CAPÍTULO 1:

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«El día más feliz de mi vida... EL día que inicia mi infierno.»

SERENA:

Hoy voy a casarme con el hombre más guapo y tierno, que jamás en mi vida pensé en conocer. Comencé a creer que nunca iba a llegar a dar este paso, ya que soy una mujer algo tonta y distraída. En pocas palabras, soy una cursi mujer enamorada, eso sin contar, que no me siento tan bonita como mi hermana gemela Mina, ya que ella desprende glamour, elegancia y belleza, por donde quiera que pase. ¡Ya sé! Tengo muy baja autoestima. Pero afortunadamente, y a pesar de eso, me casaré, y tendré a mi lado al hombre de mis sueños. Soy escritora, y me fascina lo que hago. Me encanta redactar e inspirarme con palabras frente al computador por horas. Escribir líneas románticas son mis favoritas. Según mi padre, dice que yo tengo la paciencia y la sensibilidad que se necesita para redactar líneas tiernas, y explícitas. Siempre me dice que tengo un don, que nadie más en la familia tiene, y que eso me hacía única y especial.

Trabajo en una pequeña casa editorial, ya que ellos fueron los únicos en darle la oportunidad a una novata como yo, y hasta ahora, no se han quejado de mi trabajo. Mi primer libro publicado, se llamó: "EL AMOR TODO LO PUEDE". Fue una historia en donde explico el cariño que se puede tener a alguien, no importa el sexo, o sus preferencias, siempre y cuando siempre exista amor. El libro explica, diferentes teorías sobre el amor, y una de ellas, era de como el amor que se sentían el uno al otro, hacía que todo funcionara, a tal grado de perdonar, y de quererse tal y como son, acoplándose tan perfectamente, como los engranes de un gran reloj. Fue un gran reto para mi, pues lo hice a pesar de que no había tenido demasiadas experiencias amorosas en la vida, que me sirvieran de experiencia. Me sorprendió mucho y les sorprendió a la editorial, el éxito que tuvo el libro, así que me dejaron continuar. Aún no tenía alguna otra historia que redactar, pero mis compañeros y jefes, no me presionaban, sino al contrario, me motivaban y decían, que no estaba lejos de hacer y publicar otro libro, igual de bueno que el primero. Que solo bastaba que le pusiera más empeño. Pero de un tiempo para acá, en vez de escribir, tenía otros planes, y uno de ellos es casarme. Ya después estando casada, me daría la oportunidad de escribir y publicar más.

Hoy, como mencioné, era el día en el que me casaba con el hombre más guapo del universo. Un chico que no dejaba de sorprenderme en todo momento. Y aunque en ocasiones lo sentía distante, autoritario y frio, de inmediato se arrepentía, me pedía disculpas y volvía a ser el mismo. Creo que todos cometemos errores, así que mientras el los aceptara, yo los dejaba pasar. Como anoche que por ejemplo mis amigas querían llevarme a un bar para hacerme una pequeña despedida de soltera, pero él no quiso. Él se molestó con mis amigas, diciendo que me iban a desvelar, y no quería casarse al día siguiente con una novia cansada. Yo agradecí a las chicas por su buen gesto, pero concordé con mi novio, y no fui, y me quedé con el en casa. Así que ellas no tuvieron otra opción, más que aceptar algo tristes mi decisión. Él me pidió disculpas por lo que había hecho, y yo lo perdoné y acepté que tenía razón, y después de eso, estuvimos muy contentos hasta que el tuvo que irse. A ellas no les caía bien mi novio, y siempre me decían que tuviera cuidado de el. Pero el nunca me demostraba comportamientos de violencia. Siempre era lindo conmigo, pero según mis amigas, con ellas era todo lo contrario. Está de más decir, que desde que se los conté, no les agradó la idea de que me fuera a vivir lejos a otra ciudad. Pero les expliqué que teníamos que hacerlo por su trabajo, ya que él era el dueño de una cadena de hoteles, y no podía solo abandonar su negocio familiar. Y aunque aún yo no sabía cuál sería nuestro nuevo hogar, ni en qué ciudad viviríamos, ya que él nunca daba muchos detalles al respecto, yo había aceptado seguirlo a donde fuera, con tal de estar juntos.

En estos momentos yo estoy en mi recamara, esperando a que terminen los últimos retoques de mi atuendo, y cuando al fin terminaron de arreglarme, me levanté, y me admiré en el espejo de cuerpo completo que había en mi habitación. Me veía muy bien con mi vestido blanco, no tan esponjoso y en corte sirena. El corsé era en forma de corazón, y mi velo, no era tan largo, solo tenía la tela justa para que cubriera mi rostro. El maquillaje era algo discreto, solo mis labios rojos eran los que resaltaban en todo mi atuendo. Me miraba, y me sentía como pocas veces: bonita. Unos ligeros toquidos se escucharon en mi puerta, y después de éstos, mis padres entraron a mi habitación. Me admiraron, y mamá se limpió unas lágrimas que se escapaban de la emoción por verme vestida así, mientras mi padre hablaba.

𝔈𝔫𝔰𝔢ñ𝔞𝔪𝔢 𝔞 𝔳𝔦𝔳𝔦𝔯 𝔰𝔦𝔫 𝔪𝔦𝔢𝔡𝔬 🌙 (EN CORRECCIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora