Evan. |En Edición|

Capítulo 29

ANTES

Ya han pasado unas semanas desde mi pesadilla. Las clases pasan y no logro concentrarme. La profesora Devin ha devuelto los trabajos. Según ella, ha sido una historia de vida tan fascinante que le sorprendió que la haya escrito yo, sin embargo me descontó puntos ya que no era real. Me hubiera gustado decir que lo es.

Voy saliendo de clases pero Amanda se intercede en el camino. Se las presentaré, Amada Griffin una hermosa chica de último año, cabello oscuro, ojos miel, según toda la escuela la más bella... Salió con Evan... Detalles.

— Molly, que bueno que te encuentro. - Dice con una sonrisa en su rostro.

Lo malo de Amanda es que es buena, no puedo odiarla si es amable con todos. — ¿Pasó algo?

— No, bueno si... - Suspira. — Sé qué Evan y tu eran muy buenos amigos y él ahora ha desaparecido... No puedo imaginar lo que debes estar sintiendo.

Tristeza, culpa, temor, nervios, ganas de morir... Nada grave.

— En fin, hoy daré una fiesta a la noche. Tal vez quieras venir, te ayudará a distraerte.

Supongo que tiene razón, necesito distraerme, puedo llamar a Jason e ir juntos. — Claro, gracias. - Sonrío.

Me despido de la chica y llego a la puerta del instituto. Evan solía llevarme a casa. Estas últimas semanas he tomado el autobús, nunca lo había tomado, no tengo amigos para compartir el viaje. Pero era eso o dormir en la escuela. Tiempo después, Jason me convenció para llevarme a casa, no quería ser un peso. Con Evan era diferente, vivía al lado.

Estoy por subir al bus hasta que recuerdo que Jason ha dejado el celular de mi amigo para arreglar, podría pasar y chequear si algo ha ocurrido desde ese entonces.

— ¿No quieres que te lleve, linda?

Me volteo y veo al castaño al lado de una moto. Parece de película, lleva una sudadera negra, jeans rotos, y una chaqueta de cuero. No puedo evitar reír. — ¿No tenías un auto?

— Es de mi padre. Ella es mía.

¿Ella?

— Se llama Lucy.- Dice haciendo referencia al vehículo de dos ruedas.

Solo sonrío.

— Entonces... ¿Dejarás que te lleve a tu casa? - Pregunta mientras acaricia mis brazos y me acerca a él.

— De hecho, necesito hacer una parada de camino, así que estoy bien.

Arquea una ceja al oír mi comentario. — ¿Segura? Puedo llevarte a donde vayas.

No quiero que sepa a donde voy, si el celular enciende me ver obligada a mostrar lo que hay dentro de él, y para ser honesta... No sé qué hay dentro de ese móvil, así que prefiero que no lo vea.

— Estaré bien. - Acaricio su mejilla. Esto de estar saliendo con alguien me hace ser cursi. Detesto ser así, aunque no puedo evitar ponerme feliz al notar al grupo de porristas hirviéndoles la sangre al ver al señor Hills abrasándome.

— De acuerdo. - Dice y deposita un beso en mis labios. — Avísame cuando llegas a tu casa.

Asiento y comienzo a caminar. Agradezco que Jason me haya dado la dirección sin pedírsela, no sé qué hubiera hecho si no hubiese sido así.

Luego de caminar unos minutos llego al lugar. Es bastante agradable así que no tardo mucho en entrar. No sé qué esperar para ser honesta, quiero que encienda el celular, pero temo lo que pueda encontrar allí.