Capítulo 22

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ANTES


"¿Cómo lo afrontas?" Le cuestiono, irónico ya que proviene de la persona menos valiente.

Solía afrontar los problemas hablando con Evan, o llorando en mi dormitorio. Ahora simplemente dejo que me consuman. Me gustaría saber cómo este chico siendo como es sigue manteniendo su personalidad.

- Siendo como soy. - Responde Jason a mi pregunta. - No estoy orgulloso de ello, pero supongo que es mejor que llorar.

No sé si eso fue una burla hacia mí o estoy muy sensible. ¿A qué se refiere? "Supongo que es mejor que llorar", últimamente eso es lo único que hago. Prefiero no hacer comentario alguno y cerrar mi boca.

- Ven, acompáñame. - Dice con una sonrisa.

Subimos las escaleras y llegamos a un largo pasillo. Esta decorado con muchos cuadros de Van Gogh.

De pequeña solía pintar con mi padre y mi hermana. Todas las tardes, en esa época mi madre solía trabajar más que él.

Pintar me relajaba, hacía que me sintiera libre. Los resultados eran fatales, pero mi madre siempre los guardaba como si fueran obras maestras, todos sabíamos que no era así. Con el tiempo, descubrí mi pasión por la pintura. Ame a Van Gogh desde el segundo que lo conocí, su arte era tan diferente al de otros que mi cuarto se convirtió en una copia de la Noche estrellada.

En fin, me alegra ver una casa donde aprecien el talento de un pintor. Más aún, de mi preferido.

Llegamos hacia el final donde hay una puerta, no es diferente a las otras, pero es la más apartada. Jason ingresa primero y yo lo sigo. Supongo que aquí es donde me quedaré.

- Este es el cuarto de invitados, siéntete como en casa. - Suelta con una sonrisa mientras enciende las luces.

Es muy grande. Una cama tamaño Queen se encuentra en medio del lugar. Todo decorado en color blanco y negro, muy elegante. Lo único que llevo conmigo es mi móvil, no tomaré mucho espacio aquí.

- Si necesitas algo estaré en la cocina, creo que necesitas descansar.

Le pediría que se quede, pero a estas alturas solo necesito recostarme y dejar de pensar. Así que simplemente asiento. Me devuelve una sonrisa y se retira apoyando la puerta.

Me dejo caer sobre la cama y los pensamientos invaden mi cabeza. No duran mucho allí ya que el sonido de mi celular comienza a sonar. Agarro el aparato y lo elevo para no tener que mover mi cabeza. Un mensaje, y es de Logan. No quiero leerlo pero necesito hacerlo.

¿Por qué fuiste al puente?

Me esperaba algún insulto o broma, pero no. El chico me pregunta esto cuando yo podría preguntarle lo mismo. Dejo pasar algunos minutos, no sé qué responder. Ni yo sé cuál era el motivo de mi visita allí. Podría estar horas discutiendo con este chico hasta que no me diga que hacían ellos ahí, así que intento actuar con simpleza.

Buscaba su celular.

Técnicamente es cierto. Es decir, esperaba encontrar algo, si no era el... ¿Qué mejor que su celular? Quiero preguntarle que hacían ellos allí, pero no creo que me responda con honestidad. Estamos unidos por un secreto, por una muerte. Ya no se de quien es la culpa, cualquiera de nosotros puede hacernos ir a la cárcel.

Molly, entiéndelo, lo único que hay que hacer ahora es salvar nuestros culos.

¿De qué habla? Si es así, entonces ¿Qué demonios hacían ellos ahí? Es un lugar abandonado, nadie va a esa clase de lugares. Las ideas y suposiciones inundan mi cabeza como una fuga de gas. Necesito descansar y esta clase de cosas no me lo permiten. Apago el celular y escucho pisadas acercándose a la puerta.

Jason se aparece en medio de la oscuridad.

- Voy a ver una película ya que no hubo cine esta noche. - Dice bromeando haciendo que una ligera sonrisa se dibuje en mi rostro. - ¿Quieres acompañarme?

