Rather Strange (fanfic Doctor Strange)

17. Un salto de fe.

— Es suficiente.

— ¿En serio? — Dice el hombre que tiene agarrada a Emily. — ¿Ves eso? Eso es lo que pasa cuando juegas con poderes que no comprendes.

— Corta el rollo. — Responde ella con cara de pocos amigos, soltándose de su agarre con facilidad. — Lo siento, Lianda.

— No nos pongamos melodramáticos.

La ausencia de un agujero de bala en la mitad de pecho comienza a tomar sentido cuando la ilusión de Loki se desvanece.

Ni siquiera se me ha acelerado el pulso.

Debería estar intensamente cabreada.

— Emily ha interrumpido toda conexión entre tu sistema endocrino y el resto del cuerpo. Llevas medio día sin recibir ni adrenalina, ni endorfinas ni cualquier otra hormona. No podías sentir nada. — Explica Stephen, quién ha estado monitorizando la situación desde la distancia para que no pudiera percibir su inequívoca presencia. — Lamento que hayamos tenido que organizar esto para comprobar hasta dónde llegaban los efectos de la anulación empática.

— Es culpa mía. — La chica sale en defensa de todo el plan sin que nadie se lo haya pedido, y la verdad es que me da igual. Entiendo el engaño, entiendo el propósito... ¿y ahora qué? — No sé cómo, pero lo voy a arreglar, ¿vale? — Parece genuinamente preocupada a pesar de lo elaborado de la farsa en la que ha participado, supongo que voluntariamente dadas sus palabras anteriores.

— No es necesario, puedo encargarme yo. Es un bloqueo físico, no será difícil de reparar con las artes místicas. Por el momento se han acabado los experimentos con la empatía.

El Doctor me escolta de vuelta a mi habitación tras encomendarles tareas de repaso a los otros dos y dejar que yo recoja del suelo todo lo que ha acabado desperdigado. Está bien porque llevaba poca cosa.

Ya en la habitación, ocupamos los mismo puestos que la noche anterior ocupé con Emily.

— Túmbate. Necesito que dejes la mente en blanco para que pueda trabajar. ¿De acuerdo?

— Voy a estar muy enfadada en cuanto vuelva todo,

— Lo sé.

<< ¿Merecerá la pena? Quiero decir, lo que he conseguido con las artes místicas y el control telepático se va a esfumar. >> No lo vocalizo porque hasta a mí me parece descabellado, pero él lo oye de todas formas.

Strange parece muy molesto por lo que acabo de decir, se pasa una mano por el pelo para colocárselo. Recuerdo que, cuando nos conocimos, era un tic que le asaltaba cuando se estaba mordiendo la lengua respecto a algún asunto concreto.

— Lianda. ¿Qué sacas de esta experiencia?

Sin adrenalina u otras hormonas, mis habilidades físicas especiales quedan muy reducidas a pesar de que la mentales parezcan ampliarse. Es complicado para mí posicionarme a un lado u otro de la balanza. Como sigo sin saber a qué vamos a enfrentarnos es difícil decantarse por un tipo u otro de capacidades.

Aun así, contesto.

— Que el sistema hormonal interfiere con mi mejora.

— ¿Estás hablando en serio o recuperando el sarcasmo?

— Es un dato objetivo.

— Lo único cierto es que, en una situación peligrosa como esa, estarías muerta. — Hace una pausa y comienza a hacer símbolos en el aire para acumular energía en sus manos. — Tu cuerpo es único en la forma en que lleva a cabo sus reacciones biológicas. Algunos de sus efectos son tus capacidades físicas ampliadas o que envejezcas más despacio. — Poco a poco voy notando un cambio de presión, como si se deshicieran nudos en mi interior. Siento sed de sangre, incertidumbre, ansiedad, incomodidad y, por último, agradecimiento. — El sistema endocrino no es lo que te impide mejorar. Tu falta de control sobre tus emociones, sí.

Me incorporo en la cama sin decir una palabra. No me salen.

— Tómate un tiempo para pensar en ello y descansar. Te traeré sangre para acelerar tu recuperación. Tu cuerpo ha hecho un sobreesfuerzo para mantener su funcionalidad sin hormonas. Eso sin contar el tremendo gasto de energía mental en creación de barreras y el uso de las artes místicas.

— ...

<< No es física cuántica, Lianda. Sé sincera contigo misma. >>

Parece cansado. Aunque no se vea, habrá hecho un gran esfuerzo para borrar los efectos de la empatía psiónica de Emily. Entiendo lo suficiente de biología del cuerpo humano para comprender que esa situación hubiera sido insostenible a largo plazo.

<< Stephen. >> Le detengo antes de que se dé media vuelta para salir de la habitación.

Generalmente no me es tan difícil poner palabras a los pensamientos; la diarrea verbal suele hacer el trabajo por mí.

Hago acopio de fuerzas. Estoy mucho más débil de lo que podía notar en mi estado anterior. Él me ayuda a ponerme en pie sujetándome con ambos brazos y dejando que apoye la mayor parte de mi peso en él. Incluso la capa pone de su parte para hacerlo más fácil.

Es una criatura encantadora esta capa. Es por ella que estoy aquí, frente a frente, y todo es aún más complicado.

<< Una imagen vale más que mil palabras. >>

Sólo es un poco más alto que yo, pero parece que mi cuerpo recuerda exactamente cuántos centímetros tiene que ponerse de puntillas para que nuestras bocas queden a la misma altura.

Yo sonrío porque él parece sorprendido. Él sonríe porque lleva siete años esperándome.