ANTES
"— Tengo... ¿Miedo? A lo que pueda ocurrir entre nosotros, Evan.
— ¿Miedo? ¿A qué?
— No lo sé, tal vez a confundir las cosas. No quiero distanciarme de nuevo por lo mismo... ¿No lo crees?"
<<De nuevo por lo mismo... De nuevo por lo mismo... De nuevo por lo mismo...>>
FLASHBACK
No ha pasado mucho desde el inicio de clases y realmente siento que no encajo en ningún lado. Para mi suerte, Evan no me ha dejado de lado ni un segundo. Si ha socializado, más que yo claramente, nuestras personalidades se diferencian bastante.
Salgo de la clase de historia, no fue tan aburrido como esperaba, la profesora Devin sugirió que sería bueno para todos hablar de "nuestra historia". No tengo en claro a que se refirió pero, me gusta como suena. La próxima semana empezaremos un ensayo sobre ello.
Mis pensamientos se desvanecen en el segundo que mi celular suena, es mi amigo.
"Estoy llegando al auto. ¿Te llevo?"
Siempre me lleva. ¿Por qué hoy no lo haría?
"Claro, estoy en camino."
Acelero el paso y logro ver al chico sentado sobre su auto rojo. Parece feliz, eso me alegra.
Con una bella sonrisa en el rostro abre la puerta del carro. Desde los cinco años hace el mismo gesto, salvo que ya esté sentado. — ¿Quieres ir al parque antes de casa?
— ¡Claro!
El viaje es rápido, el lugar está más cerca del instituto que del vecindario. El sol está en el lugar perfecto, todo se ve tan tranquilo. Hay niños jugando, gente sentada en el césped disfrutando de picnics. No tardamos en sentarnos y deducir lo que las nubes no tratan de decir, cómo siempre.
— Oye, unos chicos de mi clase de matemáticas harán una fiesta. ¿Quieres ir?
Pensé que tardaría más semanas hacer amigos. Solo van unas semanas, y el chico ya es invitado a fiestas. A mí solo me han preguntado por los deberes, patético. — Creo que paso.
— ¡Vamos, será divertido!
Pongo los ojos en blanco, aunque no lo nota ya que estamos mirando el cielo. — No lo sé...
— Ven, he oído que tienes pretendientes. - Suelta coqueto.
Suelto una carcajada. — Por favor...
— Yo podría ser uno... - Me siento de inmediato para poder hacerle notar que mis ojos casi salen de sus órbitas. — Claro que no lo sabrás porque no irás. — Continúa.
Me calmo al escuchar eso último, está usando la psicología inversa para que vaya. — Aunque fuera no lo sabré. - Suelto sin pensarlo.
¿Por qué dije eso? ¡No quiero saberlo tampoco! Espero que no lo haya escuchado...
Sonríe maliciosamente.
<< Mierda, mierda, mierda...>>
— ¿Entonces quieres saberlo?
— No.- Sí.
— Si quieres. - Hace una pausa. — Bien, entonces bésame.
De acuerdo, ahora si mis ojos salieron por sus órbitas. — ¿Qué? -Intento sonar no alterada pero mi tono me delata.
— Qué si quieres saberlo, que me beses. - Suelta tranquilo.
Me impresiona la tranquilidad que maneja, yo soy un remolino por dentro y una tormenta afuera. — Pero...
— Por favor... Solo es un beso. No significa nada.
Supongo que tiene razón. Nunca nos hemos besado, en todos estos años nunca hemos confundido nuestra amistad, un beso no cambiará nada. Como él dijo, solo es un beso.
Me acerco a él y choco mis labios con los suyos. Una de sus manos acaricia mi mejilla. Intento repetirme que es un beso más pero, algo en mí está diciendo lo contrario. Hasta me animaría a decir que el siente lo mismo.
Siento el sol en mi rostro aún con los ojos cerrados y la brisa que recorre mi cabello. Ya han pasado unos segundos y ninguno quiere separarse, realmente temo por lo que pase después. De seguro con esto ya se ha dejado en claro lo que siento en este momento.
Decido alejarme de él. Sus labios están hinchados, y si mano aún sigue en mi mejilla. Eso es genial porqué es lo más cerca que lo tendré.
Sus ojos celestes brillan como el sol que comienza a esconderse. Dios santo, como lo predije, momento incómodo iniciando.
Aún agitado e intentando recuperar el aliento me sonríe. — Entonces...
— Eh, creo que es hora de volver a casa. - Suelto.
Ahora entiendo por qué nunca nos hemos besado. Por esto, he oído que en las amistades de hombre y mujer siempre hay uno que siente algo por el otro. Nunca hemos llegado a este punto, supongo que por eso hemos durado tanto siendo amigos.
¿Por qué demonios lo besé? ¿Por qué sentí algo?
Nada volverá a ser lo mismo, no para mí al menos.
"Solo es un beso"
Se ve desconcertado. Tal vez no era la respuesta que esperaba, pues yo tampoco tuve la reacción que esperaba así que hay que conformarse. — Pero...
— Mi madre ya debe estar preparando la cena. - Miento mientras intento levantarme, pero me detiene.
— Molly. - Lo miro fijo. Se ve tan relajado, y tan lindo... ¡Por Dios, cállate conciencia! — Solo fue un beso.
Genial, acaba de hacer que mi amor salga a la luz y muera en el mismo día.
— Lo sé.
Demonios. ¿Qué sucede conmigo? Hace unos minutos estaba tranquila porque no significaría nada, y luego me cuestiono si mi mejor amigo de toda la vida puede ser un chico que siempre he evadido como un posible amor.
Deben haber sido los nervios, si eso. Los nervios me jugaron en contra y me hicieron sentir cualquier cosa.
El celular de mi amigo comienza a sonar.
Gracias a quien sea por haber llamado, nos salvaron de un momento incómodo.
No tarda mucho en colgar, eran sus nuevos amigos. Supongo que debo hacerme la idea de que ya no somos Evan y Molly. Aunque, ahora que lo pienso, tal vez nunca fuimos eso.
— Entonces, ¿Segura que no vendrás a la fiesta?
Hace unos minutos dijimos que no significaría nada pero ambos sabemos que no fue así. Si no hubiera significado nada no habría preguntado eso, el Evan que he conocido toda mi vida hubiera insistido en que fuera.
—Segura.- Afirmo. — Ya no hay más nada que deba saber. - Digo sarcástica.
Dios, lo ha escuchado. Sueno como una novia celosa. ¿Por qué estoy actuando así con mi mejor amigo?
Necesito alejarme de él un rato. No quiero confundir las cosas. Él no ha sentido nada pero yo sí... No, no he sentido nada, solo fue el momento.
Supongo que intentaré hacer amigos. No puedo estar toda mi vida con Evan como un perro. Necesito nuevos amigos, y el necesita los suyos.
Si... Unos días separados nos harán bien.
FIN DE FLASHBACK.
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Evan. |En Edición|
Bí ẩn / Giật gânMolly Smith es una joven de dieciséis años que junto a Evan, su mejor amigo de toda la vida, llegan a un nuevo instituto. Ser los nuevos no es nada fácil, más aún cuando tu amigo es super social y tu no. Molly toma malas decisiones para no quedarse...