Richard.
- Y como dato extra- levanto la mirada dejando de lado el bolígrafo- que no va a entrar en el examen final, pero de igual modo les servirá algún día - cambia de diapositiva y se ven muchos edificios antiguos, puedo sentir un gran interés atrayéndome a lo que está por decir la maestra- Como ven estás eran las iglesias que se construían como pago por sus pecados- se gira y camina por en medio de las columnas- Los más ricos de la época, al igual que en cualquier tiempo, eran los que más mostraban no solo su poder, sino también su devoción a Dios por medio de estas monumentales construcciones con esculturas, mosaicos y...- suena la campana.
-Que curioso- murmuro descruzando los dedos y al colocarme de pie siento unas amistosas palmadas en el hombro.
-Feliz Cumpleaños Ellys.
Agradezco el gesto pero temo decir que hay una persona en especifico que espero que se acuerde, y me felicite aunque sea con las mismas simples palabras que incrementan una preocupación, ganas, impulso de complacencia hacia mi Espero que te acuerdes, me harías muy feliz Eamonn
-Gracias.
Salgo y camino hacia los baños con cuidado de no chocar con nadie mientras veo por cada rendija que se abre a mi paso para buscarlo sintiendo una inquietud y emoción a la vez que se entremezcla con la intriga del saber que hará.
Entro en un cubículo y al instante recuerdo aquella noche de festejo cuando tuve que dejarlo en uno de estos, y sonrío. Hago lo mío y salgo para lavarme las manos, y aprovechando el impulso también me mojo la cara y al levantarla y ver a través del espejo lo veo.
-Hola- tomo nova y me seco las manos.
-Hola- Me responde con un murmuro.
Que agradable coincidencia es que aparezcas en el momento preciso, en cuanto no te espero pero te deseo en secreto
Hace un ruido nervioso y lo veo en su reflejo.
-Oye- inclino la cabeza y mira a otro lado- Me enteré que hoy es tu cumpleaños.
-Y así es- sonrío un momento de lado quitando la mirada del espejo para mirar su esencia original.
¿Tienes algo que decir querido Eamonn? Espero con tal ansia que salgan tales palabras de tu boca que me acercaría para siquiera escucharlo en un vergonzoso susurro que pasaría a un contacto visual directo y a una aceleración de pulso, que implican las ganas que tengo que tocarte, unir nuestros labios y fusionarnos en medio de una sonrisa gratificante
-Ohm, oye -Doy un paso para acortar las distancias y se sobresalta para mirarme- Feliz cumpleaños- sus orejas y rostro están colorados y creo casi sentir la calidez que escapan de esta.
-Eamonn- su pecho deja de moverse, deja de respirar.
Parece excepcional que tal sea tu reacción, me siento tan feliz que pareciera que yo he robado cada latido de su corazón, consumiendo tu respiración y aspirando tus pensamientos
-Gracias
-No es nada
Meto las manos en los bolsillos de los pantalones y antes de que se vaya lo llamo.
-Oye- suspiro y noto como no hay nadie más aquí.
Nada de esto parece ser una simple casualidad, y si lo fuera, que sigan pasando una y otra vez hasta que nuestro tiempo acabe
-¿Qué quieres?
¿Si te lo digo no te enfadarás? ¿Aceptarás que también es lo mismo que te pasa a ti? Sabes que no es necesario que lo digas con palabras, en tus acciones está la respuesta, pero no sabes la gran sensación de alivio que me provocarías con ello
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La Pausa de un Cariño Incontrolable
RomanceTú y yo. Tú me das un paraguas. Yo lo recibo. Tú te acercas. Yo no me muevo.