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Eamonn.

-¿Me está criticando por mi forma de reaccionar?

¿Quién se cree este maldito para corregir la acción de un desesperado? Y a pesar de ser todo un condenado engaño que también tenía pensado al momento, si fuera una situación de verdad, sería una total decepción de la estúpida persona a cargo Además, él no es quien para hacerme sentir inferior en cuanto a cómo reacciono, y de todos modos tengo que seguir con la idea de la farsa a cualquier costo, porque no puede saberse eso

-Yo solo le estaba dando una sugerencia Jovencito. Ahora salgan.

¿A esa mierda le llama sugerencia?

Me resisto de hacer cualquier cosa, me mantengo en silencio mientras que abro y cierro los puños.

Y cuando lo noto somos tres personas dentro del baño, ya que las otras dos se adelantaron saliendo de este congelador resbaladizo.

-Yo los acompañaré a sus salones- nos dice el profesor al adelantarse aún más cuando llego a sus alturas.

Las palabras comienzan a escaparse de mi alcance al caminar.

-Ese- volteo cuando a verlo cuando me tapa lo que voy a decir con una toz fingida.

No era necesario tapar algo que era inevitable y bueno que salga, imbécil, quería que lo escuchara

-¿Son del mismo curso?

-No- le respondemos al unísono.

-Yo soy un año mayor

¿Este maldito invertido es mayor o esta solo bromeando?

-¿Lo eres?- le pregunto para estar seguro.

-Sí, este año me gradúo- me responde como si fuera lo más normal del mundo decir que se gradúa este maldito año, bueno, es normal decirlo a esta altura, pero no lo es cuando recién se lo cuentas a alguien que no tiene la menor idea de nada de un segundo para otro

-Ohm- es lo único que logra salir con congruencia de mí.

¿¡Qué clase de maldito juego es este!? En serio, todo este revoltijo es solo una mezcla de mierda que se coló en mi cabeza y ahora todas las benditas cosas no son lo que creía que eran ¡Mierda! Esto no puede seguir pasando

-¿Por qué te sorprendes? ¿Acaso no lo parezco?- pregunta con altivez.

No le respondo, solo respiro hondo mirando los pies del profesor que avanzan delante.

Me quedo unos pasos atrás de los dos y me arreglo. Peino, tiro y aliso. Al creer que estoy listo, aunque algo embrollado, doy unos pasos rápidos hasta llegar a la altura.

-¿Está todo bien?- me pregunta por lo bajo.

¿Cómo demonios piensa que voy a poder estar bien luego de todo el revoltijo que me ocasionó?

-¿En serio lo preguntas?

Sigo mirando al frente cuando siento un calor extraño y un toque en mi mano. Con la frente arrugada volteo la vista y veo como acerca su mano, entrelazándola con la mía.

Siento calor y un golpe que me acelera de la nada.

-¿Qué haces?- intento quitar mis dedos de un tirón pero se aferra.

-¿Te molesta que lo haga?- asiento con obviedad mirando al profesor que siga caminando con calma y como si el maldito fuera suyo.

Alza las cejas y aprieta los labios unos segundos.

La Pausa de un Cariño IncontrolableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora