32-

11 1 0
                                    

Eamonn.

-Por tanta distracción de seguro tienes a alguien en la cabeza- repito su comentario cuando ya veo que está lejos y cierro la puerta tras de mí, suspirando.

Aún con concilio saber cómo mierda me encontró

Juro que no tenía ni idea de lo que pasaba cuando entró en mi casa, solo hasta que me contó que se enteró de todo lo que había sucedido, me hizo sentir culpable el no haberle dicho nada, sinceramente estuve al último segundo tratando de darle explicación cuando lo descubrió.

Finalmente toda la verdad salió a la luz

Pero creo que este no fue la mejor manera, ni día para decírselo, ya que es un día de lluvia y pareciera casi una estúpida novela romántica, solo faltando la babosa pareja besándose bajo toda la lluvia.

Salto por un ruido, el teléfono fijo.

-¿Aló, quién es?

-Oye, parece que tienes un admirador ¡No! En realidad parece más un acosador, porque cuando salí de tu casa me estaba mirando fijamente, no, creo que puede ser más bien un enamorado, sí, eso, bueno ¿lo conoces a menos?

Corto la llamada.

¿Será o él o es que realmente tengo a un maldito psicópata que va querer olfatear mis olorosos calcetines cuando los tire al lavado luego del estúpido entrenamiento?

Golpean la puerta peculiarmente.

Reconozco el sonido, aquel ritmo que es igual a la vez en que habían dejado una nota cuando hace minutos él estaba aquí, es extraño. Algún malnacido dejó una nota que no tengo idea de lo que tiene escrito, pero de seguro no es nada bueno si lo dejan de la nada y se largan a quien sabe dónde y quien sabe quién. Además teniendo en cuenta de que tiempo después recibo una llamada diciendo que alguien está afuera vigila quien entra y sale de mi casa, que es lo hago dentro.

En esto tocan la puerta

Camino hacia allá mientras miro alrededor, viendo que en realidad él no dejó nada.

Por cómo veo las visitas de hoy están peor que las moscas con la mierda

Entre abro la puerta.

-¿Leíste la nota?- Richard.

Rápidamente trato de cerrar la puerta a empujones y fuerza bruta cuando lo veo, pero él coloca la misma y casi más presión que yo, empujo nuevamente y la puerta está inestable.

¿Por qué rayos está tratando de estar tan desesperadamente si este es mi sitio?

Me resbalo por los calcetines.

¿Pero qué mierda? ¿Acaso este desviado intenta acercarse a mi?

-Déjame entrar- se escuchaba exasperado.

-No lo hagas. No entres

Pasa por una abertura que queda entre la puerta y el umbral, me acomodo mientras, asegurándome de que no tengo nada fracturado intento moverme pero algo suena en mi pierna y prefiero quedarme en el piso.

Richard.

-Déjame entrar.

Por favor, no solo me des el paso a tu casa, sino que a más sitios donde haya una mayor importancia

-No lo hagas. No entres.

Comprendo como esa frase, al igual que la mía va en más de un sentido, entiendo a lo que se refiere.

Entro a su casa por el espacio que queda entre a puerta y el umbral. Y al estar de pie frente a él me agacho hasta quedar a su altura, quedando con las piernas entrecruzadas.

La molestia se refleja en su mirada y yo solo la mantengo fija en él, no mantengo ninguna expresión.

Por momentos mira a otros lados y aprovecho esos momentos exactos, para acercarme de a poco mientras trata de hacer lo contrario cuando bajo mi mirada.

Me voy acercando a ti sin que lo notes, pero cuando me notas tan próximo, temes y te alejas ¿por qué? ¿A qué le temes Eamonn?

-No lo entiendo ¿por qué no solo me dejas?

-¿Por qué no solo te dejo que?- se apresura a colocarse de pie hasta que lo tomo de la manga y se detiene, intenta quitar mi mano a tirones. Me da un manotazo y la quito.

Me pongo en pie.

-¿Estás seguro de que no lo entiendes?

-¿CCómo no voy a estoy seguro de eso? Es mejor si dejas las bromas y te vas- se voltea apresurado y me mira atormentado.

Puedo estar seguro de no ver una total convicción del deseo de mantener la distancia, para dejar que una suave brisa pase por entre nuestros cuerpos fundidos en piel y sábanas

Retrocedo y retrepo contra la casi tibia puerta.

-¿Qué pretendes hacer en la puerta?

No despego la cabeza de la madera cuando dirijo la mirada a él.

-Si en serio quieres que me vaya Pues ábrela y me iré- sonrío mientras me muerdo ligeramente el labio.

-¿Estás jugando conmigo?- niego sin quitar la sonrisa.

No lo haría de esta forma, este no es el juego que quiero jugar si no finaliza con un mejor producto

-Entones si no juegas conmigo ¿por qué no solo me dejas ir?

-Es solo para que sepas que voy en serio contigo.- levanto un hombro.

Espero que sepas que soy completamente serio, que me siento serio en sentimiento, en excitación y emoción, todos provocados por ti

Se queda mirándome.

-Voy a llama a la policía.

-¿Soy una molestia para ti? ¿Mi presencia te incomoda, te coloco nervioso de casualidad?

-¿A qué te refieres? Eres un chico, bueno, un hombre y no es posible que eso llegue a suceder.

-¿Tienes certeza de ello?- me refriego un poco contra la puerta- ¿No son nervios los que sientes cuando me acerco a ti? – Suspiro- ¿Piensas negarme que fue tentación y pasión lo que te hizo seguir el beso?

La Pausa de un Cariño IncontrolableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora