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Eamonn.

-¿Pero que pasaría si te dijera que ya te quiero?

Retrocedo chocando contra una baranda, me agarro de ella, miro hacia abajo un momento y vuelvo a mirar al frente cuando noto que solo hay negro en la caída; Richard aparece de la nada y me tiro hacia atrás cuando se me acerca.

Lo tomo del hombro.

-Eamonn, que atrevido

El brazo poco a poco va bajando y se detiene, después, con vida propia lo abraza, cierro los ojos con fuerza y un golpe de calor me empuja hacia adelante, abro los ojos.

Miro a mis pies, estoy vestido de traje, y al levantar la vista veo como unas puertas se abren y una chica vestida de blanco camina en línea recta, hay alabanzas que se escuchan por todas partes, pero no veo una mierda, no veo a nadie además de la chica y sonrío sintiéndome satisfecho al saber que este día iba a llegar y terminar con todo el revoltijo de las dudas

Cuando la chica está frente a mi estornudo y todo se vuelve negro.

-¡No!- grito y caigo de rodillas.

¿Por qué todo lo que tenía planeado desaparece? Que mierda más injusta

Me coloco de pie y comienzo a correr sin razón.

Miro el gris cielo que aparece sobre mi cabeza y se escucha un trueno, acelero el paso. Doblo en una esquina y me siento desesperado. Me detengo al llegar a un paradero. No siento la respiración acelerada, son los condenados pensamientos los que me vuelan la maldita cabeza

Tomo asiento y al levantar la vista hay alguien dándome la espalda, doy un salto y subo las piernas al asiento por el impulso. Él está vestido de traje y cuando se voltea veo su sonrisa.

-¿Por qué sonríes?

-Porque sabía que no lo harías

-¿Qué no haría que?- bajo las pierna y me acomodo en el sitio. Me mira fijamente y siento una presión sobre una pierna que no entiendo y aprieto el puño con el asiento.

¿Pero que mierda? ¿Por qué el asiento se siente como género de ropa?

Confundido bajo y al subir la mirada hay un trueno y el ruido de la lluvia se hace intenso.

-Eamonn- escucho que me llama muy despacio.

¿Por qué mierda está susurrando?

Inhalo y cuando lo hago pareciera que la distancia disminuyera. Exhalo, se aleja. Vuelvo a hacerlo y mete una de sus piernas en medio de la mía y lo tomo de las caderas para empujarlo y se sienta sobre mí.

Estiro mis brazos y lo rodeo, comienzo a tirarlo hacia atrás desde su remera y no funciona, no puedo moverlo. Quiero tocarlo lo menos posible.

Bajo las manos a sus muslos, comienzo a sentir una presión en mi entrepierna, hago más fuerza y me toma la cara entre las manos y trato de tomarlas para quitarlas, me detengo a medio camino sin razón.

-¿Seguro que quieres que me vaya?

Abro la boca para responder cuando percibo un empujón y mi propia voz suena a los alrededores

-No- algo más me hace bajar la cabeza.

¿Qué mierda está pasando?

Me yergo y siento un roce, se apega más y me mira desde arriba sin expresión.

Una oleada helada me golpea y siento la espalda helada, quito la mirada y miro hacia atrás con curiosidad y cuando vuelvo la vista estamos en una cama, estoy sobre el de rodillas y él está con los ojos cerrados, está sonriendo.

Me siento bien.

¿Cómo mierda se puede describir esta sensación tan extraña entre culpa, miedo, excitación y comodidad?

-Creo que me gustas...

Oh bendito diosNo puedo creer que sea posible que me hagas sentirme tan bien con este maldito invertido

Se convierte el humo, todo se vuelve negro y todo desaparece.

-¡¿Richard?!

-¡Richard!

Doy un salto y me caigo de la cama.

Me quejo y escucho a la cama crujir.

-¿Eamonn, estás bien? ¿Cómo fue que te caíste?

Me quedo en silencio y sin moverme sintiendo todo mi cuerpo hervir.

MierdaPero es buena pregunta ¿Cómo mierda fue que me caí? Porque en un momento sentía calor, después frío y ahora vergüenza...

-Ah- la voz apenas me sale e intento ponerme de pie lentamente, evitando las quejas que reprimo con fuerza apretando los labios y casi aguantando la respiración.

Estoy de rodillas cuando percibo una mano en mi hombro y por impulso levanto la cabeza de golpe, chocamos.

Aprieto la zona donde me duele, pero lo dejo de lado y me coloco de pie para ver como está.

-¿Estás bien?

Se revuelve en la cama y se aprieta la parte posterior de la cabeza, me mira y hace una mueca.

-Sí, todo bien, aunque no esperaba que fueras de los que le gustaban los golpes, debiste haberme avisado por lo menos.

Doy el impulso hacia atrás y escucho un trueno.

-No puede- cierro los ojos negando.

Me siento a su lado y él sin que le diga nada, se recuesta para que lo examine.

Cuando termino de hacerlo lentamente siento como se va moviendo en la cama mientras reviso mi bolso. Saco mi teléfono, no tiene batería.

-Ohm ¿Cargador?

Estira su mano y toca el segundo cajón de la mesa de noche.

-Gracias- le respondo lo tomo y lo conecto.

Bajo la mirada mientras que con cierta impaciencia espero a que se cargue más rápido.

-¿Nervioso?

¿Qué mierda? No lo estoy

-¿De qué hablas?

-Te ves muy ansioso.

-No lo estoy

-Lo estás

¿Por qué mierda me siento tan presionado a conceder?

La Pausa de un Cariño IncontrolableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora