Capítulo 25: Esperando noticias

146 12 7
                                    

02 de Mayo, 02:56 PM.
Hospital de Tokio, cuarto 303.

Dos personas.

Mismo accidente.

Diferente posición.

Misma persona cuidándolas.

Igneel necesitaba alcohol, ahora más que nunca, daba igual lo que fuera; tequila, whiskey, sake, licor... ¡Lo que pudiera embrutecerlo rápido! ¡Tomaría hasta agua de florero, si con esas pastillas que le echaban, bastaba para liquidarlo!

Sentado en medio de dos camas, a la derecha estaba Yume; la hija de su jefa y de su nuevo mejor amigo. Se suponía que estaba cuidándola. Desde aquel día, se repitió a sí mismo, que si le hubiera puesto un poco más de atención a dónde iba, eso no habría sucedido. Zeref estuvo en desacuerdo; le dijo que daba igual el nivel de cuidado que tuviera su padre, el accidente estaba destinado a suceder. ''No es algo que pudiéramos controlar'' afirmó Zeref, pero eso no logró hacer sentir mejor a su padre.

A la izquierda, Naomi, la madre de sus hijos y su gran e imposible amor; la única mujer que realmente amó de una forma romántica. Qué difícil fue explicarle a Natsu, tras escuchar sus palabras de ''ella es la mujer a la que di el paraguas'', que la señora era su madre y luego tener que contarle toda la historia oculta en torno a su familia. Él salió del hospital en medio de la noche y no regresó hasta la mañana siguiente, junto a Ume, Lucy, Jerall, Wendy y Acnologia; que habían ido a escuchar noticias sobre Yume. Al poco rato, apareció Zeref, preguntando a su padre sí Naomi iba a vivir. La respuesta, a ambos cuestionamientos sobre los pacientes, fue exactamente la misma: Los doctores no lo saben.

— Niña, ¿por qué lo hiciste? —Le preguntó a Yume, a sabiendas de que no obtendría ninguna respuesta. — Natsu me contó, Ume también, la chica de la sala de espera... ¿Por qué no te lanzaste junto con ella? No debiste empujarla. Aunque, creo que puedo entenderte, no estabas pensando en ti, sino en ella. Sólo querías salvarla. Te entiendo, ¿está bien? Yo habría hecho lo mismo por mis hijos, por Naomi o por quien sea... Pero no era tu obligación...

Igneel pensó en la mala suerte, pues Rina estaba bien; salvo por algunos raspones y un golpecito en la frente, que fácilmente se curó en cuestión de horas. Los pasajeros del autobús, sufrieron golpes y algunos tenían fracturas, pero ninguno estaba en cama; ninguno se hallaba entre la vida y la muerte. Sólo Naomi sufrió eso. ¿Por qué ella? ¿No pudo tener golpes como todos los demás? ¿Algunos asientos estaban protegidos y otros no? ¿O se trató de una ruleta rusa? Sí creía en esas cosas, significaba que ya estaba enloqueciendo, porque es imposible que alguien en algún lugar del mundo, pueda decidir sobre las vidas de otros...

***

En la sala de espera, todos esperaban alguna información, que nunca llegaba. Es curioso, las diferentes formas, en que las personas reaccionan a las situaciones delicadas; si algún familiar está envuelto en dicha desgracia. Ume marcó un espacio personal de tres metros, que nadie debía cruzar, a menos que quisiera ser quemado vivo. Lucy, en su mejor esfuerzo por ayudar a otros y distraer su mente, les ofrecía bebidas a los presentes. Dimaria, en cambio, daba vueltas por la sala; sin hacer nada en especial. Wendy, aguantaba las lágrimas, moqueando de vez en cuando; susurrando que quería ir con Ume. Acnologia, se encargaba de disuadir a Wendy, diciéndole que no hacía falta; que lo hiciera cuando recibieran noticias.

Zeref se unió a las vueltas de Dimaria, mordiéndose las uñas; pensando en su hermano, en cómo estaría por dentro al recibir tantos impactos emocionales. Jerall, se puso a hacer llamadas, avisando de la situación a una persona que estaba seguro, debería saber lo que sucedió. Y no se equivocó. Veinte minutos después de la llamada, Ren llegó al hospital y lo actualizaron sobre la situación. Él preguntó si podía pasar a verla y una enfermera lo llevó hasta la habitación.

Tú y yo: La casita de Natsu (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora