Capítulo 19

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ANTES

Siento el frío y el miedo corriendo por mis venas. Noto los ojos de Jason puestos en mí. No entiende el motivo de mi reacción, tal vez no le contaron los hechos con detalles.

— ¿Qué ocurre?

— Esos chicos. -Digo con la voz temblorosa. — No nos pueden ver. - Le advierto.

No me quiero ni imaginar que clase de cosas los trajo hasta aquí. ¿Vinieron a buscarlo? ¿A plantar falsa evidencia? Solo Dios sabe que tipo de ideas surgieron en sus cabezas para terminar aquí.

Jason solo me mira. De seguro ni los conoce, pero yo si, y no tengo idea de que pasaría si saben que estoy a menos de veinte metros de ellos. El chico me pregunta si debemos irnos, niego con la cabeza. No se porqué están aquí, pero algo me dice que debo quedarme.

— Esperemos a que se vayan. - Digo.

Jason asiente y mete el auto entre unos arbustos para que no noten que estamos aquí. Comienzo a hiperventilar. No siento el aire y temo que mi amigo -si así puedo llamarlo- me vea así.

Las preguntas en mi cabeza comienzan a multiplicarse y no puedo borrarlas. Decidimos esperar pero los minutos se hacen eternidades, en ese tiempo le explico brevemente lo que ocurre a Jason. En ningún momento aclaro donde está Evan, simplemente lo omito. Repito muchas veces el hecho de que ellos no son gente buena y con eso le basta.

Se hacen las 2:00 AM y escuchamos el auto encenderse. Se van, o eso espero. Veo que se alejan, salgo de nuestro escondite y corro hacia donde ellos me alcanzaron de antemano. No hay nada fuera de lo normal, oigo a Jason caminar detrás de mí.

Los recuerdos vuelven a invadir mi mente y Evan cayendo desde el puente vuelve a suceder una y otra vez. Quiero llorar pero de hacerlo, no podré pensar con claridad.

— Entonces... -Suelta mi amigo a mis espaldas mientras mi vista recrea lo vivido hace días. — ¿Qué estamos buscando exactamente?

Para ser honesta, ni yo se que estamos buscando. Sigo viniendo porque algo en mí dice que mi amigo está vivo, o que encontraré algo que me ayude a seguir adelante. Lo se, suena estúpido, pero ya no tengo nada más que hacer. No puedo quedarme sentada como un potus. Tal vez encontremos su celular, o algo. Cualquier cosa servirá en estos momentos.

Son como esas situaciones donde una pareja se separa por un verdadero error, y uno de ellos espera que vuelvan a estar juntos como si nada. Así estoy en estos momentos, cometí un error y espero que no hayas consecuencias por ello.

Pienso en mi amigo tocando la puerta de casa, tal vez ensangrentado por la caída, pero que al final diga que me perdona y todo esté como siempre. Pero no sucederá, ya nada es como antes.

Sin darme cuenta las lágrimas ya están en mi rostro. La culpa se apodera de mi cuerpo y estoy muy cerca de dejarme caer al suelo.

— ¿Molly? - Interrumpe mis pensamientos.

Me volteo para confesarle a mi amigo la verdad. La única verdad por la que nos encontramos aquí. No lo conozco a este chico y estoy por confesarle que fui cómplice de información reservada en cuanto una persona desaparecida, no quiero decir muerta.

Pero al hacerlo, mi cuerpo vuelve a congelarse por segunda vez en la noche. Detrás de él. Debí haberlos seguido con el auto hasta que no los vea, pero no lo hice. Y allí están, los tres mirándome como si fueran gato encontrando al ratón. Exacto, yo.

Jason no comprende mi reacción hasta que voltea, permanece calmado. Es claro que no entiende que lo ultimo de que debe sentir frente a ellos es calma, pero no lo culpo, no sabe la verdadera historia, la hubiera sabido si estas bestias no nos hubieran sorprendido. Si, dije bestias.

Evan. |En Edición|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora