Nunca habían estado tanto tiempo sin hablarse, la última vez fue cuando Gerard llegó tarde a un recital que Bandit tenía en la escuela; llegó veinte minutos después de haberse presentado porque olvidó que su hija iba a tener un momento bastante importante en su vida. Gerard terminó pidiéndole disculpas a su hija quien las aceptó con la condición de que pasarían la noche del sábado viendo películas de Disney. Eso ocurrió cuando Bandit tenía catorce y en ese instante, con casi veinte años nadie iba a imaginar que ella tendría las agallas de golpear al ex esposo de su padre en la fiesta de su prima porque ella nunca fue una niña agresiva, siempre se supo comportar en muchos momentos en los cuales no ameritaban mostrar paciencia. Tampoco era alguien que podía llegar a odiar a personas, por lo general siempre tuvo buenas relaciones con gente cercana a ella, nunca se llevó mal con nadie en la escuela o el colegio, peor en ese momento cuando ya cursaba el tercer semestre en la Universidad. Pero todo cambió cuando Frank se cruzó en su camino nuevamente. Cuando lo conoció, no tuvo una buena sensación, algo en él no le gustaba. Luego y aunque jamás se lo dijo a Gerard, ella sabía de los problemas que existían entre ambos, no era estúpida, conocía desde lejos todo y cuando él le dijo que se separarían, quiso animarlo un poco diciéndole que no lo deje ir... pero cayó en cuenta que era mucho mejor que dejase de insistir en ello porque no había razón de ser, la situación estaba muy jodida, Frank era un puto ególatra que quería todo para él y no aceptaba el hecho de que Gerard ya no era suyo, sino que ahora lo compartía con ella, no en el mismo sentido, sin embargo lo compartía porque Bandit lo necesitaba más que él. Siempre fue así, él no perdió a su madre en un terrible accidente de tránsito, a él no le ocultaron que el que creyó que era su padre, en realidad jamás lo fue. Ella lo perdió todo de la noche a la mañana, ella no tenía nada ni nadie, hasta que apareció Gerard y la salvó, le dio una nueva familia y el amor de padre que necesitaba en uno de los momentos más horribles de su corta vida... Por eso, cuando vio a Frank, en su cabeza pasaron todas las veces que vio a su padre llorar, las noches en que podía escuchar sus sollozos provenientes de su habitación, las mañanas en las que aparecía con un montón de ojeras y sin ganas de comenzar el día, las veces en las que escuchó las peleas que siempre terminaban con Gerard devastado. ¿Realmente Frank quería a su papá o solo le gustaba hacerlo llorar? Casi nueve años después seguía sin encontrar la respuesta a esa interrogante.
Aquella noche, ella estaba en el salón de la casa, con un café en las manos y con sus disculpas preparadas. Jared había hablado con ella y le hizo entrar en razón, Gerard no tuvo la culpa de nada, es más, Mikey se había enojado con él sin ningún motivo, ella era culpable de que ahora su tío odie a su padre cuando lo único que él hizo fue intentar que Michael se calmase. Claro que no lo logró, las cosas fueron muy distintas, su tío empezó a gritarle improperios, Kristin también y Rowan solo lloraba. No tenía idea de cómo se disculparía con ellos. Pero Frank era el culpable, él y solo él... Nadie más.
Él llegó cerca de las ocho, ella solo se quedó sentada en el sillón cuando escuchó la puerta abrirse, Bandit miró sobre su hombro y pudo ver a su papá pasar directamente hasta la planta superior, sus pasos retumbaban en la escalera de caracol y luego solo desapareció, la muchacha se quedó sola en el salón hasta unos minutos más tarde —quince para ser más exactos—, Gerard bajó y se topó de nuevo a su hija sentada, esperando algo, él no tenía ni idea de lo que pasaba. Caminó a la cocina y luego volvió a su despacho. No se acercó, pasó de ella, lo que le hizo sentir muy mal. Bandit sintió sus ojos arder, entendía el enojo de su padre y con solo ignorarla era castigo suficiente para ella. Una lágrima se escapó de sus ojos, la retiró rápidamente y empezó a caminar hacia su habitación. No tenía el valor de acercarse a él y rogar por su perdón, sabía que no lo merecía.
Volvió a encerrarse en su cuarto, apagó las luces y se hizo un ovillo entre sus edredones, donde dejó correr libremente su llanto hasta que cayó dormida pero despertó cerca de las dos de la mañana porque su celular estaba sonando, Jared le estaba llamando. Dudó en contestar pues era tarde y claramente no quería hablar con nadie, pero al final de cuentas y después de ver las diez llamadas perdidas que tenía, no esperó mucho más y respondió.
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Lie to me. (Frerard)
FanfictionFrank Iero y Gerard Way tienen un matrimonio de maravilla totalmente lleno de amor. Pero lo que no saben es que uno de los dos oculta un secreto... un secreto que romperá con el equilibro de su relación, algo que hará que todo se vaya por la borda...