«Dolorosas revelaciones»
DARIEN:
—Bien, primero que nada, voy a realizar tu expediente. Así que Serena, me podrías dar tu nombre completo, y edad, por favor —ella asintió. Estaba contento con el valor que mostraba tener, aún a pesar de sus miedos.
—Si. Mi nombre es Serena Gálvez Tsukino. Y cumpliré treinta y uno este año —comencé a apuntar. Ya más o menos lo intuía, pues se miraba que era una mujer joven. Así que descubrir que era dos años más a los que yo le calculaba, y menor que yo por casi cinco, no me asombraba demasiado. Así fui preguntando sus datos, algunos los excluí, pues ya los sabía por la vez anterior que me lo había contado.
—Bien. Ahora Serena, te voy a pedir un favor. ¿Podrías recostarte en ese sofá? —ella me miró algo asustada, y yo rápidamente me expliqué —tu tranquila. Solo es parte de la terapia. Necesito tu mente y tu cuerpo, completamente relajado, para cuando te vaya a preguntar algunas cosas. Ami puede tomar tu mano, si tú así lo deseas —tras recibir el asentimiento de su amiga, ella suspiró un poco más tranquila, y aceptó. Se levantaron ambas, y coloqué una silla alado del sillón para que se sentara Ami. Ella me agradeció y se sentó, mientras Serena, algo cohibida, se recostó poco a poco en el sofá, todo el tiempo sin soltar la mano de su amiga. —Muy bien. Gracias. Díganme, ¿Están listas? —ambas asintieron. Yo me coloqué en mi silla, algo alejado, sobretodo de ella, ya que no quería perturbarla y ponerla más nerviosa, pero aún así, estando en un ángulo donde pudiera verla bien. —Serena, antes que nada, necesito que cierres los ojos. Quiero que te relajes. Que estés tranquila. Que no pienses en nada, más que en lo que te voy a ir preguntando, ¿Está bien? —ella asintio, cerrando sus ojos poco a poco, y cuando estuve fuera de su vista, me quité los lentes de sol, saqué una hoja limpia de mi libreta de apuntes, y me concentré en hacer el cuestionamiento —okey. Ahora, quiero decirte que cuando se te haga difícil decirme las cosas, con confianza, dímelo, y dejaré el tema. O si de verdad quieres decirlo, pero quieres seguridad, toma con fuerza la mano de Ami, y trata de hablarlo poco a poco. Yo te esperaré todo el tiempo necesario hasta que tú estés lista. Si sientes que no puedes, como te dije, no te preocupes. Yo no te voy a obligar a que hables. ¿Hasta ahora estás de acuerdo? —volvió a asentir, y yo empecé a mover el péndulo que tenía en mi escritorio. El objetivo de éste, en parte era descolocar a los pacientes, hacerlos concentrar solo en el sonido, y a la vez calmarlos un poco. —Serena, concéntrate en el sonido que estás escuchando —no mencionó palabra alguna. Siguió sujeta a la mano de su amiga, y yo pacientemente esperé el tiempo necesario para que ella estuviera tranquila, y cuando lo creí conveniente, volví a hablar. —Eso es. Vamos a empezar con lo más sencillo. Dime Serena, ¿Porqué estás aquí? —exhaló.
—Po... porque tengo miedo —murmuró con sufrimiento.
—Serena, cuentame, ¿A qué le tienes miedo? —para darse valor, la ví apretar más fuerte la mano de Ami.
—A el... —yo estaba apuntando cada cosa que me decía, así como sus expresiones, y como reaccionaba a mis preguntas.
—¿Te puedo preguntar cómo se llama el? —ella dejó escapar unas lágrimas, y yo me acongojé, al verla, pero sabía que no debía parar.
—Zafiro —aunque ya lo sospechaba, enterarme abiertamente del nombre de su agresor, me escamaba.
—¿Me podrías repetir quién es el? —ella se tensó, y Ami acarició el dorso de su mano, con su mano libre.
—El es... es mi... esposo. O bueno lo era.. —como dije, algunas cosas ya las sabía, pero quería empezar la sesión desde cero. Aunque seguir escuchándola decir eso, me seguía resultando extraño. Por lo que aún debía investigar, esperando obtener más respuestas que me esclarecieran toda esta confusa situación. Pero tal vez lo haría después, para no agobiarla con lo mismo.
ESTÁS LEYENDO
𝔈𝔫𝔰𝔢ñ𝔞𝔪𝔢 𝔞 𝔳𝔦𝔳𝔦𝔯 𝔰𝔦𝔫 𝔪𝔦𝔢𝔡𝔬 🌙 (EN CORRECCIÓN)
FanficSINÓPSIS: Serena tendrá que aprender que no todos son lo que dicen ser, y sufrirá demasiado por las malas decisiones de su corazón. Lamentablemente, para poder sanar, tendrá que aprender a confiar nuevamente, dejando aquellos miedos profundos que l...