067 → real life

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Se sentía mejor que nunca.

Llevaba dos días en el set de Capitán América: Civil War y no había habido ningún momento en el que no se sintiera bienvenida. Ni siquiera los absurdos comentarios en Instagram y Twitter la hacían sentir mal, como comúnmente sucedía en casos como estos.

Estando con los chicos, especialmente con Chris y Robert, sus problemas dejaban de importar.

No quería que sonara grosero, sobre todo porque Tom Hardy seguía siendo su pareja, pero Savannah no lo recordaba. Se había propuesto olvidar todo de él durante esos días, disfrutarlos con sus amigos, salir con ellos, reír con ellos, quizás, llorar con ellos.

Y estaba haciéndolo. Y le encantaba.

Y los Russo, ¡los hermanos Russo eran tan agradables! Incluso les habían dado el día libre para poder convivir con ella en paz sin la necesidad de verse interrumpidos por sus horarios de grabación y todo eso. ¿Cómo habían decidido desperdiciarlo?

En casa de Downey. Bebiendo y socializando.

A aquel punto de la noche, Downey ya estaba un poco ebrio. Al igual que Paul Rudd y Mackie. El resto intentaba mantenerse cuerdo.

El primero en irse es Don Cheadle, llevando casi a cuestas a Rudd. Bettany es el siguiente junto a Tom Holland.

Poco a poco, comienzan a quedar los seis originales junto a los nuevos, Anthony y Sebastian.

-Creo que yo también me iré ya, estoy cansada -Savannah se pone de pie lentamente con una mueca en sus labios. Chris voltea a verla enseguida

-Cobarde -El castaño la mira ofendido, ocasionando que Scarlett y Sebastian rían-. Soló te vas para no lidiar con Downey.

-¿Qué quieres que te diga? Me abandonó en el aeropuerto -La rubia se acerca a despedirse de Scarlett y luego de Jeremy, pasando por alto a Mackie y a Sebastian-. Sólo... No dejes que nada le ocurra, ¿sí? A ninguno.

-No lo haré. Descuida, tu ve y descansa -Evans se estiró hasta llegar a su mejilla y depositó un pequeño beso ahí-. Seb, ¿podrías acompañarla?

Cuando Sebastian asintió sin mediar palabra, Savannah le hizo una seña de que la siguiera, después de todo, ambos estaban quedándose con Chris. Bueno, sólo Sebastian, pero Savannah conocía a su padre; cuando Downey estaba ebrio, era mejor no estar alrededor suyo.

-¿No tomarás nada para dormir?

-Noup, sé que puedo robarle algo a Chris -La rubia se escogió de hombros y golpeó de manera juguetona su cadera contra la de él-. O a ti, ropa es ropa, y mientras más cómoda sea...

-Mejor duermes. Sí, solías decirlo muy seguido.

Savannah alzó una ceja en dirección a su acompañante. No esperaba que Sebastian recordara la excusa que siempre le decía cuando se proponía robarle alguna camiseta para dormir. Al salir de la casa de Downey, el frío aire de la noche los golpeó directamente, ocasionando que el poco sueño que tenían desapareciera, junto a la mínima cantidad de alcohol que comenzaba a hacerles efecto.

-¿En verdad lo decía seguido?

-Sí, cada noche de hecho -Sebastian soltó una pequeña carcajada, logrando que las mejillas de la rubia se tiñeran de rosado-. Cuando te encontraba hurgando en mí guardarropa.

-Ya, comprendo -Savannah se aclaró la garganta y observó a su alrededor. La casa de Evans no estaba muy lejos de la de Downey, pero por alguna razón, estaban tardando demasiado en llegar a ella-. Aunque tampoco lo hacía todas las noches, eh, no soy ninguna cleptómana.

-Eso me recuerda... Aún tengo varias desaparecidas, ¿no tendrás alguna...?

-Puede ser. Tal vez tenga alguna entre mis cosas...

La charla terminó ahí. Después de eso, ninguno mencionó nada más y simplemente se dedicaron a caminar en silencio total. La atmósfera entre ambos, sin embargo, era serena, tranquila, sin ninguna tensión o molestia rebotando entre ellos.

Unos pocos metros antes de llegar, Sebastian se aclaró la garganta y la miró.

-Uhm... ¿Sav? ¿Te encuentras bien? -Savannah giró mínimamente su rostro para observarlo-. Me refiero a... Ya sabes, la noticia de Tom con su ex pareja...

-Uh, supongo que estoy bien -La rubia se encogió de hombros y bajó la mirada-. Comienzo a acostumbrarme a que mis relaciones no salgan bien, así que... Sí. Estaré bien.

El rumano la observó con una pequeña mueca. No le gustaba saber que Savannah pensara de tal manera, sobre todo porque era culpa suya que lo hiciera. Aquello sin duda alguna le traía muchos malos recuerdos.

Sebastian se detuvo de manera abrupta frente a la puerta y la abrió, cediéndole primero el paso a ella, y luego cerrándola tras él. Con cuidado, el castaño tomó a Savannah de los hombros y la obligó a mirarlo fijamente a los ojos, muy a pesar de la negación de ella.

-¿Podrías, por favor, dejar de fingir que estás bien y simplemente desahogarte? -Los azulados ojos del rumano la observaron con súplica, algo que la descolocó-. Sé que no soy el indicado para decirte esto ni mucho menos, pero a ninguno de nosotros nos gusta verte así, creeme Savannah.

La rubia mantuvo el contacto visual tanto como pudo antes de rendirse. Los ojos de Sebastian resultaban intimidantes, y le causaban un cosquilleo de ansiedad en la punta de los dedos que le dificultaba más la situación, ella siempre había sido susceptible al azulado color de las orbes del rumano.

-Bien -Murmuró finalmente, con la mirada puesta sobre sus manos-. No lo ocultaré, ¿sí?

Sebastian sonrió con amplitud, y con una delicadeza sorprendente, tomó el rostro de la mujer entre sus manos y depositó un suave beso sobre su frente. Sus labios se quedaron estáticos sobre la piel de la rubia mientras una corriente nerviosa le atravesaba el cuerpo de hito a hito, haciéndole sentir escalofríos.

-Pero si yo voy a ser sincera... -Cuando la verdosa mirada de la rubia encontró la azulada del castaño, ambos sintieron que sus rodillas flaqueaban, y que el ritmo de sus corazones se aceleraba velozmente-. Necesito que tu también lo seas, ¿sí? Quiero ser tu amiga, Sebastian, y para eso es necesario que seamos sinceros el uno con el otro, sin secretos ni nada que vuelva a herirnos.

Él asintió, aún con su frente unida a la de ella, la sonrisa en sus labios parecía no querer desaparecer, muy a pesar de la necesidad que sentía de probar los de la rubia.

-Tienes mi palabra. Nada de mentiras, ni secretos, ni juegos.

-¿Lo prometes?

-Lo prometo.

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Y .. A partir de aquí, comienzan las interacciones con Sebastian 🌚

HAPPIER ━━Sebastian StanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora