AHORAMolly.
Todo es culpa tuya... Si tan solo lo hubieras escuchado... Ahora ellos dirán que fue culpa tuya... culpa tuya Molly... mi culpa... todo fue mi culpa.
— ¿Molly? - Pregunta la doctora Morguet. Su llamado hace que todos mis pensamientos salten por la ventana cubierta por barrotes que se encuentra a pocos metros de donde estamos.
Comienzo a mirar a mí alrededor. Nada, absolutamente nada. Solo ésta la mujer y yo. Ahora estando aquí, siento las paredes más cerca de mí, más pequeño el lugar. ¿Siempre fue así? ¿Cómo se sentirá alguien que sufre claustrofobia? Parece una cárcel. Con razón muchas personas se deprimen estando aquí.
Analizando el panorama, puedo ver a un joven. ¿Es importante? Claro que no, pero mi cabeza es el único lugar donde sueno normal, donde no parezco una loca. No logro ver su rostro con claridad debido a la opaques del vidrio, pero supongo que esta por la misma razón que yo, y a menos que estas personas con esperanzas cambien su parecer mental, el saldrá de aquí con el objetivo de cumplir su misión, probablemente causante del porqué se encuentra en este lugar.
Lo único que quiero en este momento es irme lo antes posible. Mi cabeza no se calla, intento oír el silencio, pero es imposible, pronto haré que esto acabe. Mi mente está llena de voces, culpa, recuerdos, traiciones... solo quiero que se calle. En estos momentos estoy segura que no hay infierno que se parezca a lo que estamos viviendo mis gritos del más allá y yo.
Vuelvo a escuchar mi nombre, casi olvido el hecho de que ella aún está presente. Solo la miro. No muestro expresión alguna, o al menos eso intento. Mi rostro al igual que mi interior está nulo, como si no supieran lo que es sentir una mínima expresión facial, algo, lo que sea... En resumen, frío es lo único que siento.
Últimamente todos mis pensamientos y emociones están para informarme lo idiota que soy, y para ahogarme en lamentos. No evito el recordar a películas, esas típicas donde la protagonista es rescatada por sus seres queridos y viven felices por siempre. Pero no, esta es mi realidad, y aquí nadie vendrá a ayudarme. Lo único que falta es que me pongan camisa de fuerza, todos creen que estoy demente.
— ¿Entiendes que solo queremos ayudarte, verdad? No somos monstruos. - Dice con una sonrisa falsa mientras llena una planilla probablemente sobre mí y mis antecedentes médicos con su hermosa y delicada pluma. La mujer me mira con cara de comprensión, como si realmente entendiera lo que ocurre en mi cabeza.
— No, pero creen que yo sí lo soy. - Digo con un tono demasiado seco. Siento su mirada al instante que escucha mi respuesta. Como si parte de ella y su cabeza no coincidieran con lo que dije. — Creen que yo lo maté. - Continúo.
— No Molly, nadie aquí cree eso. - Dice apoyando su mano en mi pierna con un tono dulce.
Tratando de dar un aire cálido y de confianza, crea más frío y menos comodidad para mí.
— Respóndeme una sola pregunta... ¿Porque lo hiciste?
En estos momentos lo último que esperaba era todo menos una conversación decente y sincera con una completa extraña.
— Yo... No puedo responder eso. - Digo algo exhausta. Lo pienso una y otra vez y no tengo respuesta. Realmente no lo sé, así como tampoco sé porque hice tantas estupideces en tan poco tiempo.
Siento la pena en sus ojos. Voy a dejar pasar eso, y seamos honestos, no es una pregunta muy complicada la que hizo, pero aunque quiera responderle, la verdad es que ya no sé nada. Ya no sé cuál es la historia verdadera.
Han pasado tantas cosas que lo único que se con certeza es mi nombre, a menos que mi familia no sea realmente mi familia, sino una familia sustituta... Esperen, ya me fui de tema.
— ¿Por qué no? - Pregunta mientras sigue anotando en la hoja que tiene sobre el regazo.
— Es una historia muy larga...
— No te preocupes Molly, tenemos tiempo.
Tiempo. ¿Lo tenemos? Muchas ideas cruzan mi cabeza como una pelota de ping pong. Saber que esta mujer con su título universitario se va a tomar el tiempo de oírme... Por más que sea porque es su trabajo, siento que podré desahogarme y contar que pasó realmente, o lo que creo que pasó. Nadie se ha tomado el tiempo de escucharme, y esto está haciendo que la única parte donde permanecía algo de tranquilidad en mí, rompa en mil pedazos.
Alguien por fin me escuchará, una versión diferente. Muy diferente.
Ya no tengo nada que perder, pero si mucho que contar.
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Evan. |En Edición|
Mystère / ThrillerMolly Smith es una joven de dieciséis años que junto a Evan, su mejor amigo de toda la vida, llegan a un nuevo instituto. Ser los nuevos no es nada fácil, más aún cuando tu amigo es super social y tu no. Molly toma malas decisiones para no quedarse...