39-

8 1 0
                                    

Richard.

Al cerrar los ojos solo puedo imaginarte. Manos, mirada y preocupación. Como esa mezcla puede llevar a inicios de sentimientos más profundos.

Y con estirar la mano ya era posible avanzar

-¡No!- me sobresalto por un grito. Es él.

¿Qué es lo que tratas de negar con tal ferocidad?

-¿Eamonn?- alzo la voz para que me escuche.

Pasa alrededor de un minuto cuando ya me estoy sentando, es que él se asoma por el umbral.

-¿Estás bien?- le pregunto.

-Acuéstate- me ordena sin mucha convicción, se ve distinto.

¿Qué te pudo haber pasado en este tiempo para que tu brillo, esencia haya cambiado de manera tan estrepitosa? Dímelo, cuéntame que pasa por tu cabeza, que demonios te rondan, cuáles son tus preocupaciones, que es lo que necesitas

Tengo una propuesta curiosa, de la que quiero saber la respuesta.

-¿No me vas acompañar?- me río un poco pero siento un pinchazo en la parte trasera de la cabeza.

-¿Sigues bromeando en un momento como este?- me mira incrédulo.

Relajo el brazo en donde me apoyo.

-¿Cuándo vas a entender que yo no bromeo contigo ni con este tema?- me recuesto y con cuidado comienzo a retroceder, dejándole por ahora espacio suficiente para que se siente en la orilla y pueda verme desde ahí, estirando su mano, tocando mi rostro y acariciando mi cabello mientras que paulatinamente te vas acercando a mi rostro con una pequeña sonrisa, luego bajando sus dedos a mis labios cuando toca los suyos

Que gran ilusión quiero cumplir desde que tú te has puesto ante mí con tu cabello mojado, tu ropa pegada al cuerpo que hacía pasar casi inadvertido el hecho de que mantenías distancia y precaución de todo, y tu respiración acelerada mientras que nos escondíamos bajo un paradero

Niega con la cabeza, como si quisiera apartar cierto pensamiento desagradable y confuso de su mente, pero mantiene mirando un espacio cerca de mí.

-¿Dónde están las aspirinas?-desvía la mirada a otro sitio en el suelo completamente opuesto.

-Ahí- apunto con un dedo al armario para responderle- ¿Por qué gritaste?

Se detiene unos momentos antes de tomar el pomo de las puertas.

-Te desperté y es mi culpa- Se gira a verme unos segundos, preguntándome sin palabras en que parte del armario se encuentra lo que busca.

Un lenguaje de miradas, así fue como se comunicó conmigo, lo entendí, pero en vez le devolverle la respuesta silenciosa le hablé. Siendo el único motivo en el que se podrían de haber interpretado más de una repuesta.

-Está en la parte de arriba- Se estira, colocándose de puntas y estirando un brazo, para apoyar otro en una de las repisas.

La caja con los medicamentos la baja colocándola a los pies, en la orilla de la cama. Hurga un poco en esta revisando los nombres de cada uno y saca la pastilla colocándola en la mesa de noche.

-Ohm Toma, ya vuelvo, déjame traerte agua

Se atarea un poco saliendo del cuarto, y escucho como baja las escaleras con normalidad

-¿Normalidad?

Bueno ¿Qué es la normalidad? ¿La normalidad es seguir al resto? ¿Cumplir las expectativas? ¿No seguir tus aficiones reales? ¿Hacer las mismas acciones cada día? ¿Influenciarte para cambiar el hecho de quien eres para contentar al resto y caer en esta normalidad en la que pierdes él quien eres?

No puedo acostarme cómodamente así que me quedo todo el tiempo sobre mi costado izquierdo y no me muevo aun cuando no puedo sentir mi brazo, es incomodo. Pero en realidad no lo sería si tú fueras la razón por la que mi brazo ya no lo siento, porque podrías haber tenido tu cabeza recostada en mi brazo. Estando recostado en mi dirección con los ojos cerrados, mientras que un cabello rebelde sobre la frente que intentaría soplar con delicadeza para no despertarte

-Pero que pasaría si te dijera que ya me gustas- suspiro mientras miro mi brazo e intento mover los dedos sin sentir la conexión directa.

No puedo creer que tal frase haya causado tal revuelo en ti, que te hiciera reaccionar de manera tan espontánea

-Eamonn

Llevo una mano por el costado de mi cabeza y me rasco oprimiendo mis dedos contra esta.

-¿Pero ahora que pasaría si te dijera que ya te quiero?

-¿Qué dijiste?

La Pausa de un Cariño IncontrolableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora