6. Tenía que pasar.

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Stephen se ha marchado, espero que esta vez por la puerta de entrada, ya que no siento su energía cerca. Después de hablar durante toda la noche, lo último que recuerdo es a él echándome una manta encima antes de que el sueño me venciera por completo.

Consulto la hora en el reloj sobre la mesilla de noche. Aún no ha anochecido, lo que explica los tímidos rayos de luz que se cuelan a través de las lamas de la persiana.

Me siento algo hambrienta, o sedienta, aunque en realidad es algo más complicado definir esta necesidad con palabras. Las emociones de los últimos días me están pasando factura, pero aún tengo parte de la última dosis guardada en el frigorífico.

<< Joder, qué bien sienta. >> Pienso, sintiéndome revitalizada en cuanto la espesa sangre se desliza por mi garganta.

No me resulta difícil creer que, bajo la fachada de tranquilidad que muestran en televisión y frente a los recién mutados que llegan a los cuarteles de S.H.I.E.L.D., los operativos de campo y control de daños estén hasta el cuello de operaciones a causa del desastre ocasionado por Mercurio; es su trabajo hacer las cosas con discreción y evitar el pánico entre la población, especialmente en momentos como éstos. No es mi problema, ni Stephen me ha pedido directamente que me involucre, pero, a pesar de que nos hemos mantenido más o menos al margen de la mente el uno del otro durante toda la conversación, es evidente que ambos disfrutaríamos estando cerca otra vez.

Ha dejado su dirección actual apuntada en un trozo de papel sobre la mesita situada frente al sofá donde nuestra conversación había terminado la noche anterior. Nada más escrito, sólo la dirección, tampoco sé si esperaba otra cosa. Cojo el papel y busco la zona en Google Maps, es un bloque de pisos convenientemente cerca de la sede de S.H.I.E.L.D. donde se lleva a cabo el proyecto de Stark.

El perfume de hombre que llevaba aún está en el aire... Me siento ridícula, como si hubiera vuelto a mi yo de hace siete años: en el sofá, suspirando por mi doctor e imaginando... algo. No sé. ¿Un futuro juntos? ¿Hasta qué punto el futuro significa algo para una vampira de cientos de años? Es una buena pregunta...

Ha sido agradable volver a verlo, pero es mejor cortar de raíz.

Entonces ocurre. Una serie de explosiones. Ha sido cerca, demasiado cerca. El estruendo va seguido de gritos y ruido de coches huyendo.

<< Ya la hemos liado.>>

Me echo encima la capucha de la sudadera, me protegerá de la luz lo suficiente mientras tenga cuidado de ir por las sombras, y salgo por la puerta decidida a investigar lo sucedido. Si siguen explotando cosas, prefiero estar al aire libre en vez de metida en un edificio de más de cincuenta años de antigüedad.

Afuera, reina el caos. La gente se aleja corriendo, dejando atrás sus coches u otros enseres si es necesario.

Parece que el epicentro del desastre es una boca de metro que se ha venido abajo. Se ha abierto un enorme boquete en la zona circundante, como si se hubiera detonado una bomba en la zona inferior. Los equipos municipales de respuesta ya están aquí; policías, bomberos, y ambulancias tratan de atender a los heridos y calmar a los afectados.

Parece que no ha sido para tanto, solo un...

Detecto energía bajo la tierra. El calor del motor de una furgoneta y un equipo grande, al menos diez hombres. No puedo ver si llevan el logo de S.H.I.E.L.D., pero ¿quién más podría desplegar un equipo así? ¿Qué hay en ese metro que haya llamado su atención? Hay algo más, pero... ¿Stephen?

<< Lianda, deberías ser más cuidadosa cuando escanees la zona. >>

<< ¿Estás en el subterráneo? >>

<< Sí. >> Su voz en mi mente parece cansada. << Necesito que me hagas un favor. Coge un coche y espérame en quince minutos en la esquina de la tienda de dónuts. >>

<< ¿Me estás pidiendo que robe un coche? >>

<< Quiero que lo tomes prestado. No me creo que una chica como tú nunca haya hecho un puente. >>

<< Hablaremos más tarde de lo que ha hecho y no una chica como yo, cuando me cuentes qué es lo que ha pasado ahí abajo. >>

Con el caos, muchos coches han quedado abandonados a su suerte, seguro que alguno aún tiene las llaves puestas y no tengo ni que molestarme. La mayoría se bloquean la salida los unos a los otros, así que centro mi atención en los más lejanos al accidente, pero cercanos al punto de encuentro hasta que doy con un objetivo. Es un coche pequeño de color azul cielo y líneas rectas que tiene la puerta del conductor abierta, señal de que podría resultar adecuado. Nadie me está prestando atención así que me introduzco en el asiento y echo un vistazo. No hay llaves en el contacto.

<< Igual... ¡bingo! >> En la guantera, en una bolsita de plástico junto a los papeles, están las llaves de repuesto. << Y por eso, niños, hay que guardar las cosas en casa. >>

Arranco y me alejo un par de manzanas antes de dar la vuelta para dirigirme a la cafetería que Stephen me ha indicado y parar el coche.

<< Esos dónuts tienen buena pinta... >> Desde la ventanilla puedo ver el escaparate con los dulces dispuestos sin protección ya que los dependientes han debido salir corriendo junto a todos los demás.

<< Arranca el motor. >>

En ese momento se abre un portal místico en la fachada de ladrillo y Stephen aparece seguido de un hombre de altura semejante, cabello negro largo liso pulcramente peinado hacia atrás y ojos fríos. Su ropa está polvorienta y puedo ver salpicaduras de sangre. Entre los dos cargan a una chica inconsciente.

<< Vosotros no tenéis buena pinta. >>

Meten a la chica en el asiento trasero y luego se suben, Strange delante y el otro detrás.

<< Arranca. Yo te indico el camino. >>

Y así lo hace, mentalmente cada calle y cada giro hasta llegar a su apartamento. Debe estar agotado si no ha podido abrir un portal directamente hasta allí. Mi mente rebosa preguntas sin respuesta. Pero yo me callo. En el momento adecuado tendrá que contarme lo que ha pasado, lo que hago aquí.

<< Lo haré. >>

<< Pensaba que teníamos un acuerdo sobre la mente de los demás. >>

<< Estás pensando tan fuerte que te está entendiendo todo el coche. >>

Echo la vista a través del retrovisor central hacia nuestros dos acompañantes. La chica ha vuelto en sí y el hombre y ella se miran con intensidad, pero no se dicen una palabra.

<< ¿Telépatas? >>

<< Es más complicado que todo eso. Pensaba que no ibas a preguntar. >>

<< Y yo que no tendría que involucrarme nunca más. >>

Rather Strange (fanfic Doctor Strange)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora