Tres días antes.
El trayecto a Summit fue terrible, por una parte, el dolor en el cuerpo lo tenía demasiado mal. Las constantes disculpas de Raymond lo tenían harto y los ronquidos estrepitosos de Gerard le estaban taladrando los oídos. Maldecía y se arrepentía demasiado por ser tan estúpido y haberse ofrecido a llevar hasta su casa a los estúpidos borrachos en la parte de atrás de su auto. No se merecían una puta mierda de su parte, sobre todo el sucio traidor de Raymond, de Gerard podía esperar cualquier cosa, estaba en su naturaleza cagarla y volverla a cagar sin preocuparse en lo absoluto por los demás, ¿pero Ray? Por su cabeza jamás pasó que él se prestaría para algo tan bajo y deprimente como aquello. No comprendía nada y tampoco quería comprender... su corazón ya estaba lastimado y no se podía retroceder el tiempo para evitarlo.
Apenas recordaba la dirección del pent-house de Ray, tuvo que despertarlo cuando llegaron a Summit para poder cerciorarse que estaba yendo por el camino correcto. Una vez llegaron, entre los dos bajaron a Gerard del auto y lo subieron al ascensor del edificio, la vergüenza fue enorme cuando se encontraron que en uno de los departamentos había una fiesta y sí, los vecinos los vieron cargando con el cuerpo inerte de Way hasta el último piso del complejo.
Cuando estuvieron frente a la residencia Toro, Raymond comenzó a tocar la puerta pero su esposa no salió a atender y él no podía entrar con su llave porque su llavero voló de su mano gracias a Gerard, pero después de unos minutos pensando en una manera de cómo entrar, no le tocó más que caminar hasta el departamento del casero del edificio para pedirle amablemente la llave y así poder entrar. Obvio, el casero los miró con ira, ¿quién demonios en su sano juicio iba a despertar a otra persona a las cuatro y media de la mañana? Ah, sí... Ray seguía tomado y a Frank le interesaba un carajo todo lo que estaba pasando así que ni siquiera intervino.
Una vez la puerta estuvo abierta, volvieron a tomar a Gerard por debajo de sus hombros y lo dejaron caer en el sofá, Frank ni siquiera se inmutó y salió sin despedirse de Ray.
—¡Frank, espera! —el arquitecto se giró en medio camino, le miró con furia—. Oye, yo sé que no debí llevarlo, perdóname por favor.
—Quiero que olvides que tú y yo fuimos amigos alguna vez, Raymond. Desde hoy pasas a ser un total desconocido para mí y para mi familia. No quiero volverte a ver jamás, ¿oíste? Y no, no te perdono una mierda, porque lo que hiciste no se hace, peor a alguien que te consideraba cómo un hermano. Adiós, Raymond. Que te vaya muy bien y que seas muy feliz con tu esposa y tus hijos —el abogado no respondió porque sentía que se iba a poner a llorar en medio pasillo. Frank caminó hasta la salida y se subió a su auto. Fue en dónde rompió a llorar de la misma forma en la que había hecho diez años atrás cuando su ex jefe le había humillado en frente de un montón de personas en aquel evento. Se sentía igual de humillado, inclusive más y era más grave aún porque en esta ocasión fueron dos personas que quería demasiado las que lo habían lastimado a ese nivel. El llanto no lo dejaba respirar bien, se sentía como un niño de cuatro años a quien no le habían comprado la más reciente figura de acción de Spiderman para navidad. Su corazón dolía y pensaba que esta vez no iba a poder sanar.
Arrancó el auto unos minutos más tarde, mientras más rápido saliera de ahí, más pronto estaría en Brooklyn para poder acurrucarse debajo de sus edredones y llorar todo lo que tuviese que llorar.
Condujo por la ruta 78 de Summit, pero iba haciendo pausas porque por momentos, no podía continuar, las lágrimas le nublaban la vista. Intentaba tranquilizarse pero volvía a recordar todo lo que pasó y no podía continuar, todo era tan surrealista y duro. Se le hacía difícil comprender que la persona a la que más amaba en el mundo, le estaba haciendo sufrir de esa manera, era ridículo. Pero tampoco podía simplemente ignorar el hecho de que también tuvo la culpa de todo lo ocurrido, si solo se hubiese tenido los pantalones suficientes para contarle la verdad a Gerard cuando pudo hacerlo, él no hubiese llegado a esos extremos. Y la verdad es que sentía que merecía eso y mucho más. Por ser un cobarde asqueroso y esperar que sus problemas se resolverían con el paso del tiempo.
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Lie to me. (Frerard)
FanfictionFrank Iero y Gerard Way tienen un matrimonio de maravilla totalmente lleno de amor. Pero lo que no saben es que uno de los dos oculta un secreto... un secreto que romperá con el equilibro de su relación, algo que hará que todo se vaya por la borda...