Jared Leto, el filántropo.

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—Judas —Fue lo primero que dijo Bandit Way cuando vio llegar a Jared —solo vistiendo pantalones— a la cocina de su casa la mañana después de haber escuchado la lasciva conversación entre su padre y Leto en el sofá. El pianista solo enarcó una ceja sin dejar de ver los ojos negros azabache de la muchacha.

—Es de mala educación escuchar conversaciones ajenas, princesa. ¿No te enseñó eso tu papi? Qué malcriada, Band... —La castaña se cruzó de brazos y lo miró desafiante.

—Quizás a mí no me enseñaron a no escuchar conversaciones de otras personas pero a ti, no te enseñaron a cómo no ser un hipócrita —Jared frunció el ceño—. Le dices a mi papá que se dé una segunda oportunidad con Frank y lo alientas a dar todo por ese Oompa Loompa pero sigues acostándote con él, porque no creas que aún tengo once años y no sé lo que mi papá y tú hacen en la habitación cuando llega la madrugada, los chupones en tu pecho me dan toda la razón—Risoteó—. Uh, me encanta tu sentido de la moralidad.

—Okay, Regina George, deja el teatrito. Lo que tu padre y yo hagamos no es de tu incumbencia.

—Tal vez no lo sea, pero deja el show de: "Oh, sí, miren. Soy Jared Leto, me gusta los arcoíris, los conejitos y el amor, no me gusta ver a la gente llorar por eso trato de hacer feliz a todos."

—¿Qué demonios ocurre contigo, Bandit? ¿Dónde dejaste a la niña dulce que eras hace unos escasos meses? Con tu actitud de perra desquiciada haces sufrir a Gerard. Deja de comportarte de esa manera y madura, por el amor de Dios. Tu padre merece ser feliz.

—Sí, con otra persona. No con el ridículo de Frank —Bufó, Jared negó—. ¿Sabes por qué me dices todas estas cosas? No es porque estés decepcionado de mí, sino porque soy tú... Solo que más joven. No me engañas, te muestras como una persona pulcra y derecha sin embargo tu moral llega al suelo se trata de mi papá. ¿En serio no estás enamorado de él? Yo digo lo contrario, Leto.

—¡Lo estás haciendo bien, cariño! Pero conmigo no sirve tus jueguitos psicológicos, Bandit Lee... Intenta después, corazón —La muchacha solo le sonrió y salió de la cocina, no podía creer que ella había caído tan bajo, diciendo todas esas estupideces no iba a sacar nada bueno.

*

Lo dicho por Bandit, en vez de quitarle los ánimos de seguir, lo motivó muchísimo más para comenzar a unir a su Way con el amor de su vida. Gerard era su mejor amigo y la mejor persona que había conocido en la vida, era una pena que realmente no pudiese sentir más que un cariño de amigos y atracción sexual hacia él... ahí era donde patinaba. Bandit tenía toda la boca llena de razón, era un hipócrita que decía querer ayudar a su amigo a volver nuevamente con Frank, mientras que seguía cogiendo con Gerard sin pudor alguno. Eso debía parar y no solo de la boca para afuera, tenía que hacerse una realidad absoluta porque si realmente quería que ese par volviesen a estar juntos, estaba más que claro que ya no iba a poder meterse en medio de ellos. Así que por ese mismo motivo, estaba decidido en su totalidad a portarse serio y centrarse en que Gerard y Frank regresaran.

Su plan comenzó en la oficina de Iero, aprovechando que tuvo cosas que hacer en Brooklyn, aprovechó para darse una vuelta por ese lugar, estuvo un par de minutos esperando a que apareciese alguien porque la recepción estaba vacía y no había rastro de Frank por ningún lado, pero de una de las oficinas, Evan Nestor apareció y se sorprendió al ver a dicho tipo parado en medio de la recepción, dudo un poco en si acercarse pero le daba mucha curiosidad saber el motivo de su visita.

—Hola, ¿puedo ayudarte? —Dijo el gafufo, Jared le sonrió como respuesta.

—Sí, ¿está Frank? Quisiera hablar con él —Nestor torció la boca.

Lie to me. (Frerard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora