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Eamonn.

-¿Tienes alguna idea de cómo es el nuevo padre de la Iglesia?

-No es por ser chismosa con algo como esto, pero me contaron que es un viejo con gracia que le gusta tocar a los menores que se vuelven cercanos a su familia, ¡Y no me vayas a hacer hablar de su hijo! Ya que dicen que es uno de esos chicos que perdió el rumbo y que es un desviado ¡Todo un horror!

Aprieto los puños mirando al frente para ver, desde la penúltima fila, como mi padre se posiciona ante todos.

"Cuando deje de mirarme para colocar su gran confianza al máximo, y ya no tenga su atención, van a ver... "

-¿Y qué más escuchaste?

-Oh, esta es la parte más

-¿Pueden callarse? Estamos en una iglesia, no en el pórtico de sus casas tomando ácido- me volteo pero me devuelvo cuando siento que me falta algo por agregar- Y hablar de alguien a sus espaldas es pecado, inmundas satánicas- miro al frente tratando de que no se me note que estoy por reventar en risa.

-Que sea bendecido este nuevo amanecer, y agradezco a todos los presentes por asistir en este día sagrado, y para comenzar quisiera presentarme- y así fue como comenzó su primera misa. Y sinceramente no presto atención a lo mayoría de lo que dice, ya que siempre en la primera misa son las mismas palabras ensayadas y recitadas, solo cambia el lugar y por lógica, las personas.- Disfruten el día sagrado con sus familias, siendo prósperos en cuanto a la empatía entre pares y ayudando a los- La mayoría de los presentes están de pie interrumpiendo a mi padre, por poco me subo a una de las bancas para gritarles que todavía no había acabado y que volvieran a sus asientos de no ser por el brazo de mi madre que me retiene, apretando suavemente sus dedos también contra mi hombro.

-No lo hagas, recuerda lo que me prometiste- Mis hombros bajan impactando con mi respiración que deja de estar acelerada.

-Que joven más desagradable-Les hago una mueca cuando paso por sus lados y escucho su indeseable comentario.

Además que para colocar el toque final a la tarta les digo:

-Los pecadores deben confesarse- con ese pequeño ritmo soy detenido y acusado con la mirada por mi madre. Y doy unos pasos en dirección contraria y choco con alguien pero prefiero mirar a mi madre, esperando su reacción.

-Hijo, debes de tener cuidado por donde caminas

-Lo siento.

- Y otra cosa hijo- me cubro la nuca al levantar lo suficiente los hombros cuando mi madre prosigue- Estuvo bien lo que dijiste- inhalo- Pero- contengo la respiración- Para la próxima ocupa otro vocabulario ¿De acuerdo?

Asiento y antes de que se vaya tengo la necesidad de preguntarle.

-¿Castigado?

Estira su mano y acaricia mi pelo asintiendo lentamente.

Hay veces en que cosas como estas evolucionan en rareza, pero lo más increíble de todo es que aun puedo ser sorprendido

















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Richard.

-¿Le has vuelto a ver?

No es a esa chica imaginaria a quien quisiera volver a ver, sino a ese misterio con gotas cayendo poco a poco desde tu cabello mojado, con un pecho subiendo y bajando brutalmente por la adrenalina, la adrenalina que quiero que sienta cuando estoy frente a él

-Por ahora no

-Con que por ahora dices- suelta aire y se queda mirándome sentada desde mi cama- Entonces eso quiere decir que ¿Le has buscado? ¿Has hecho algún esfuerzo?

Unos golpes en la puerta nos hacen mirar.

-Discúlpame chiquilla, pero mi hijo no tendría razón para hacer un esfuerzo, las chicas lo buscan no al revés, al igual que su padre- veo como el ego le sube a las nubes, luego de eso se va.

-¡Gracias por eso papá!- le grito- No era necesario – me golpeo con el puño contra la frente unas cuantas veces hasta que salto por un grito que me coloca la piel de gallina por lo improvisado.

-¡No puede ser!- se levanta de un salto- ¡Llego tarde!

-¿A qué gran e importante evento llegas tarde?- digo con sarcasmo y tapándome la cara con el brazo.

-Misa ¿vienes?- hago una mueca quitándome el brazo de la cara.- Bien, no vengas y que Satanás te bañe de sus bendiciones- ríe y se va.

¿El bañarme en sus bendiciones quiere decir que no hay problema en continuar imaginándolo cerca de mí, sonriendo, tocándome y pasando a algo más que una amistad, siendo eso algo bueno y aceptado?

Me recuesto cómodamente en el respaldo de mi nueva silla giratoria, suspiro quitándome los pantalones, para luego quitarme por encima de la cabeza la parte superior de las ropas puestas.

Alguna recompensa debía tener luego de estar llegando cada día todo sudado y adolorido y, con la camiseta empapada

Se asoma por la puerta.

-¿Ya se fue, hijo?

-¿Eva? Sí, ya se fue ¿Por qué?- parecía extraño que me preguntara una cosa así, ya que en realidad nunca antes lo ha hecho.

Y al parecer que las cosas que conocía y creía que iban a pasar, todas cambiaron por tu llegada, gracias

-Hay algo que quiero enseñarte, algo que solo tiene que ser padre-hijo.

-Pues enséñame

-Tienes que bajar para ello

-De acuerdo, voy.- al levantarme puedo sentir la suave brisa rozar mis nalgas, y como el género ligeramente se apega a mi piel, todo por el tiempo y calidez que recibí y manifesté en torno a la silla. Toda una maravilla.

-Espérame frente al televisor.

-¡Claro!

Dejo que el elástico de los bóxers me golpee y luego de eso me lanzo al gran y alargado sofá, estiro el brazo y tomo el control, luego de encender la televisión dejo el control sobre mi muslo.

-No te tires así en el sofá, compórtate hijo.

-Bien- miro a otro lado y me siento correctamente- Y- aprieto los labios- ¿Para qué querías que viniera?- entrelazo los dedos y aprieto.

-Bueno hijo, aprovechando que ya eres lo suficientemente mayor, vas a aprender cómo se coloca un condón.

No soy un completo novato, además de que no será la primera vez que lo hago, pero termina siendo extraño que comience a hablar de estas cosas, cuando en realidad esto solo se ha experimentado, no hablado

-¿Bromeas?

Miro su expresión, y está muy serio.

No puede Ser






La Pausa de un Cariño IncontrolableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora