Misión "¡Familia! Nos vamos a divorciar" hecha.

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Luego de unas cuantas semanas, no habían vuelto a haber nuevas peleas, las cosas entre ellos se calmaron bastante pero sí que estaban considerablemente distanciados. Gerard volvió al trabajo y Frank pasaba la mayor parte del tiempo ocupado con Bert pues sin importar que aún no se iba a Francia, ambos estaban adelantando todo el trabajo que pudiesen. A veces Frank iba a buscar a su aún esposo al trabajo para almorzar juntos y en otras ocasiones era Gerard quien iba a casa a pasar un par de horas con el avellana. Tratando de solucionar las cosas cuando ya estaba todo perdido.

De los trámites del divorcio no se sabía mucho, más que Ray estaba trabajando en ello. La repartición de bienes fue algo sencillo, la casa quedó a nombre del pelinaranja porque Frank no quiso se vendiese y luego repartirse la mitad del dinero. No quería nada, le dejó absolutamente todo a nombre de su esposo. Él ni siquiera estaba seguro de que va a regresar a Estados Unidos. Quizás y la estabilidad que buscaba la encontraba en ese país... Si eso pasaba era muy seguro que no iba a regresar, que se iba a quedar viviendo en Francia para siempre.

Otra cosa era que el avellana no le había contado a Gerard que se iba y no a otro estado como le había comentado con anterioridad. No sentía ningún tipo ser culpa por ocultarle dicha noticia. Eso era lo que quería y estaba seguro que si se lo mencionaba al mayor, este haría cualquier cosa por detenerlo y algo que no quería era tenerlo suplicando que no se marche porque eso era seguramente lo que pasaría. Entonces a su mente vino la brillante idea de hacer una cena dónde estaría invitada su familia y la de Gerard para comunicarles que habían tomado la decisión de divorciarse, de paso les anunciaría que se iba a trabajar lejos por algunos años. No sabía cómo lo tomaría su familia, la del pelinaranja y él mismo... No estaba preparado para ver la reacción de su esposo cuando le dijese. Habló con Gerard para organizar la cena, primero se enojó porqué creía que era innecesario hacer eso para decírselo a sus padres pero como no quería pelear con Frank le dijo que hiciera lo que quisiera, que no iba a rechistar. Así que les avisó y una semana después estaba colocando la vajilla en la mesa, Gerard se encargaba de los cubiertos y las copas. La cara de enojo del pelinaranja era evidente, Frank lo miraba de reojo y notaba eso.

—Sigo pensando que esto es una pésima idea. —Musitó el pelinaranja, Frank le miró con una ceja enarcada.

—Te dije que si no ibas a estar de acuerdo con esto lo cancelaba y se los decíamos de otra forma.

—Y yo te dije que hicieras lo que quisieras, Frank... —Bufó— Cómo sea, ya tienen que estar por llegar.

—Lo hice porque ellos necesitan saberlo y prefiero que sea todo de una sola vez antes su tú se lo digas a tus padres y yo a los míos para que luego mi mamá y la tuya no estén comentando entre ellas como viejas chismosas. Luego estarán todo el día preguntando esto y lo otro. Y no quiero eso.

—Tienes un punto, pero sigo pensando que es innecesario ser tan escandalosos. — Hubo un silencio totalmente incómodo, Frank siguió colocando la vajilla y cuando terminó salió del comedor para ir a la cocina a ver unas servilletas y cuando regresó no hizo contacto visual con el pelinaranja— ¿Y qué se supone que les diremos?

—Que nos vamos a separar. ¿Qué más?

—Sabes que nos preguntaran el motivo. ¿Les dirás que te descuidé, que te cansaste y que por eso te vas de mi lado? —El avellana le miró enojado.

—Sí, creo que debería decirles eso y dejarles saber que eres un desgraciado. —Tiró las servilletas en la mesa e intentó irse pero Gerard le detuvo.

—No vamos a pelear antes que lleguen.

—Entonces déjame en paz.

—Frank, por favor...

Lie to me. (Frerard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora