AHORA
— Entonces, solo hiciste amigos nuevos. Eso es algo normal. Cualquier adolescente querría hacer nuevos amigos, más aún si es nuevo en una escuela- Dice la doctora Morguet tratando de normalizar lo que había contado previamente de forma dramática.
No se cómo explicarle a esta mujer que no todas las cabezas funcionan como la suya, bien. Algunas personas son retorcidas, turbias, y muy diferentes a lo que conocemos como inocentes.
— No eran amigos normales...
— ¿A qué te refieres con normales?- Pregunta con el bolígrafo en la punta de su cuadernillo.
Busco palabras para poder definirlos. Pero no hay ni un conjunto de ellas que los describieran. Ella no lo entendería.
Fue allí donde comienzo a sentir una impotencia gigante. No sé quién puede ayudarme en esto. Nadie podrá. Solo quiero que Evan esté aquí, conmigo.
Comienzo a desconectarme de mi cuerpo y entro en contacto con mis pensamientos y la culpa. Todo se reproduce como una película, una horrible, dramática, y estúpida película.
No iba a estar en paz hasta contar todo. Pero muy en mis interiores sabía que era en vano, ya que no importa que dijera, mi acto indebido por el cual estoy aquí no da mucha confianza a mi confesión. Bueno, tal vez sí, tal vez soy yo la que no da mucha confianza.
Mi cabeza me tortura y no hay forma de detenerla. Recuerdos se reproducen una y otra vez en cámara lenta. No sé qué hacer.
— Como me hubiera gustado haberle dicho que no necesitaba mostrarme que le importaba...- De alguna manera, yo fui la responsable de todo. Eran mis amigos, no los suyos.
Ahora soy una persona fría. Pero, no soy así por falta de sentimientos, sino por la abundancia de decepciones, decepciones propias. Errores que lamentablemente me llevan a contar esta historia y no una diferente... Fue un error que me acompañara.
No supe cómo salir de ese problema en el momento, menos ahora... Lo único que se, es que él no tenía por qué estar allí.
— Molly...- Pregunta volviéndome la tierra. — ¿Qué fue lo que le ocurrió a Evan?- Termina la pregunta con la voz algo temblorosa.
Estoy segura que cree que fue un accidente. Pero algo le impide afirmar esa teoría. Seamos honestos, mi aspecto, mi ropa, y toda esta situación hace que toda la historia se vuelva en mi contra.
Todas las palabras en mi interior se transforman en un nudo gigante. Uno que me impide hablar. Mi mente bloquea todo sentimiento que quiera lastimarme, pero no había forma de escapar de esta pesadilla. Todo ocurre en cámara lenta y me provoca ansiedad. En cualquier momento tendré un ataque de pánico. Es como en esos videojuegos donde sales y vuelves a entrar a la misma habitación. Un laberinto.
Comienzo a llorar de la desesperación. Y me pongo nerviosa debido a la presión de todos. — Yo... en serio no sé cómo explicarle lo que ocurrió.
— ¿Entiendes que uno de tus mejores amigos esta involucrados? Necesito saber que pasó esa noche.
— Él fue mi único amigo... - Aclaro, pongo las cosas en su lugar y pienso en los errores que cometí. — Él fue el único al que le importé, si bien ambos nos equivocamos él siempre estuvo allí, no como... Ellos.
Solo miro el suelo. El tener contacto con ella me haría romper en llanto. El mundo se me viene abajo y lágrimas no ayudan a sostenerlo. Todo actúa como cataratas internas. Siendo las lágrimas las mismas que derrumban mis paredes internas.
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Evan. |En Edición|
Mystery / ThrillerMolly Smith es una joven de dieciséis años que junto a Evan, su mejor amigo de toda la vida, llegan a un nuevo instituto. Ser los nuevos no es nada fácil, más aún cuando tu amigo es super social y tu no. Molly toma malas decisiones para no quedarse...