«Sus ojos»
SERENA:
Me sentía casi flotar entre nubes. Como si todo fuera solo un sueño. Esperé temerosa el golpe que sufriría tras mi caída, pero éste nunca había llegado. En su lugar sentí como si fuera tomada entre unos fuertes brazos. Un ángel, fue el primer pensamiento que llegó a mi mente. Escuchaba una voz lejana, y a la misma vez cerca, que me instaba a despertar, pero mis ojos no podían hacerlo. Podía escuchar un tono de voz dulce y tranquilo, que me llamaba con insistencia. Una voz que en lo más profundo de mi ser, me reconfortaba, y llenaba mis sentidos con un extraño sentimiento. Quise conocer al ángel, dueño de esa voz tan cálida. Ese interés fue lo que me motivó a intentar abrir los ojos. Logré ver al alguien delante de mí. Alguien que no me era conocido. Si era un ángel, era uno muy guapo, de eso no había duda. Pero cuando de mi visión desaparecieron los nubarrones y pude enfocar bien y con claridad, también pude percatarme de sus ojos y del color que estos eran. Azul. ¡Ese maldito azul oscuro!. El mismo color de ese monstruo que me condenó a esta horrible vida. Mi mente me jugó sucio, y una visión de el, riéndose cruelmente de mi, se me presentó e invadió mi mente y mis sentidos. El terror comenzó a fluir en mis venas. Entré en shock, y comencé a defenderme, queriendo apartar lo más lejos de mi, a este falso angel que tenía delante. El murmuraba cosas, pero entre el pánico mis oídos zumbaban, y sinceramente ante el pánico que sentía, yo no le presté atención a lo que me decía. Su voz casi me suplicaba, pero el rostro que seguía mirando era solo el de Zafiro. Tanto terror que sentí, provocó que me sintiera débil, y de pronto, sin poder hacer más, desfallecí, cayendo en la pesada inconsciencia otra vez.
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No sé cuánto tiempo pasó, pero me sentía más descansada. Hasta mi cuerpo estaba un poco más relajado. Y como no, si tenía días sin dormir bien. Abrí los ojos, pero tuve que parpadear varias veces, para tratar de acoplarme mi visión a la luz del día. Cuando pude ver con claridad, ví que estaba en un lugar desconocido. No era el cuarto de hotel donde me hospedaba con Ami. Algo asustada, me enderecé y ver a mi alrededor. El lugar era un poco varonil. Las paredes eran de color azul contrastado con un color gris. También el aroma en el aire estaba impregnado de loción masculina. No había cuadros decorativos, solo títulos universitarios en una de las paredes. Las sábanas con las que estaba cubierta eran de color azul y blanco, y todo en la habitación estaba ordenadamente limpio. ¿Qué había pasado? ¿De quién era esta habitación? ¿Dónde estaba?. El pánico comenzó a presentarse, haciendo que mi corazón saltara latidos de lo rápido que comenzaba a ir. Tenía que salir de aquí. Iba a levantarme, cuando di un respingo al ver como una señora, de unos cincuenta o sesenta años aproximadamente, se asomaba por la puerta. Yo inmediatamente me iba a poner a la defensiva, pero la tierna y dulce sonrisa que me mostró, me hizo calmarme. Al menos un poco.
—Buenos días señorita. ¿Cómo amaneció? —su lindo tono de voz me hizo responderle con un poco más de tranquilidad y confianza.
—Bue.. buenos días. Perdone pero, ¿Quién es usted? ¿En dónde estoy?.
—Verá, mi nombre es Luna. Y usted está en la casa de la familia Chiba —se miraba sincera, así que no supe porqué, pero algo en mi me decía que podía al menos darle un voto de confianza.
—¿La familia Chiba, dice? —asintió. ¿Quienes eran ellos?. No tenía ni idea, pero no tuve el valor de preguntar. —¡Mucho gusto!. Mi nombre es Serena —fue raro presentarme ante la sociedad con mi nombre, sabiendo que en realidad desde hace unos años para todo el mundo yo estaba muerta.
—¡Mucho gusto, niña Serena! —murmuró sin borrar su sonrisa, y a pesar de toda esta confusión, yo me atreví ligeramente a corresponderla con otra.
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𝔈𝔫𝔰𝔢ñ𝔞𝔪𝔢 𝔞 𝔳𝔦𝔳𝔦𝔯 𝔰𝔦𝔫 𝔪𝔦𝔢𝔡𝔬 🌙 (EN CORRECCIÓN)
FanficSINÓPSIS: Serena tendrá que aprender que no todos son lo que dicen ser, y sufrirá demasiado por las malas decisiones de su corazón. Lamentablemente, para poder sanar, tendrá que aprender a confiar nuevamente, dejando aquellos miedos profundos que l...