Ayudo al hombre misterioso y a la chica cuando llegamos al apartamento. Aunque está plenamente consciente, aún no se tiene en pie. Por lo que puedo percibir, sus constantes vitales son irregulares; no sería de extrañar que tuviera alguna hemorragia interna. Stephen puede encargarse fácilmente de eso. Tenemos que subir escaleras. Qué propio de él vivir en un bloque de pisos de hace cincuenta años. Ubicamos a la chica en el dormitorio y los dos hombres se esfuman, dejándonos a solas. Ella respira con dificultad y yo cada vez estoy más mosqueada porque nadie dice nada. Ni siquiera espero una explicación o algo coherente, pero corcho, algo de agradecimiento estaría muy bien.
— Gracias. — La voz de la chica es débil, pero conserva cierta musicalidad, aunque no ubico el acento, y agudeza adecuadas a su aspecto físico. Es morena y menuda. Los restos de su ropa parecen de mi estilo... y, qué narices, es la única que me ha dirigido la palabra.
— Entonces, ¿eres telépata?
— No... — Su gesto se tuerce y se lleva las manos al torso, está claro que tenía razón. Y mira que odio tenerla en estas cosas.
— Permíteme.
Mientras le pido mentalmente a Stephen que venga, rastreo con mis manos y el resto de mis sentidos el flujo de su sangre para saber dónde se encuentra el problema.
<< Tiene una perforación en el pulmón derecho. Es una pequeña hemorragia, pero tenemos que tratarla cuanto antes. >>
Los dos hombres vuelven a la habitación y parece existir cierta tensión entre ellos. Stephen se ha echado encima una bata verde de cirujano y comienza a usar sus vastos conocimientos de medicina mezclados con sus artes místicas para reparar el tejido y extraer la sangre. Tiene algo mágico, nunca mejor dicho, ver como realiza el procedimiento. El hombre que observa conmigo no parece entusiasmado, no puede reprimir la mueca de preocupación en su rostro e inexplicablemente no parece que pueda leerle la mente, al menos no sin concentrarme.
Cuando el doctor termina, dejamos a la chica descansando en la cama y salimos al salón. Las persianas están bajadas para que no pueda entrar el sol de la tarde. Stephen también ha encendido las luces. Me apoyo en una pared cerca de un cuadro que, si mal no recuerdo, yo le regalé. Stephen se deja caer sobre el sofá.
— Lo prometido es deuda. — Comienza a hablar antes de que tenga tiempo a hacer ningún comentario. — Este es Loki, Loki Laufeyson.
— ¿El hermano de Thor?
— No creo que merezca la pena revolver en los detalles de mi ascendencia. — Puntualiza él, parándose a mi lado con una sonrisa cansada. Me tiende la mano.
— Lianda. — Se la doy, para mi sorpresa, deposita un suave beso sobre ella.
— Encantado.
— Reserva tus modales para Stark. — Interrumpe Stephen esbozando brevemente un gesto de incomodidad. — La mujer es Emily Newell, agente de S.H.I.E.L.D. y... émpata.
— ¿Émpata? ¿Empatía psiónica?
— No puedo darte muchos detalles, ni siquiera yo sé hasta dónde llegan sus poderes. Es la primera émpata reconocida en más de dos siglos.
— Hace poco que sabe que es émpata. Ella tampoco sabe qué puede hacer. — Aclara Loki mientras, únicamente con gestos de sus manos, va sacando de los armarios lo necesario para ponerse un café. — ¿Queréis?
Sé poco sobre Loki, y aquello que creo que sé no es demasiado bueno, pero si hay confianza entre ellos como para darle asilo... Demonios, eso es lo que quiero saber.
— No, gracias.
— Yo no bebo eso. — Observo con una mezcla de curiosidad y diversión cómo los objetos se mueven con gracia envueltos en un suave halo verde hasta componer la taza que vuela, plato de postre incluido, hasta el asgardiano, quién inmediatamente se da la vuelta y entra de nuevo en el dormitorio. Supongo que Stephen se lo ha pedido mentalmente y me mosquea que sea capaz de ocultarme un intercambio de pensamientos con tal facilidad.
<< No me pongas las cosas más difíciles, Lianda. >>
— En los días desde que has vuelto a mi vida los de S.H.I.E.L.D. han hecho una redada en mi casa, causado un shock neurogénico, inyectado un suero anti-mutante, y ahora esto. Perdona si no estoy exactamente receptiva.
Estoy cansada, y cuando estoy cansada me pongo borde. Él lo sabe.
Hace un gesto con la mano y su capa de levitación aparece de la nada portando un pequeño contenedor metálico. Puedo oler la sangre que va dentro antes de que lo deposite frente a mí.
<< Siéntate. >> Me pide cerrando los ojos para descansar la vista y apoyando la cabeza sobre el mullido respaldo de la cheslón. La capa se deja caer sobre él a modo de manta. Yo, por mi parte, cojo "mi refresco" y me sitúo junto a él. No puedo mantener una actitud firme si se muestra tan vulnerable.
<< Loki y yo llevamos un tiempo intercambiando correspondencia de una forma u otra. Nuestra cercanía no es algo de dominio público y, si llegamos a tener que dar explicaciones a Stark u otros al respecto, hablaré yo. >>
<< Stephen. >> Llevo mis manos sobre aquella de las suyas que se encuentra más cerca y deslizo mis dedos entre los suyos en una caricia. << ¿Qué está pasando? >>
<< Perdona. Estoy divagando... >> Su voz se pausa y su respiración se ralentiza poco a poco; se está quedando dormido.
Yo también cierro los ojos y me concentro para introducirme de puntillas en su mente, que se encuentra relajada. Llego a una escena borrosa, probablemente los inicios de un sueño. A medida que el sueño profundo toma el control de su organismo se despeja la niebla y me veo a mí misma, dormida en la enorme cama de su antiguo apartamento, con mi cuerpo cubierto por sus sábanas de seda. Mi perspectiva es la de él, que me observa apoyado en el quicio de la puerta, completamente desnudo.
Instantáneamente me alejo de su mente y ese sueño.
<< Por el amor de dios... >> Jamás se me hubiera ocurrido que fuera aquello lo que iba a encontrar en su cabeza en un momento así.
— ¿Y tú qué eres? ¿Telépata? — La voz de Loki me sobresalta y me giro para verle sentado en uno de los taburetes de bar frente a la isla de la cocina. No tengo ni idea de cuánto tiempo lleva ahí.
— Entre otras cosas.
— Y bebes sangre...
El vial sigue encima de la mesa, pero en una posición ligeramente distinta, así que supongo que lo ha hecho levitar y ha tenido tiempo para inspeccionar su contenido mientras estaba sondeando a Stephen.
— El doctor tiene muchos secretos.
— Y que sigan así.
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¡¡Muchas gracias a todos los que venís siguiendo la historia hasta hoy!! Me hace mucha ilusión ver cómo suben poquito a poco las vistas y estrellitas en estos capitulitos y me animan mucho a seguir. Me encantaría saber lo que opináis hasta el momento de lo que ha pasado, incluída la aparición de estos nuevos personajes. ¡Hasta que nos leamos de nuevo!
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Rather Strange (fanfic Doctor Strange)
FanfictionSINOPSIS Lianda Tepes es una "joven" vampira recién residente en Nueva York. Prefiere mantenerse ajena al mundo de los super héroes pero el lanzamiento de una iniciativa para revertir los efectos de las nieblas terrígenas, así como cualquier otra mu...