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Eamonn.

Me persigno y me levanto lentamente luego de que el hueso de mi rodilla sonara, dejándome preocupado y adolorido. Arrugo la frente y me recuesto en la cama.

-¿Hijo?- escucho la voz y la veo asomándose- ¿Ya rezaste?

Asiento.

-Lo acabo de hacer

-¿Está todo bien?

Masajeo mi rodilla, mientras que voy apretando por cada momento que pasa, mejora.

-Sí- escucho la madera del otro lado de la puerta y al mirar no está. No sé que es lo que hará pero se aleja y siento que me relajo un poco.

Miro mis piernas y apoyo por fin la espalda contra las sábanas y me tapo.

Me gano de costado y cierro los ojos, me desespero porque no puedo conciliar el sueño. Arrugo la frente aun con los ojos cerrados. Me giro y termino destapando.

Maldito sueño ¿por qué no me invades?

Vuelvo a cambiar de posición, y esta vez estoy de cara contra la almohada.

Cierro los ojos nuevamente luego de haberlos abiertos unos momentos y, creo sentir un peso contra mi espalda, un toque como alguien me estuviera tocando.

¿Pero que mierda está?

Me irrito al escuchar música a esta hora, en un domingo por dios santo. Suben el volumen.

¿A quién mierda se le ocurre perturbar el sueño un domingo?

Separo las piernas y me rasco la nuca al sentir el calor, me coloco de pie y finalmente tomo una toalla y me dirijo a mi baño.

Me desnudo.

Me miro al espejo, deteniéndome un momento, fijándome en que pareciera que me faltara algo, inclino la cabeza a un lado y suspiro pasándome la mano por el cuerpo, fijo la mirada en algo detrás de mí, como si en realidad hubiera alguien esperándome para entrar en la ducha.

Me hago un recorrido y entro en la ducha, ahogo un gemido mordiéndome los labios.

¡Mierda!

Reprimo cualquier ruido ante el agua helada que choca contra mí, bajo mi mano y cuando comienzo a tocarme tiro la cabeza hacia atrás; froto y jalo suavemente cuando comienzo.

Sin poder evitarlo unos gemidos salen, no me preocupo al tener en consciencia que el agua oculta cada ruido.

Me suelto y me lavo a fondo, y cuando corto el agua la música se detiene.

Luego de secarme solo quedo en ropa interior y apoyo mi cuerpo contra las sábanas, relajándome por completo.
































🌂 - 🌂 - 🌂















































Richard.

Frunzo el ceño cuando una canción que desconozco empieza sonar, las vibraciones igualando al interior de mi cuerpo tan suavemente que si respiro hondo, no siento mayor contacto.

Apoyo la espalda contra el respaldo de la cama, viendo desde mi posición a través de la puerta abierta del baño, que es desde donde entra una luz que ilumina y da brillo a las cerámicas, todo de una ventana rectangular.

El ruido de la música es como un pecado sin cumplir.

Aunque actualmente el único pecado que estaría deseoso de acatar es tocar la piel desnuca de aquel chico misterioso, al que le entregué mi paraguas; tan encantador aún bajo las ropas mojadas.

¿Qué haría si lo tuviera frente a mi ahora mismo?

Doy un salto en la cama, finalmente quedando de frente al respaldo de la cama. Quedo de rodillas mirando los cobertores desordenados, y al cerrar los ojos me lo imagino dándome la espalda, mientras le paso las manos por su entrepierna cuando entro en él haciéndolo gemir de placer y dolor a la vez, volviéndolo loco.

Y al escuchar unos pasos por fuera del cuarto me recuesto de improviso.

-¿Richard?- no respondo y ralentizo mi respiración- ¿Estás despierto, Campeón?

Me cubro hasta la cintura y me giro en la cama, dándole la espalda a la puerta.

Por unos segundos miro la hora en el pequeño reloj a mi lado. 04:09 am. Ya llegó el lunes, y eso quiere decir que en unas pocas horas vuelve a comenzar el ciclo de clases, y con esta idea que ronda por mi cabeza, no creo que haya muchas opciones para continuar durmiendo siquiera, ya que no descartaré el pensamiento de poder tenerlo.

¿Qué es lo que me sucede con éste chico?

A pesar de su frialdad veía algo dentro de él, algo angelical, puro e incluso algo que no ha sido penetrado antes, manteniendo una puerta cerrada. Justo la llave que tengo en mis manos, con la que voy a aventurarme en abrir.

Oculto mis manos bajo las sábanas.

¿Quién eres?

Cierro los ojos.

La Pausa de un Cariño IncontrolableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora