26. Modo sigilo.

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Desde el quinjet, el complejo de Immun parece poco más que un antiguo centro de salud casi abandonado. Si no supiera con certeza que, debajo de esa apariencia tan inocente, se esconden armas de última generación y varios centenares de agentes bien entrenados... bueno, creo que a nadie se le ocurriría cuestionar la palabra de Stephen o de S.H.I.E.L.D.

Según nos han contado la señorita Hill, solía ser un pequeño hospital que cubría las necesidades de una zona rural, pero que quedó en desuso cuando la población disminuyó. Al ser propiedad del gobierno, se había desmantelado por completo antes de ser clausurado definitivamente.

Dejamos el transporte a una distancia adecuada para evitar que nos detecten y nos reunimos alrededor de Stephen, que está preparado para abrir un portal directo al interior.

— Sólo nos puedo llevar a la primera planta. Hay una parte que dedican al almacenamiento de materiales con escasa vigilancia en la zona interior. A partir de ahí, y tal como ha explicado el director Furia, tendremos que abrirnos camino. En sus filas hay telépatas, por lo que espero que todos sepáis cerrar vuestras mentes.

— Algunos aprendimos a la fuerza. — Murmura el agente Barton con una risita mientras no le quita ojo de encima al asgardiano.

— Al que no sepa controlarse, reiniciado cognitivo. — Romanov realiza un último ajuste en sus mitones y comprueba sus armas otra vez.

Se abre el portal y uno por uno nos introducimos por él.

El interior de la gigantesca sala en la que aparecemos está muy oscuro, pero, por suerte, nuestro adiestramiento ha incluido la capacidad de hacer aparecer una especie de pequeños fuegos fatuos en el aire. Stephen es el primero en materializar uno, seguido por Loki que necesita un poco más de tiempo para hacer efectivos sus movimientos. A Emily y a mí se nos ha sugerido que guardemos nuestras energías místicas para cuando la situación realmente lo requiera.

Los agentes de S.H.I.E.L.D. deslizan sobre sus ojos unas gafas que les harán más fácil la visión en la oscuridad y en realidad menos detectables. Su aproximación me parece más útil.

Desplegados en formación de combate, avanzamos unos metros hasta unas mamparas dobles metálicas.

Nos paramos. Noto cómo Stephen abandona su cuerpo un momento, probablemente para, desde la protección del plano astral, averiguar el número de guardias apostados tras la puerta y en las zonas más cercanas del complejo.

— Cuatro guardias fuertemente armados, ningún superhumano a la vista. Hay algunas patrullas dispersas, pero demasiado lejos como para detectarnos. Es buen momento para que trates de disminuir sus niveles de adrenalina y aumentar los de melatonina, Emily.

— ¿A los cuatro?

— A los que puedas. Te cubriremos.

La joven agente de S.H.I.E.L.D. asiente con la cabeza y se concentra para acceder a los cuerpos tras la barrera física. Según Stephen, debería poder hacerlo incluso a más distancia una vez domine sus poderes.

Poco más de medio minuto después, percibimos varios ruidos sordos y una voz entrecortada y suave.

— Eh, qué... G37, G42 y G28... comprometidos. Almacén del primer piso. Solicito...

El último guardia cae al suelo, inconsciente. La agente Romanov abre la puerta con cautela y nos da la señal para seguir adelante.

Emily sonríe como una niña pequeña.

— Impresionante. — Se le escapa al asgardiano, que ha hecho aparecer en sus manos sus características dagas.

— Ojos abiertos. — Advierte el agente Barton.

<< De momento, está siendo demasiado fácil. >>

Sentimos toda la estructura del edificio temblar a nuestro alrededor. Stark y Furia deben haber comenzado con la distracción en el exterior.

Detecto el eco de lo que parecen varias decenas de pasos acercándose a nuestra posición y hago un gesto a los demás. Los agentes de S.H.I.E.L.D. se llevan la mano a sus armas, pero Loki se lleva un dedo a los labios y conjura un campo a nuestro alrededor. Cuando varios grupos de agentes pasan corriendo y gritando órdenes de combate a nuestro lado, puedo notar cómo todos contenemos la respiración, pero no parece que nos vean.

Al pasar al menos un par de minutos de relativa tranquilidad, el campo se desvanece.

— No me deis las gracias. — Musita en el tono altivo que le caracteriza al tiempo que se pasa una mano por el cabello.

<< Engreído... pero innegablemente útil. >>

Siguiendo mentalmente el plano que hemos memorizado en el quinjet, avanzamos hasta el tronco central del complejo. Como sería evidente en cualquier instalación de seguridad, el acceso está restringido mediante un código que sólo aquellos con autoridad para descender a los niveles inferiores deben poseer. La Viuda Negra saca lo que parece un pequeño USB con pantalla de uno de los muchos bolsillos de su ajustado uniforme y lo posiciona encima del panel del ascensor. Símbolos y letras azules comienzan a posicionarse a toda velocidad hasta que se completa la sincronización con el sistema de seguridad

— Pan comido.

Uno tras otro entramos en el amplio interior. Romanov manipula los números del panel a este lado de las puertas para llevarnos a lo que, según nuestra información, es la zona donde tienen encerrados a los objetivos.

Rather Strange (fanfic Doctor Strange)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora