Capítulo 35: La venganza se sirve fría

130 13 20
                                    

26 de Mayo, 10:00 AM.
Parque de diversiones.

Los extraños acontecimientos, habían parado brevemente o se volvieron más esporádicos, pues muchas personas los olvidaron rápidamente. Natsu, en cambio, lo recordaba a diario... ¿Cómo no hacerlo? Todas las mañanas, apenas se dejaban ver los primeros rayos del sol, Sayla lo despertaba con un beso allá abajo y algo más; el beso se volvía otra cosa en cuestión de segundos. Happy, siempre preguntaba, que era el bulto gigante bajo las sábanas; como si no supiera de qué se trataba. Él no era un gatito inocente. Lo demostraba cada que abría la boca, cada vez que se burlaba de Lucy a sus espaldas y cuando veía a Yume, se le echaba encima, directo a los pechos; a recostar la cabeza y hundirla entre el par de pelotas suaves.

Pero bueno, Sayla, le informó al amo que aun podía cumplirle deseos. Él no dudó ni un segundo, en hacerse una idea perversa, de todas las actividades que podría llevar a cabo con la magia de su esclava. Pero, la primera de todas, estaba más clara que el agua del Everest: ¡Venganza contra Ume! ¡Le haría pagar por tanto tiempo de sumisión, dolores en el recto —en sentido figurado, obviamente— y su maldad! ¡Aprendería que no es bueno ser así de perra! La volvería una buena niña... Por la fuerza...

Por la mañana, le envió un mensaje, diciendo que la invitaba al parque de diversiones; que se subirían a todos los juegos que ella quisiera, que le compraría todo lo que pudiera comer y entrarían a la casa de los sustos. Ume respondió con un seco ''Está bien'' y pidió que fuera a la diez, cuando el sol no estaba tan fuerte; así podría comer helado a las doce del mediodía.

<< ¡¿Pero qué rayos pasó contigo?! ¡¿Cuándo te pusiste así?! >> Pensó Natsu, sintiéndose menos pederasta. Ume había cambiado un montón. Sin su ropa de niñita, usando ese vestidito azul, se veía como toda una señorita; a la que ya no se le debe negar lo que llevaba tiempo pidiendo...

— Espero que cumplas lo que prometiste, Natsu —dijo Ume

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Espero que cumplas lo que prometiste, Natsu —dijo Ume.
— ¿Cuándo no lo he hecho? —Preguntó él.
— Cuando dijiste que me harías cosas antes de que cumpliera dieciocho...

<< Te arrepentirás de esas palabras >> le dijo en su cabeza, reprimiendo su sonrisa de pura maldad. ¡Ja! ¡Ya estaría contenta, en una o dos horas, cuando iniciara el gran plan maestro de Natsu!

26 de Mayo, 10:30 AM.
Casa Miyamoto.

Yume se fue a su habitación, luego de ver a su padre y al de Natsu, bailando más pegados que un par de adolescentes ganosos. ¿Era necesario? ¿De verdad? Sí, miraba uno que otro yaoi, pero sólo de vez en cuando... Y sabía que los matrimonios de ciertos personajes, eran pura tapadera, para ocultar la verdadera naturaleza de los mismos; que gritaba a los cuatros vientos: ¡Soy gay!

— ¡Qué cansancio!

Dejándose caer en la cama, recordó los eventos anteriores y la persecución en el bosque, que terminó en cuanto salió el sol. Aquel ente extraño, que se parecía a Natsu, desapareció con la luz. O algo así. No volvieron a verlo y estaba feliz de que así fuera, porque como las hubiera atrapado, las habría violado sin descanso; se le notaban las negras intenciones. Era como un Natsu malo. Malo y pervertido. << Sí se aparece de nuevo, lo golpearé con un garrote y lo echaré a una fosa común, como hizo la tía Margarita con el padre de Jerall >> pensó en sus adentros, sonriendo brevemente por la idea tan retorcida.

Tú y yo: La casita de Natsu (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora