8. Mientras dormías.

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Después de medir mis distancias con Loki, me cuenta que conoce a Emily desde hace cierto tiempo. La chica había actuado como intermediario entre S.H.I.E.L.D. y él cuando se le había requerido, en la mayoría de los casos para obtener datos sobre posibles elementos enemigos de origen extraterrestre. Por supuesto, la lengua de Loki no se desataba, así como así, por pura caridad, ella también le suministraba toda aquella información interna que cayera en sus manos. Supongo que el roce había hecho el cariño porque es evidente que hay mucho más entre ellos de lo que está dispuesto a confesarme. Con su propia energía psiónica, en uno de tantos paseos por su mente, había sido él quién había abierto la puerta a los poderes empáticos de la joven y había tratado de enseñarle a controlarlos.

Eso había sido todo hasta hacía pocos días.

Su superior inmediato le había ordenado contactar y proporcionar una localización exacta del asgardiano tan pronto como fuera posible. Emily había sido capaz de intuir al momento que había intenciones ocultas en aquella petición, en gran parte gracias a sus capacidades empáticas, y había intentado advertirle. Iban a encontrarse en el metro para tratar el tema. Por fortuna, Loki había tenido la precaución de contactar antes a Stephen y preguntarle al respecto del repentino interés de S.H.I.E.L.D. en su persona. Aunque por separado, los dos habían acudido a la cita. Antes de poder localizar a la joven, un grupo de mercenarios con el emblema del águila había provocado el derrumbe del metro. Ambos habían usado sus poderes para camuflarse y pasar inadvertidos hasta encontrarla y el resto de la historia ya la conocía.

— Pensaba que S.H.I.E.L.D. ya tenía las manos lo suficientemente manchadas al administrar el suero anti-mutante sin permiso.

— ¿Loki? — La suave voz de Emily llega hasta nosotros desde la habitación y él se levanta para atenderla.

Me ha sorprendido, para bien, y no es que pueda decir eso muy a menudo. A pesar de mis prejuicios sobre su persona, me ha dejado sondear libremente su mente a medida que rememora para observar algunas escenas, aunque lógicamente se ha reservado para sí aquellas de carácter más... personal.

Vuelvo mi mirada hacia Stephen, cuya pausada respiración había variado de forma casi imperceptible hacía un rato. Está despierto y ha estado escuchando.

<< Sabes fingir mejor. >>

<< Bueno, no intento engañarte a ti. Sólo sentía curiosidad por lo que te contaría si tenía la oportunidad de hablar a solas. >>

<< ¿Estás satisfecho con el resultado del experimento? >>

<< Si asumimos que Loki ha sido sincero, sí. >>

<< No lo entiendo. ¿Te fías de él o no? >>

<< Siempre tengo mis reservas, con todo el mundo. >>

<< ¿También conmigo? >>

<< Las tuve. Las abandoné. >>

<< ¿Y ahora? >>

Pero no responde.

Me estoy hartando de jugar

Loki aparece con Emily apoyada sobre su brazo.

La chica tiene mucho mejor aspecto. Sus constantes son normales y ha recuperado el color en la cara. Él también parece más tranquilo, aunque no le quita ojo. Ambos se han cambiado de ropa, aunque es probable que sean simplemente producto una ilusión. Él lleva un traje de tres piezas que parece echo a la medida y ella un elegante conjunto de chaqueta y camisa rematado por unas botas de tacón bajo.

— Deberíamos ponernos en marcha. — Si la émpata es capaz de notar lo que sentimos, lo oculta bien. Mis emociones tiene que poder percibirlas con la mente cerrada.

<< No hemos terminado de hablar. >>

El Doctor ya está en pie y abre un nuevo portal. Nuestros protegidos lo atraviesan sin dudar un segundo. Puedo ver el interior de la sala principal del Sancta Sanctorum desde aquí, todo madera y vitrinas con artefactos.

<< No pienso mover un pie. Embarcarme en otra cruzada. >>

Stephen me da la espalda y se acerca al portal místico sin dejar de mantenerlo abierto con los movimientos de sus manos. La capa de levitación, que había permanecido en una actitud casi expectante, flotando cerca del sofá donde hasta entonces había estado reposando, cuidando de su maestro, y se acopla en su espalda y sobre su traje, preparada para la partida y todo lo que venga después.

Me niego creerme, ni por un momento, que me vaya a dejar aquí. Una décima de segundo después vuelve a girarse, su rostro muestra un gesto frío y puedo apreciar una mezcla de sentimientos entremezclados en su cabeza.

<< Siempre es así contigo. Intenso. Inconstante. >>

Y ahora soy yo la que no encuentro las palabras. Porque él siempre sabe qué decir, aunque no lo diga. Y eso, en este momento, me mosquea.

A falta de otro recurso, intento llegar hasta él mentalmente y me encuentro una barrera impenetrable desplegada a su alrededor, protegiendo los pensamientos que hay detrás del discurso que está a punto de soltar.

<< Ojalá supiera qué es lo que quieres. Igual puedo verlo cuando tú lo tengas claro. >>

Me tiende la mano.

Todo esto, este... indicio de aventura, es un gigantesco cartel de neón en el que se anuncia una oportunidad para volver a acercarnos.

¿Y para qué?

— No. — Si lo vocalizo puedeque tenga sentido. Si lo vocalizo puede que sea convincente. Si lo vocalizopuede que signifique algo.

Rather Strange (fanfic Doctor Strange)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora