CAPITULO 46:

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(Este capítulo, contiene ¡Al Fin! contenido lemon. 😂🤭 Que lo disfruten. 😁)

«Mírame»

DARIEN:

¡Aceptó!. Ella aceptó que yo la ame en cuerpo y alma, tal como acaba de decirlo.

Por lo que ahora tengo que dar todo de mi, y poner mi corazón, más que el deseo propio, para que ella se sienta segura m, y al mismo tiempo complacida por completo. Necesito mostrarle que lo que pasará entre ella y yo, no solo será sexo, si no que estaremos haciendo el amor. Seremos uno solo. Seremos solo ella y yo, en esta fusión de amor. La amo con toda mi alma, y le haré sentir sensaciones indescriptibles e inimaginables. Haré hasta lo imposible para borrar su tormentoso pasado. La haré mi mujer con toda la delicadeza y dulzura que se merece. Porque no tengo prisa de poseer su cuerpo, por más que la desee y que este ansioso. Pues ella ya es mi mujer, y lo será para amarla toda la vida.

SERENA:

Darien no ha dejado de besarme desde que acepté que me amara en cuerpo y alma. Sus besos son suaves y delicados, tanto que me hacen estremecer y derretir, al sentir la humedad de su boca contra la mía. Tampoco ha soltado para nada mi mentón y mi cintura. Y su respiración ha sido en todo momento tranquila, y eso me también me calma a mi. La última canción se terminó, y ahora estamos sumergidos en un pulcro silencio. Los únicos sonidos en esta habitación son el movimiento lento y húmedo de nuestros labios, y las respiraciones y suspiros de ambos. Los sonidos existentes del exterior, apenas se escuchan. De pronto suelta mis labios, dejando su rostro aún cerca del mío, y sus manos van hacia mi cabeza, y con cuidado, comienza a quitar los pasadores de mi cabello, tirandolos de uno por uno al suelo. Cuando terminó de quitarlos todos, con la misma suavidad en su tacto, esparció con sus manos mi cabello y lo apartó en partes iguales sobre mis hombros. Cepillando con sus dedos, las hebras de cada cabello.

—Aunque te mirabas hermosa con tu peinado, me encantas más con tu cabello suelto —me ruborizo al escuchar su voz suave, pero profunda a la vez, que me susurra de cerca. Me sonrió antes de volver a tomar mi boca en un nuevo beso. Sentí como poco a poco me hizo caminar despacio hacia atrás. Tropecé un poco, pero gracias a el agarre que tenía en mi cintura, no corrí el riesgo de caer. De un momento a otro, sentí su mirada en mi, y yo lentamente abrí mis ojos para verlo. Su mirada era intensa, pero también está llena de amor y ternura, que me hacían no temer al leve ardor de deseo que pude ver en ellos. Sin dejar de mirarme y entre beso y beso, susurró: —Te amo. Y prometo hacer de ésta tu primera vez, algo único —fruncí el ceño confundida.

—Darien... pero... —el me silenció con sus labios.

—¡Shht!. ¡Lo es!. Porque será la primera vez que vayas a hacer el amor, porque realmente tú así lo deseas —tras sus palabras tiernas, mis ojos comenzaron a escocer en lágrimas —Te amo —me besó de nuevo, sin dejarme responderle, esta vez con más pasión que antes, pero sin perder ese toque de ternura. Sus manos se posicionaron a ambos lados de mi cintura, y sus dedos fueron subiendo de a poco hasta sujetar el cierre que había en mi espalda, y lo bajó muy lentamente, antes de dejar de besarme, dejando su rostro cerca. Cuando el cierre estuvo completamente abierto, las yemas de sus dedos tocaron mi espalda baja, y sentí un escalofrío que recorrió mi columna vertebral, por el calor que expedía su tacto.
Su manos subieron nuevamente a mis hombros, y sentí como jugó con el borde superior de mi vestido. Tragué saliva. Cerré y apreté los ojos, pero el al verme hacerlo, de inmediato me habló.

—No. Abre tus ojos, mi amor. ¡No dejes de mirarme!. Quiero que veas en todo momento, quién es el que está llenándote de caricias —yo no podía dejar de ruborizarme con cada suave palabra que me decía. Dejó suaves besos en la comisura de mis labios, pero su mirada no perdía detalle alguno de la mía. Y aunque estaba nerviosa de sentir ese ardor en su mirada, sentía a la vez un gran alivio, de poder ver y confirmar con mis propios ojos, que no era otro, sino Darien, el que estaba delante de mí, a nada de hacerme su mujer. Siguió con su camino de húmedos besos por mi mandíbula, hasta llegar a mi cuello. Mientras dejaba más besos en esa zona sensible, sentí como sus dedos, que aún estaban sobre mis hombros, comenzaron a bajar poco a poco el borde de mi vestido. No podía controlar mis temores internos, así que de inmediato me tense al sentir caminar la tela por mis brazos, pero el siempre tenía palabras dulces para intentar tranquilizarme. Y así lo hizo sin dejar de besar mi cuello. Y yo me sucumbía ante ellas. Y dejé que siguiera bajando el vestido lentamente. Sacó uno de mis brazos primero, después el otro, y antes de que el vestido se cayera y dejara expuesto mi pecho, yo lo sujeté con ambas manos. El dejó de besar mi cuello y me miró. Me dio una sonrisa cálida, tomó mi rostro entre sus manos,y me habló entre besos. —¿Puedo? —murmuró señalando el vestido con la mirada. Solté una larga exhalación para tomar valor, y asentí. Sujetó mis manos y las colocó en su cintura, mientras sus manos regresaban a mi cuerpo. Muy despacio comenzó a bajar el vestido hasta mis caderas, y yo quise cerrar mis ojos al sentir pudor, pero el de inmediato replicó.

𝔈𝔫𝔰𝔢ñ𝔞𝔪𝔢 𝔞 𝔳𝔦𝔳𝔦𝔯 𝔰𝔦𝔫 𝔪𝔦𝔢𝔡𝔬 🌙 (EN CORRECCIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora