088 → real life

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—Sav, ¿estás lista?

La rubia se enderezó de pronto desde encima del colchón de la cama y giró su rostro para encarar a Rhea, la esposa de Mark. La castaña le sonrió abiertamente y se sentó junto a ella.

—¿Lista?

—Sí... —Savannah frunció el ceño y la miró con ligera confusión—. Creí que ya estabas acá... Olvídalo, vamos, muero de hambre.

Rhea alzó una de sus cejas y la observó levemente confundida. Savannah lucía un poco extraña, como si estuviera preocupada por algo, o alguien.

—¿Estás bien?

—¿Bien? Dios, no —La rubia sacudió su cabeza y tomó su teléfono para salir de la habitación, seguida de Rhea—. Tom está aquí, ¿vale? Y eso me hace sentir... Atascada.

—¿Atascada? —Rhea se echó a reír, saliendo a los pocos minutos del ascensor para dirigirse hacia la ciudad—. Sav... Probablemente él ni siquiera esté cerca, tranquila.

En la acera, encontraron a Mark junto al resto de los chicos, simplemente esperando por ellas. Al verlos, Mark se acercó a besar la mejilla de Savannah y a echarle un brazo alrededor de los hombros de Rhea para caminar juntos. Detrás le siguieron ella, Lu, Linah y Ally, con los chicos cerrando la comitiva.

—¿Todo bien, Sav? —Diego, su hermano menor, se adelantó hacia ella y la codeó suavemente. 

—Uh, sí. Supongo.

La rubia tuvo que alzar su cabeza para mirar a su hermanito. El castaño alzó sus ojos a modo de broma, pero ella no sonrió.

—Creo que ese “supongo” es un “no”.

—No es nada. En verdad.

Rhea volvió sobre sus pasos y se acercó hasta ellos para bloquearles el paso. Suavemente, separó a ambos Tolkins y envió al menor con Mark, al frente suyo.

—No te asustes, ¿sí? —La castaña se inclinó hacia ella y le habló al oído, el resto de las chicas se echó hacia adelante para poder escucharlas—. Pero creo que acabo de ver a alguien parecido a Tom...

Savannah se encogió sobre sí misma y miró hacia todos lados con desesperación, tratando de ver alguna cabellera castaña que se le hiciera conocida. Por detrás, Ally, Lu y Linah la imitaron.

—¿Qué buscamos?

Savannah negó repetidas veces y se enderezó para continuar andando como si nada hubiera ocurrido. Sin embargo, se detuvo de golpe al ver al otro lado de la calle a un sujeto recargado contra un muro, con lentes de sol y gorra.

—Oh Dios, creo que ya lo vi. Oh Dios, oh Dios, oh Dios...

Rhea sonrió con burla y volvió a abrazarla. Linah abrió los ojos por completo al entender qué diablos le sucedía a su amiga, y cuando vio que el sujeto de gafas cruzaba la calle para ir hasta ellas, se adelantó a tomar las manos de Ally y de Lu para arrastrarlas hacia el frente.

—Hora de irnos, chicas.

Rhea besó sonoramente su mejilla y se adelantó junto con las chicas. Savannah apresuró el paso cuando el hombre castaño de gafas llegó hasta la acera y anduvo tras ella.

—Entonces...

Savannah sintió que su corazón se hundía al reconocer aquella voz. Sus piernas temblaron, e intentó alcanzar al grupo rápidamente para no tener que enfrentar esto a solas. O enfrentarlo del todo.

—Savannah.

Sav se detuvo de golpe al toparse con Tom de frente. El castaño le bloqueó el camino y se deshizo de las gafas, volviendo a mostrarle el bello color de sus ojos.

—Oh, Dios... No —Murmuró ella, con los hombros caídos.

—Creí que estarías feliz de verme.

La ojiverde apretó los labios para contener lo que fuera a decirle y pasó por su lado para continuar andando. Tom la siguió sin chistar, y pudo observar que a lo lejos, el hermano menor de Savannah, Diego, los observaba con el ceño fruncido.

—Hey, Savannah...

—Escucha —La rubia se giró hacia él con los ojos cerrados—. Lo siento mucho, ¿sí? Lamento muchísimo haber hecho lo que hice, y voy a arrepentirme de ello por el resto de mi vida, pero en estos momentos estoy tratando de olvidarme de eso... Necesito un descanso, Tom, y contigo aquí... Eso es difícil.

El castaño guardó lentamente sus gafas y bajó la mirada hacia las baldosas de la acera. Savannah seguía mirándolo en busca de una respuesta, que él no estaba dispuesto a darle.

—¿Y crees que para mí no lo es?

—Jamás dije eso, pero... No creo que necesitemos esto justo ahora.

Tom dio un par de pasos al frente y la sujetó de la muñeca. Savannah se estremeció ante el toque, pero no retrocedió ni siquiera cuando escuchó que Mark la llamaba, y que se acercaba a ambos rápidamente.

—Probablemente no. Pero deberíamos hablar, dejar las cosas claras entre nosotros de una vez. Por favor.

—¡Savannah!

Al mirar sobre su hombro, Sav vio a Mark trotando en su dirección. El resto de los chicos ya se alejaban por la misma calle, a excepción de su hermano, quien seguía de pie unos metros atrás de Mark.

—Bien, uhm... —La rubia volvió a girarse hacia él y le sonrió lo mejor que pudo—. Llámame entonces, cuando estés listo.

—Bien.

Tom dudó en un principio, pero tras unos segundos, y cuando Mark ya se encontraba a sólo unos pasos, soltó la muñeca de Savannah y se acercó a dejar un suave beso en su frente. El castaño le dedicó una pequeña sonrisa al alejarse de ella, y después de saludar a Mark con un ademán, dio media vuelta y se alejó en sentido contrario al de ellos.

—¿Estás bien, cariño?

Wahlberg la tomó de las mejillas y examinó cada parte de su rostro. Savannah asintió, se abrazo de él con fuerza y amplió su sonrisa.

—Estoy bien.

HAPPIER ━━Sebastian StanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora