Una llamada fue la que anunció lo que estaban esperando.
"El divorcio ya salió, los espero para que vengan a firmar los papeles y así acabar con esta basura de una vez por todas."
Gerard se lo había dicho a Frank, Frank se lo había comentado a Bert para que compre los pasajes de avión y arregle los papeles que necesitaba, Gerard se lo comentó a su familia, todos le habían visto con pena y eso le hizo enojar a niveles estratosféricos de tal manera que quiso llorar. Lloró pero luego, solo en el mirador donde once años atrás le había pedido a Frank ser su novio, mirador donde se habían amado por primera vez teniendo algo serio. Odiaba ese lugar, todos los bonitos recuerdos que le traía le lastimaban profundamente. Nunca pensó que su relación con el avellana iba a acabar. Se imaginaba estando los dos muy ancianos, con muchos perros a sus alrededores y viviendo en una casa en medio del campo.
Y eso jamás iba a pasar, jamás... por su culpa.
Por su parte Frank no lloró y no porque se contuvo, sino porque no sintió la necesidad de hacerlo. Quizás y estaba siendo cruel, pero es que no sentía esa presión en el pecho que lo sumergía en un mar de tristeza. Era como que si le hubiesen dado una noticia excelente. Iba a estar soltero, solo y libre.
Libertad.
Eso era lo que quería, lo que añoraba desde que los problemas con Gerard empezaron, estaba harto de llorar y deprimirse, ahora tenía un nuevo trabajo con un jefe increíble, sus amigos seguían apoyándolo y a pesar del trago amargo que les hizo pasar, su familia también lo estaba apoyando. El sol comenzaba a salir nuevamente en su vida y era increíble saberlo, hermoso, sublime. Quería firmar esos papeles de inmediato.
Un par de días antes que de Ray les llamase para darles la noticia, Frank ya había comenzado a recoger sus cosas, meterlas en cajas y empezó a enviarlas a casa de Susan donde se quedaría hasta que tenga que viajar. Gerard y él no se hablaban desde que ocurrió la cena y el mayor solo le había dirigido la palabra para avisarle lo que había dicho su amigo. Dormían juntos, pero ni siquiera se miraban, la ley del hielo había regresado para quedarse, quizás y se quedaba indefinidamente.
Aquella mañana, ambos desayunaron juntos, luego Frank dejó la mesa para ir a por sus maletas y subirlas al auto de Gerard ya él había vendido su auto, entonces le pidió de favor que si podía llevarlo a casa de Susan luego de que salgan de la oficina de Ray. El pelinaranja había dicho que sí, pero con un dolor horrible en el pecho. Luego de desayunar, Gerard, Frank y Bandit salieron de la casa, pasarían por la escuela de la niña y luego irían a firmar. La niña se despidió de su papá con un sonoro beso en la mejilla y corrió a clases. El silencio en el auto volvió y era tan molesto. Frank podía sentir el enojo de Gerard, pero no quería hablarle, sentía que si lo hacía su opinión iba a cambiar y no quería eso. Ya estaba desesperado por salir de eso que si fuese por él, hubiesen llegado en menos de cinco minutos a la oficina de Ray. El tráfico los retrasó casi veinte minutos y cuando llegaron, el primero en salir del auto fue el mayor quien caminó rápido hasta el quinto piso del edificio donde se supone que estaba el Bufete de abogados donde su amigo trabajaba. Él los esperaba donde su secretaria y cuando los vio llegar, Frank mucho más atrás que Gerard, inmediatamente caminó hasta dentro. Sacó una carpeta roja donde se suponía estaban los papeles que los separaban para siempre.
—No quiero estar aquí para ver como la cagan más. —Dijo el muchacho del afro y salió de la oficina.
—Bueno, hagamos esto rápido que tengo que irme a trabajar —Tomó un bolígrafo del lapicero encima del escritorio y empezó a firmar los papeles sin ningún tipo de compasión, ni siquiera se detuvo a leer lo que decía el documentos sino que simplemente firmó—, tu turno. —Dijo cuando terminó y le extendió el bolígrafo a Frank quien sin titubear empezó a firmar los papeles también. Una de las cosas que amaba de Gerard, sin dudas era su letra, era tan elegante, tan precisa... y jamás pensó que la última vez donde iba a verla sería cuando ambos estuviesen firmando el divorcio.
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Lie to me. (Frerard)
FanfictionFrank Iero y Gerard Way tienen un matrimonio de maravilla totalmente lleno de amor. Pero lo que no saben es que uno de los dos oculta un secreto... un secreto que romperá con el equilibro de su relación, algo que hará que todo se vaya por la borda...