Eamonn.
Luego de advertencias, sobre como no debo dejar que me manoseen o me vean mis partes o acosen mientras me ducho allá, y felicitaciones innecesarias por parte de mi madre, me tiro a la cama.
Estoy condenadamente cansado ahora mismo, aunque realmente no sé si estoy más agotado mental o físicamente
Logro relajarme y cierro los ojos. Ruedo sobre mí sintiendo helada la espalda, ahora estoy en el pasto con un gran sol y nubes pasando.
¿Qué rayos es esto?
Vuelvo a girar y estoy en una bajada, llego hasta el final pero mantengo una sensación de ni siquiera haberme movido, es raro, es tal y como si hubiera aparecido en medio de la maldita nada.
Intento levantarme luego de tropezarme y caer, sin sentir ningún dolor.
¿Qué es lo que está pasando en esta mierda de lugar?
Todo gira y aparece una pared reemplazando todo el pasto. Frunzo el ceño y me giro formando una suave brisa, como un abanico.
Miro alrededor y hay una sombra que se acerca.
¿Qué rayos hace una sombra aquí?
Lo examino y este no tiene forma definida, achino los ojos tratando de enfocar y miro un momento al cielo cuando todo el ambiente parece oscurecerse, está nublado.
Algo cae desde arriba y me agacho cubriéndome la cabeza. Y a través de mis dedos veo lo que parece ser un libro.
¿Ahora las bombas están siendo reemplazados por libros?
Un grito mudo sale de mi cuando el libro viene hacia mí, retrocedo y toco con la punta de los dedos la pared a mi espalda.
¿Por qué ahora todo lo que aparece trata de no dejarme huir, correr en paz? ¿Es una estúpida señal de algo que he descifrado?
Y al levantar la vista doy un salto cuando la sombra me toca el hombro, la empujo y en cámara lenta se tira hacia atrás, pestañeo repetidamente y veo que en realidad esta cosa si tiene una forma, parece un hombre. Algo golpea la punta de mis pies, un libro abierto, leo un pasaje y lo reconozco al instante; es la biblia. La sombra pone un pie sobre la novela, acercándose y me toca el pecho mientras su altura disminuye, se coloca de rodillas y se arrastra hasta quedar aún más cerca. Estoy completamente apegado contra la pared
-¿Sientes lo mismo que yo?- dice con voz distorsionada y me agarra el corazón con su mano, solo lo miro.
Siento un temblor en mi cuerpo.
Abro los ojos.
-¿Qué soñabas?- miro a todos lados asustado.
Estoy en mi cuarto, acostado en mi cama.
-¿Qué acabas de decir?- me apoyo en las palmas de mis manos.
Todo en la cama está desordenado.
-NoNo lo recuerdo- el corazón me golpea con fuerza, creo que estoy sudando
No creo que pueda olvidarlo
Richard.
-Así que llegaste- dice mi padre de mala gana cuando paso por su lado en la cocina, saco una fruta.
-No creí que fuera una molestia llegar a esta hora.
-Eso no lo hace, lo que me molesta es que no avises.
-¿Y cuál se supone que es la diferencia? Si de igual modo no te va a importar- termino diciendo entre dientes.
-¿Qué fue lo que dijiste?- alza las cejas, me mira amenazante.
-¡No importa! Ya llegué ¿no?- le doy un mordisco a la manzana.
Mira a otro lado apagando su cigarro y tirándolo al basurero mientras suelta todo el aire llego de humo. Trato de no respirar.
Sigo teniendo toda la razón, porque finalmente lo único que resulta importarle es que no manche la reputación que lleva el apellido
-Me fue bien- salgo de la cocina y comienzo a subir la escalera con una pequeña sonrisa- Si supieras.
Me desnudo y calmadamente saco unos pantalones cortos y una remera sin mangas, como si fuera un pijama.
Lentamente voy devorando la manzana mientras voy de un lado a otro caminando por la habitación y, cada tanto, respondo unos mensajes que me llegan.
Lanzo la manzana al terminarla directo al basurero y luego de hacerlo me siento en la cama, mirando detenidamente la almohada, imaginándome la sensación, las emociones que me invadirían si lo hiciera en casa, en mi cama.
¿Qué tan excitante puede llegar a ser el tener sexo en un sitio donde sabes que pueden descubrirte con certeza?
Un toc,toc y mi padre se asoma, lo miro atento dejando todas las cosas físicas como mentales de lado.
Se aclara la garganta.
-El sábado vendrán los chicos, y solo venía a avisarte por si querías unírtenos para ver todos juntos el partido.
-De ahí te aviso.
Muerdo la parte inferior de mi labio. Aprieto, entierro, fuerte, duro.
-Eso era todo, te dejo, que descanses.
-Igual
En cuanto la puerta se cierra mi mirada se desvía hacia la ventana, como una pequeña salida de todo, una pequeña salida de mi secreto, de mi lado oculto, mostrándome su luz, una mínima esperanza...
¿Por cuánto tiempo se puede guardar un secreto como este?
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La Pausa de un Cariño Incontrolable
RomanceTú y yo. Tú me das un paraguas. Yo lo recibo. Tú te acercas. Yo no me muevo.