Eamonn.
-Te equivocas, no somos iguales
-¿Y eso como lo sabes?
-¿Cómo tú lo sabes?
¿Acaso es descendiente de brujos o será que una voz desconocida te dice lo que somos?
-Y además yo no soy el que va a pasar la noche en la casa de alguien más porque sí.
-En serio estás de los pelos porque te lo diga ¿no?
-Eso para empezar por lo menos- comienzo a enumerar- No te estoy cobrando ni hospedaje, comida o cualquier cosa; Así que al menos merezco saber el porqué de tanto secreto Te doy tiempo de que digas hasta que vuelva.
-¿A dónde vas?
-Voy por material para una cama de mala calidad
¿Qué es lo que esconde este chico?
Salgo de nuevo y voy hacia el armario del pasillo y saco unos plumones y frazadas para él. Cuando entro lo pillo recostado boca abajo en mi cama.
Dejo las cosas a los pies de mi cama y camino al baño para tomar la ropa y dejarla en el cesto de ropa sucia.
Le toco el hombro al acercarme y no se mueve.
¿Por lo menos este maniaco siquiera está vivo?
Contemplo como su espalda se eleva y siento un alivio. Al menos no está muerto y no tengo que cargar con un cadáver en la espalda.
Pasan minutos, contando el tiempo que llevo de pie dando vueltas esperando a que despierte, para poder dormir finalmente en mi cama de una vez por todas sin ser interrumpido.
Me reclino hacia la cómoda y le doy unos tragos al jugo, lo dejo hasta la mitad.
Miro el vaso de Richard y noto que ya está vacío.
Voy hacia la orilla de la cama y me coloco en cuclillas, junto las manos, bajo la cabeza y comienzo a rezar entre murmullos.
La cama cruje y me lanzo hacia atrás dejando una plegaria a medias, recupero el equilibrio. Se voltea hacia mí, aún con los ojos cerrados y murmura algo que no entiendo. Sigue hablando y trato de acercarme sin perturbarlo.
¿Qué clase de bestialidades estará tratando de decir el exhibicionista en medio del sueño?
Estoy cerca de él cuando se detiene y da una larga respiración, su pecho se eleva y abre los ojos de golpe.
Pestañeo inconscientemente varias veces y me alejo, dándole la distancia correspondiente.
-Balbuceas dormido.
¿Qué mierda es lo que decías y hacia quien demonios iba dirigido? Ni la menor idea
-¿Ah, sí?
-Lo haces, y como dato extra también me quitas la cama dormido.
Menos mal que estamos solos porque o si no hubiera obtenido un gran problema con lo que dije
-Oh, lo siento- trata de levantarse y lo detengo.
-No, no es necesario, quédate
Richard.
-Balbuceas dormido- le escucho decir casi a lo lejos, es una sensación extraña y gratificante.
Si tan solo hubieras podido escuchar lo que decía, porque por tu expresión no lo hiciste, pero si me lo preguntaras te lo diría, porque lo recuerdo
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La Pausa de un Cariño Incontrolable
Storie d'amoreTú y yo. Tú me das un paraguas. Yo lo recibo. Tú te acercas. Yo no me muevo.