— ¡Pelea, pelea, pelea!
En cuestión de minutos, los alumnos que quedaban dentro de la escuela y los que regresaban de sus entrenamientos fuera del edificio, se acomodaron en bola alrededor de los dos chicos que estaban a punto de partirse la boca; esperando una buena pelea, que les hiciera olvidar su cansancio por las actividades físicas.
Natsu intentaba quitarse a Lucy y Yukino de encima, quienes no querían soltarlo; alegando que se metería en un gran problema, que no era necesario pelearse con Sting. La chica de cabello blanco, rogaba a Natsu que no lo hiciera por ella, que se olvidaran del asunto. Lucy, en cambio, lo regañaba; diciéndole que si la involucraba en un solo escándalo, lo iba a patear en las bolas.
Sting, enfadado por lo mucho que tardaban, gritó:
— ¡Quítatelas de encima y ven aquí! —Apretó los puños, el aumento de su temperatura corporal, lo hizo transpirar. — ¡Después de lo que me hiciste el otro día, enfrente de todos, me diste tan duro que me dejaste inconsciente! ¡Idiota! ¡Eso me dolió mucho y quiero la revancha! ¡Te romperé el culo!
Todos, absolutamente todos los presentes, se quedaron en silencio.
Cinco segundos después, Sting, se dio cuenta de las horribles palabras; que se podían malinterpretar en más de cien formas distintas.
— ¡No! —Chilló, mirando a los espectadores. — ¡Me refiero a que él me golpeó en la cara y me dejó inconsciente! ¡No a otra cosa! ¡No piensen mal!
— Chicas —dijo Natsu—, vamos a casa.
— Sí —respondieron Yukino y Lucy, al unísono—. Vamos.Dieron la vuelta y se marcharon a paso rápido, ignorando los gritos de Sting.
— ¡No! ¡Natsu, vuelve aquí! ¡Natsu!
***
En el salón de música, Ren y Yume, hablaban sobre cosas sin importancia. Comían fritas y bebían jugo de mandarina. Ella, con un tanto de vergüenza, le contó el trato hecho con Anna y todos los detalles, respectivos al porque no estaba en una relación con Natsu; confesando que lo había rechazado y fingía no tener interés hacia él, esperando que terminara odiándola, para que así pudiera olvidarse de ella. Por siempre.
— Debes pensar que estoy mintiendo —dijo Yume, resoplando.
— ¿Por qué lo haría? —Preguntó Ren.
— Porque experiencias cercanas a la muerte, fantasmas, tratos con fuerzas más allá de la compresión humana... Suena como un fanfic malo, escrito por una mujer de veintiún años, con demasiado tiempo libre y un pésimo gusto a la hora de escribir.Ren rodó los ojos.
— Puede ser —admitió—, pero no sé por qué me mentirías con eso, o por qué rechazarías a Natsu si no hubiera un motivo tan fuerte detrás.
— Estuve en un psiquiatrico...
— Lo sé.
— ¿Eso no me da menos credibilidad?
— No conmigo.Él puso su mano sobre la espalda de Yume.
— Te creo, de verdad —aseguró—. No sólo porque me lo estés contando tú, sino porque la mujer que, supongo, es Anna Heartfilia está espiando desde la puerta entreabierta. Y ahora puso una cara de miedo. Seguro se pregunta cómo puedo verla. Eso no le interesa, pero quiero que escuche y responda: ¿Por qué el trato es tan injusto? Hay algo demasiado sospechoso en ello. No es un cambio justo. Se mire por donde se mire. Incluso si has vuelto a ver a Rina, no ha salido bien. Ella no quiere verte. ¿De que sirvió dejar el futuro feliz con Natsu, por un presente lleno de amargura? ¿Qué haría Natsu si se enterara de todo esto? A Anna no le conviene, por eso cada vez que tiene oportunidad, te recuerda que debes estar lejos de él... Hay algo muy raro en todo esto, así que si me equivoco, Anna, ¿puedes decirme en qué estoy errando? Porque hubiera sido muy fácil explicárselo a él; dejar que se despidieran apropiadamente y cada uno pudiera seguir por su lado; sin todo este sufrimiento de por medio. ¿Por qué no lo hiciste de ese modo, Anna?
Yume, sintiéndose más despierta que nunca, con todas esas preguntas rondando por su cabeza por primera vez; miró hacia la puerta del aula. Alcanzó a ver la cara de Anna y luego hubo un portazo. Escuchó los pasos alejándose rápidamente. Como si Anna hubiera olvidado por un momento, que se trataba de un fantasma y que podía aparecer y desaparecer a su antojo.
— Lo sabía —Ren suspiró, agarrándose la cabeza—. Hay algo que no te dijo. Se aprovechó de ti. ¿Sabes a dónde pudo ir?
Yume asintió.
— A mi casa...
***
¡Bueno, bueno, bueno!
¿Qué digo ahora? Sólo que: Me encanta reírme de Sting. Es demasiado homo para dejarlo pasar.Ah... Es un capítulo corto, porque soy fiel a mi costumbre de hacer algo corto, para introducir un nuevo argumento a la trama. Sí, todas las sospechas de ustedes y el que vieran extraño el intercambio, estuvo justificado. Son muy observadores.
Y en mi papel de autora de este fanfic, les digo este spoiler gigante para que se rompan la cabeza:
Ya tengo pensado el final.
¡Nos vemos en el próximo capítulo! ¡Muchas gracias por leer!
¡No se olviden de dejar sus estrellas y comentar!
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Tú y yo: La casita de Natsu (Cancelada)
FanfictionAhora, Natsu tiene un harem ya formalizado, lo que no significa menos problemas... Hay algo que no logra recordar y las flores de cerezo, parecen tener algo que ver con ello. (Segunda temporada de mi anterior fanfic).