Eamonn.
Por haber tenido la mirada perdida tratando de irme de este mundo en donde está la garrapata, que pronto llegará, y acabo de ver algo, algo que espero no ser el único en notarlo, porque en realidad ¿Qué es lo que pretenden haciendo eso.
Agacho la cabeza hacia adelante, archivando la imagen tan desagradable en mi mente.
-¡Cabello brillante! ¿Qué tal estás?- la veo sentarse a mi lado con una sonrisa.
-Bien- es lo único que le pienso decir en todo el recreo, estoy algo harto. Y al parecer por el silencio que hay entre los dos, puede que no sea el único con la idea a punto de realizar.
-Me gustas- suelta de la nada y solo volteo a verla, niego con la cabeza.
No le respondo nada y termino ignorándola, miro a donde estaba colocando mi atención previamente a la inoportuna e ilógica declaración, no están, parece que ya terminaron el show.
Y como siempre, la estúpida garrapata es muy oportuna
-Parece que te levantaste con el diablo en el cuerpo.
Que descarada ¿Cómo se atreve a decirme eso?
Me impulso para levantarme cuando me da un tirón desde la manga y caigo en el asiento.
-¿Qué te sucede?
Más bien ¡¿Qué demonios le sucede?!
-¡Espera!-
-¿Qué es?- se desliza hacia mí estirando su mano y trato de alejarme cuando agarra una de mis manos y se aferra a ella con sus manos con fuerza, tengo pánico, me da pánico y pena al ver como se aferra a algo tan absurdo. Me mira fijamente, se lame los labios, quita una de sus manos del amarre y me toca la mejilla bajo la mirada y creo sentir una pequeña atracción, creo tener casi la intención de caer en tal acto pecador, solo acercarme y hacerlo, pero no por sentimiento, solo por acto impulsivo.
-Listo- Sonríe y se sonroja- Solo es una pestaña.
¿No es demasiada casualidad que ella hiciera casi lo mismo?
Retrocede y esta vez la atraigo yo, quedamos a centímetros de distancia y algo se apaga cuando su respiración se acelera.
Estiro una mano y con delicadeza tomo su mentón y ella tratando de parecer tímida se acerca, cuando estamos por tocarnos las narices me muerdo el labios y baja la mirada.
-Para la próxima- traga saliva y me mira a los ojos, veo la ansiedad- Solo dímelo, y no me toques- Dejo car mi mano inmediatamente, la paso por la madera y me levanto.
-¡¿Acaso estás demente?!- escucho que grita.
Doy un giro y me detengo, devolviéndole el grito, no pretendo volver a acercarme.
-¡No estoy demente, es solo que me levanté con el diablo en el cuerpo al parecer!- no le doy la más mínima atención a los chismosos asomados y con el oído preparado y entro a los pasillos luego de volver a avanzar.
Paro de caminar cuando un chico se detiene justo enfrente.
-¡Eamonn!
¿Este chico no era?
-¿Qué haces?- le pregunto con la intención de que me responda el porqué se detiene justo en frente, en el momento previo antes de chocar con él estúpido que creo que recordar nombre.
-Solo me detengo un momento para hablar con un amigo- me sonríe de lado.
Por casual que quiera poner esto en bandeja, la manera en la que me emboscó no me parece la más normal.

ESTÁS LEYENDO
La Pausa de un Cariño Incontrolable
RomanceTú y yo. Tú me das un paraguas. Yo lo recibo. Tú te acercas. Yo no me muevo.