Capítulo 49: Culpa

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Nota: Subiré dos capítulos más, uno en la tarde y otro en la noche (hora Colombia). Disfruten <3

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Hace mucho tiempo no ponía un pie dentro de la biblioteca de Laketown, y continúa igual que siempre. Pequeñas lámparas en la pared desprenden una luz amarilla, cálida, que de alguna forma reconforta mi miedo. Tal vez lo único nuevo es la alfombra, roja con bordados dorados. Las estanterías de madera sirven de reposo para cientos de libros nuevos y antiguos; la recepción está algo desordenada, llena de papeles; y en una esquina puedo ver la mesa donde me senté a hablar con Charles cuando recién lo conocía. Aquellas primeras conversaciones siempre me llenan de alegría, recordarlas me hace sentir bien, incluso aunque no sabía verdaderamente quién era Charles, el misterio con el que me hablaba era a la vez intrigante y divertido.

Danielle guía a Neil hacia una de las mesas y le ofrece sentarse; aquella mesa tiene una pequeña lámpara de aceite en el medio, y algunos libros reposan sobre ella. Charles me guía hacia otra de las mesas, donde corre la silla para mí, caballerosamente. Se sienta al frente mío, y con su mano acaricia suavemente mi cabello. Al principio no puedo hablar, y siento las lágrimas secándose en mi mejilla. Él toma un pañuelo de su bolsillo y me limpia el rostro, con evidente preocupación en su expresión.

Siento algo de temor al pensar en decirle lo que sucedió, porque sé que me regañará. ¿Pero qué podía hacer? Existe algo que me atrae hacia ese horrible lugar, y estoy casi segura de lo que es. Hace mucho dejé de preguntarme sobre problemas existenciales; no sé si es el destino, energías, si la vida tiene poderes inimaginables. Pero desde que conozco a Charles aprendí una cosa importante: Hay que confiar en los instintos, porque a la final puede que sean más que instintos, y te guíen a cosas asombrosas. Así lo siento con la mansión Aldrich; bueno, no sé si llamarle "asombroso", pero debo entrar de nuevo.

Charles me observa con fijeza, y sé que está esperando a que hable. Sin embargo, no es necesario, porque Neil comienza a soltar la sopa con voz temblorosa.

—Emma me pidió que nos acercáramos a ese lug...ar —expresa, aún con el miedo en la garganta—. Y luego... luego vimos algo horrible: una sombra negra, maligna.

Por un momento me siento mal por haber guiado a Neil hacia allá. Ya es mucho pedir que me trajera a casa, y que examine los cuerpos junto con Abigail sin pago alguno, y lo mejor que se me ocurre es llevarlo a una mansión embrujada en medio de la carretera oscura.

Charles suspira al escuchar a Neil hablar, y puedo notar algo de rabia en su expresión. No estoy acostumbrada a verlo de esa manera. Se recuesta por completo en su silla y continúa observándome sin decir palabra alguna. Muerdo mi labio, ¿cómo puedo explicarle lo que sentí?

—Oye... —Me quedo callada, en verdad creo que está molesto.

Charles se pone de pie repentinamente, y sale de la biblioteca tan rápido como puede. Yo me quedo perpleja por un momento, y frunzo tanto mi ceño que me duele la frente.

Neil y Danielle también lo siguieron con la mirada cuando salió, pero luego Danielle comienza a hablarle a Neil nuevamente, intentando calmarlo y dejando de lado lo que acaba de suceder con Charles. Yo me pongo de pie, aún con las piernas temblorosas por lo que sucedió en la mansión Aldrich, y salgo de la biblioteca, tras Charles.

Al abrir la puerta, el confort y la calidez de adentro se ven interrumpidos por la corriente de frío que repentinamente me golpea todo el cuerpo. La pequeña calle apedreada brilla con la luz de la luna, y aunque está todo desierto, se ve demasiado hermoso. Laketown tiene esa magia: Parece un lugar de sueños, incluso aunque estés solo en la noche; no se ve terrorífico, sino todo lo contrario.

Desde hace un sueño (En físico en Amazon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora