesta me deja aún más dubitativa. ¿A qué se refiere con que no fue aquí?
—No en un mundo terrenal, me refiero. —Su sonrisa se hace más grande cuando toma mi mano y la acerca a sus labios, haciendo ademán de besarla. Sin embargo, no lo hace, no puede, y vuelve a mirarme nuevamente—. No todos los placeres son terrenales, Emma. Fue tu alma la que estuvo conmigo, no tu cuerpo.
Pequeños engranajes comienzan a hacer clic en mi mente, cuando poco a poco le encuentro sentido. Sin embargo, la duda continúa presente. No entiendo la muerte, y no entiendo cómo pude sentir todo eso tan real, si era mi espíritu el que estaba con él y no mi cuerpo.
—Pero ese momento no duró más de una hora, y estuve en esta cama por más de una semana. Recuerdo que ese instante comenzó un rato después de que todo se puso oscuro, y luego terminó antes de despertar. El tiempo no cuadra.
Él ríe, poniéndose de pie. El sombrero que había dejado sobre una silla está ahora en sus manos, dando vueltas sobre su dedo índice.
—¡Bienvenida al mundo de los muertos! —exclama con tono dramático, el cual no puedo evitar sentir gracioso—. Un mundo lleno de misterios, preguntas sin respuesta. Toda clase de cosas ilógicas que te hacen dudar de tu racionalidad. Pero sobre todo... —Se acerca nuevamente a la cama, alzando las cejas—, un mundo en el que no sabes ni dónde estás parado.
No puedo evitar reír ante su comentario, y él ríe conmigo. Ahora se coloca el sombrero sobre la cabeza, dando un tono aún más misterioso a la conversación.
—Un mundo en el que la noción del tiempo simplemente no existe. Una hora conmigo en el maravilloso limbo que, sin duda, jamás había disfrutado tanto. —Me observa con una mirada coqueta, que hace que el calor suba a mis mejillas—, fue, en realidad, sólo la media hora que estuviste muerta. Pero además de todo, logró ocupar tu mente por una semana y media, reduciendo esos once días a sesenta minutos. Que en realidad fueron... Bueno, treinta.
Siento como si alguien acabara de ponerme a prueba con un acertijo que no logro entender. No me cabe en la cabeza tal situación, en la que el tiempo parece ser tan extraño. Mi mente maquina de forma rápida, tratando de entender lo que Charles acaba de describir, pero tal descripción no puede hacer más que sorprenderme. Incluso él se siente confuso, frunciendo el entrecejo y mirando hacia otro lugar. No puedo evitar reír, el hombre que lleva muerto más de un siglo aún no logra entender la muerte del todo.
—Uno jamás termina de comprenderla, Emma. —Ahora su mirada y su tono de voz son serios—. He aprendido a llevarla de la mano, a convertir a la muerte en mi más cercana amiga, porque fue mi compañía por más de un siglo. Pero si prometiera develarte los misterios que esconde detrás, no podría. La muerte es tan cruel que, incluso cuando mueres, jamás te permitirá entenderla del todo.
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Desde hace un sueño (En físico en Amazon)
Romance*Ganadora Watty 2019, Romance*. Me enamoré de un fantasma. Emma se muda a una antigua mansión que ha estado abandonada por más de un siglo, en un pequeño pueblo inglés. Aquella casa guarda un pasado oscuro, aterrador; un pasado del que aún se murmur...