Declan, quien nunca me gustó ni gustará, jamás entendió por qué lo rechazaba. Creo que ese fue el motivo por el que siempre volvía a pedir una oportunidad. Le conté lo de Iván, sin detalles ni mencionar a Elián, para que se diera cuenta que:
No busco una relación.No busco una aventura de una noche.
No busco un amigo con derecho.
Busco estabilidad, paz, espacio. Necesito poner mis pensamientos en orden, descubrir si sigo siendo Mary o soy Salmeé. Quiero tiempo para sanar porque el chico que amaba no me recuerda y la persona que lo obligó a olvidarme está enmendando mi corazón poco a poco, arreglando lo que en primer lugar destruyó sin siquiera saber.
«¿Recuerdas los gritos? Es curioso, porque yo sí lo hago, y no eran solo de Iván. Eran también tuyos. Eran nuestros gritos. Elián no solo destruyó tu corazón, también tu cuerpo. Deberías mostrarle las cicatrices. Así tal vez se daría cuenta que, a pesar de que quiera cambiar, eso no borrará el pasado y las marcas de esa noche en tu piel», susurra una triste Mary.
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Lo que callo para no herirte
Historia Corta¿Callo para no herirte o te cuento la verdad?