Capítulo 38: Las flores más hermosas

94 11 12
                                    

02 de Junio, 05:33 PM.
Casa de la playa.

- Bien, nuestro regalo -dijo Erza, aclarándose la garganta.
- Es el ramo para Naomi-san -completó Yume-. Todas trajeron su flor favorita que les pedimos, ¿verdad?

Aglomeradas en una habitación de la casa, las chicas sacaron lo indicado, mirando entre sí las elecciones de las demás. Había muchos colores diferentes, pétalos ondulados y rectos; el ramo quedaría hermoso, se distinguiría de cualquier otro que haya existido. No cabía duda de ello. El verdadero problema, sería que como todos los demás, terminaría marchitándose y oliendo feo. Pero bueno, no podían pelearse contra la naturaleza, que siempre sabe lo que hace. O eso suele decirse.

- Una rosa roja -dijo Erza.
- Rosa rosada -Lucy la puso en la mesa.
- Rosa amarilla -Cana guiñó su ojo, aun con su botella de licor en la mano.
- Rosa blanca -Mirajane, la encargada de formar el ramo, iba juntándolas-. Bien, las que siguen, por favor.

<< Ahora entiendo lo que ella quería >> pensaron Minerva y Kagura, mirando discretamente a Ume, quien se mantenía de espaldas; haciéndose la desinteresada.

- Una margarita -Wendy se la dio a Mirajane, sonriendo tan linda como siempre-. Una vez, leí que está relacionada a la pureza e inocencia, así que pensé que sería adecuada para una novia que va a casarse.
- Naomi-san ya tiene dos hijos, así que... -Hisui dudó en seguir hablando.
- Tiene que verse como una virgen, no ser una -dijo Ume, asomándose por la ventana, notó ciertas nubecitas en el cielo; pero no les dio ninguna importancia-. Como todo en la vida, el caso es parecer que eres algo, para dar una buena impresión y no serlo. Mírame a mí, parezco una niña tierna y en realidad, soy toda una zorra en potencia.
- No hables así de ti -Yume le dio un golpecito en la cabeza, reprendiéndola por usar semejantes palabras groseras-. No te conviertas en la tía Margarita.

Nadie quiso comentar nada, pues conocían muy poco de Ume, como para llevarle la contraria o darle la razón; prefirieron callar y esperar que, con el paso del tiempo, la niña se abriera con ellas, cosa que se veía imposible; pero la esperanza es lo último que se pierde en esta vida. En especial, si tu tía la octogenaria, se llama así y ya enterró a varios más jóvenes que ella misma.

- Una rosa azul -Yukino, tímidamente, entregó la flor a Mirajane; cubriéndose la cara con una mano-. No sé si yo deba hacerlo, hace poco que conozco a Natsu-san, así que... Ni siquiera sé si debí venir a la boda...
- Él te invitó -dijo Lucy, poniendo su mano sobre la espalda de Yukino-. Él quiere que estés aquí, con todos nosotros. Y nosotras estamos felices de que así sea.

<< Tal vez no debería hablar por todas >> pensó Lucy, pero ya era tarde para quitar sus palabras, haría sentir mal a la pobre Yukino. Miró las expresiones de sus amigas y conocidas, notando rostros sonrientes y otros no tanto, pero tampoco agresivos o enojados; Lucy pudo respirar tranquila, sabiendo que no se equivocó.

- Un tulipán amarillo -Dimaria lo sacó de una bolsita con agujeros, el tulipán estaba húmedo; signo de que había sido regado recientemente.
- Un lirio blanco -dijo Mavis, mostrando su elección a las chicas-. Esto es lo que da una mujer mayor, niñitas.

Evitaron los comentarios hacia su altura.

- ¿Mayor? -Minerva, si se quedaba callada, reventaba. - Si te ves menor que todas nosotras, como de la edad de Wendy o Ume. Quizás hasta más pequeña. Ume tiene mucho más pecho que tú y también más cu...
- ¡Suficiente, niña insolente! -Gritó Mavis, apuntándole con su dedo. - ¡Te reprobaré el próximo año!
- No voy a la preparatoria Josei -Minerva bufó.
- ¡No me importa! ¡Igual te reprobaré!

Tú y yo: La casita de Natsu (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora