Eamonn.
¿Ahora tengo otra bendita opción?
Mentalmente repaso desde la oportunidad de golpearlo en las pelotas hasta negociar, pero el problema es que el maldito invertido no es estúpido
Niego con la cabeza, lo miro con resentimiento por lo que me va a obligar a hacer.
-Si hago lo que me propones ¿cumplirás con tu maldita parte?- le pregunto para asegurarme. Siento arrepentimiento y culpa por lo que acabo de decir, ya que es seguro que pronto empiece a calentarme la cabeza con estúpidas ideas confusas sobre lo que estoy haciendo.
-¿Estás dudando de mi?
-¿Lo harás o no?
-Lo haré hasta que me digas que haga lo contrario.
-No juegues, solo responde.
Suspira mirando el techo y asiente colocándose serio.
-De acuerdo, lo digo claramente- suspira- cumpliré con mi maldita parte- repite lo que dije y siento algo extraño moverme.
Asiento en aprobación y respiro hondo.
Espero que esta mierda no termine siendo un timo de su parte
Sintiendo casi una fuerza extra, doy un paso adelante tan corto que se puede medir con mi calzado. Trago saliva y doy otro paso más, cuando lo miro él está vigilándome sin pestañear.
¿Pero que mierda me pasa? Es solo un beso. Además ¿Qué mierda le pasa a él? ¿Por qué me mira de esa manera?
Mis hombros empiezan a subir y bajar con rapidez cuando siento mi pulso acelerarse sin razón cuando me acerco y él baja sus brazos colocándolos a sus costados.
-Cierra los ojos- digo en medio de un suspiro.
Me hace caso y noto como bajo sus párpados, sus ojos se mueven con velocidad.
Comienza a hacer un calor malditamente arrasador cuando empiezo a inclinarme. Bajo la mirada y miro sus labios que están entre abiertos esperando a que los míos se junten.
Humedezco mis labios y cierro colocando la mente en blanco cuando siento su respiración y pequeño roce. La respiración se me tranca y muevo suavemente mis labios de un lado a otro sobre los suyos, aun dudoso de unir por completo nuestros benditos labios.
Percibo lo ligero de su piel y labios perversos que toco con los míos.
-Mierda- murmuro segundos antes de lanzarme.
Golpean la puerta y retrocedo, mi espalda golpea uno de los lados del cubículo.
Pestañeo rápido mientras comienzo a entrar en pánico cuando de la nada noto una mano en mi nuca y al mirar al frente solo logro ver un cabello castaño, finalmente lo siento casi sobre mí.
Creo que me gustas
Y vuelvo a sentir la desesperación, el miedo y por impulso lo abrazo, le correspondo el beso sintiendo un alivio y parece que estuviera en el agua, todos los sonidos parecen casi desaparecer, escucharse lejanos y todas las visiones se tornan de distintos colores al cerrar los ojos.
Entierro mis dedos en la parte media de su espalda, notando que realmente está ahí.
Oh, rayos
Pasa sus manos por mi cabello, cuello y llega hasta mi pecho que es donde se detiene.
-Eamonn- me llama cuando de la nada nos detenemos- No pienso detenerme.
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La Pausa de un Cariño Incontrolable
RomanceTú y yo. Tú me das un paraguas. Yo lo recibo. Tú te acercas. Yo no me muevo.