Me dio viaje, hospedaje y ahora película, no puedo negar su oferta. Accedo y lo sigo hasta la sala de estar. No es la misma de antes, es otra, la casa es tan grande que no me sorprendería si tuviesen dos cocinas.

Esta es más pequeña que la anterior, se parece a un cine. Literal. Tiene una gran pantalla en el centro, sillones muy cómodos, la pared está cubierta por estantes con variedades de películas. Camino hasta allí y me asombro tan solo verlo. Son muchas, están ordenadas por categorías. Terror, ficción, misterio... Ojalá veamos una de terror. Cuando volteo para sugerir una de todas las cintas el chico está en una esquina con maíz en sus manos. Oh mi dios... ¡Tiene una máquina para hacer palomitas!

- Mientras no elijas comedias o musicales no tengo problemas. - Dice mientras coloca el maíz dentro de la cabina.

Solo me río. Me alegra poder elegir, hay tantas que no podré decidirme. Claro que pondremos una de terror, son mis favoritas, pero creo que en ese estante hay más de doscientas. Necesitaré ayuda.

- ¿Qué te parece algo de terror?

Termina de colocar las palomitas en un recipiente y se acerca. - Claro. ¿Dulce o Salado?

- Dulce.

Evan odiaba las palomitas dulces...

¡Dios Molly!

La película comienza. Jason está de un lado del sofá tirado como una morsa y yo me encuentro en la otra esquina sentada como si estuviera en una cena con la reina. Debo admitir que no suelo asustarme con las películas, así que no me preocuparé en que esto termine en algo incómodo.

Pasada la media hora comienzo a analizar la película. Jason no para de hacer comentarios sobre la película, y lo que haría él en el lugar del protagonista, es irritante, pero gracioso.

Trata sobre un chico que es acusado de matar a su hermano. Dios, hasta las películas se burlan de mí.

Comienzo a ponerme en el lugar del protagonista. ¿Está mal que lo acusen? Él sabía que su hermano estaba muerto, no dijo nada. ¿Eso lo hace culpable?

No me doy cuenta y ya estoy llorando, Jason lo nota. Mierda. Gracias al cielo no pausa la película, eso lo haría más incómodo. ¿Quién llora con una cinta de terror? Nadie, salvo que haya perritos lo cual sería muy extraño ya que los caninos no se encuentran en esa categoría.

Dejo que me cubra con sus brazos. No son los de Evan, pero me ayudan. Me apoyo en su remera gris y dejo que algunos mechones de su cabello castaño se combinen con los míos. Nunca creí que estaría en la casa de uno de los chicos más lindos de toda la escuela, viendo una película y encima llorando mientras me consuela.

Me encuentro con sus ojos. Aún con poca luz, el celeste en su mirada ilumina cada rincón de toda la casa. Uno de sus brazos va hacia mi mentón, mi corazón comienza a latir tan rápido que me sorprende el hecho de que no haya explotado.

Comienza a acercarse y mis nervios crecen. Solo he besado a un chico en mi vida, y fue Evan. No tengo experiencia besando chicos. Bueno, no tengo experiencia besando a nadie. Así que dejo que él lo haga.

Sus labios chocan los míos. Su sabor es dulce, me acaricia mientras deposita beso tras beso. No puedo evitar poner mi mano en su rostro y acariciarlo. Su mano intenta secar mis lágrimas, me parece muy dulce su forma de ser. Todo es muy apasionado, sus besos recorren cada centímetro en mi rostro y desciende por mi cuello. Me impresiona lo cómoda que me siento en esta situación.

Pero se detiene.

- Lo siento, no tenemos que ir tan deprisa. - Sonrío al notar su gesto de preocupación. Me impresiona que el chico rebelde que todos conocen desaparezca al tratar a una chica.

Antes de que pueda responder, comienzan a golpear la puerta.

El chico no llega a abrir la misma y ya comienzo a sentir una gran tormenta en mis adentros.

Evan. |En Edición|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora