075 → real life

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Cuando comenzaba a amanecer, Savannah se negó a mirar hacia su derecha.

Le daba miedo girarse y encontrarse de frente con el rostro de Sebastian, descansando con una placidez infinita que ella quisiera sentir. De hecho, le gustaría sentir de todo menos miedo en aquellos momentos.

Las palabras de Tom seguían haciendo eco dentro de su cabeza, torturándola de la manera más cruel que ella pudiera ser capaz de sentir.

-Buenos días...

La ronca voz de Sebastian le erizó los vellos de la parte posterior de su cabeza, pero el resto de su cuerpo se encendió de la misma manera cuando el brazo del castaño se envolvió alrededor de su cintura, y sus labios depositaron un suave beso sobre su desnudo hombro.

-¿Savannah?

Lentamente, el rumano la giró para poder mirarla.

Su corazón se encogió ante la vista de los somnolientos ojos azules de Sebastian, pero su pecho dolió aun más ante la pequeña curvatura sobre sus labios, dándole a entender lo feliz que se hallaba él.

-Buen día -Murmuró ella en un hilo de voz, ocasionando que Sebastian riera.

Su corazón se encogió dentro suyo una vez más. Sebastian lucía tan... Feliz, que la sola idea de tener que arruinarle aquello la hacía sentirse la peor de las personas vivas sobre el planeta Tierra.

-¿Dormiste bien, cariño? -El castaño se recostó de nuevo, esta vez más pegado a ella para lograr esconderse en el hueco de su cuello.

-Sí, claro...

Sebastian depositó un suave beso sobre su piel, enviando temblores hacia todo su cuerpo, como respuesta a su toque. Savannah sentía que iba a estallar.

-Es mi día libre hoy... -Murmuró él, descendiendo sus besos a lo largo de su cuello, en dirección a su clavícula. Ante esto, Savannah contuvo el aliento-. ¿Quieres que nos quedemos un rato más en la cama? Chris probablemente ya se fue.

Las manos del rumano viajaron en dirección a sus caderas, enviando pequeñas descargas eléctricas ahí en donde su piel se tocaba. Era asombroso el efecto que un sólo roce podía ocasionar en ella, pero la culpabilidad podía mucho más con sus sentimientos que la lujuria que Sebastian le hacía sentir.

-Sebastian... -Savannah se interrumpió a sí misma cuando sintió los labios del rumano cerca de la aureola de su pezón.

Un suave jadeo se deslizó a través de sus labios, llevándola a maldecir en el interior de su mente. ¿Porqué no podía resistirse a aquel hombre? Le disgustaba, y al mismo tiempo, le encantaba.

Los besos de Sebastian descendieron aun más hacia su abdomen, para después subir nuevamente hacia sus labios. Savannah los recibió con sabor agridulce. El cuerpo del rumano se ubicó sobre el suyo y en cuestión de segundos, la presión entre sus piernas apareció para llenarlos a ambos de placer.

La habitación se volvió el mismo caos que fue anoche, con los roncos sonidos emitidos por Sebastian, y los suaves gemidos de Savannah.

Muchas veces, aquella culpabilidad no era lo suficiente fuerte para hacerla retroceder.

HAPPIER ━━Sebastian StanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora