|Esclava de un VAMPIRO| SUGA | BTS | TERMINADA

19

Pesadillas inundaban mi mente, de solo pensar en Hoseok y que me iba a hacer algo, me aterraba.

Pero aquí estaba, viviendo con Suga.

Le dejé una carta a mis padres cuando me fui y mi celular no ha parado de sonar, Liss no me ha dejado de llamar desde que me fui y desde que ellos llegaron y leyeron la carta. Obviamente Caleb le importa muy poco mi presencia en esa casa, así que estoy tranquila.

Como era de esperarse, Suga me ha tratado muy mal, soy literalmente su esclava, y no sé porqué me gusta serlo, ¿seré masoquista?, no lo sé, espero que no, espero que si, nadie tiene la respuesta, hasta el mismo Conde me ha dicho que no me deje llevar por los caprichos de su sobrino, pero ni yo puedo parar.

Me gusta sufrir, me gusta que cada noche Suga me muerda el cuello cada vez que se le antoje y que yo no haga nada, estuvimos a punto de hacerlo pero el Conde nos pilló, ¿y Suga que hizo? Me dejó tirada ahí en mi habitación, me encerró y no me dejó salir hasta el otro día.

¿Qué está pasando conmigo?

Ha pasado ya un mes desde que me vine a vivir con éste gil, la única persona que se ha preocupado por mi ha sido el Conde, Suga no me da de comer en días y esconde toda la comida para que no pueda comer, ni siquiera agua hay aquí y por eso he bajado drásticamente de peso.

Era menos doloroso irme con Hoseok que seguir aquí con Suga.

-¿Qué estás haciendo?.-Suga me pilló desprevenida, estaba devorándome un pedazo de pan, algo que había encontrado en la despensa, de un momento a otro, yo me encontraba en el suelo, Suga me tomó del cabello y me abofeteó, sentí mi mejilla escocer, acto seguido me regaló una linda patada en el estómago y eso hizo que escupiera lo poco que había comido de pan, sentía la sangre adornar mi paladar.

-¿Qué te dije?.-Suga tomó mi mentón e hizo que lo mirara, apretaba cada vez más su agarre y las lágrimas amenazaron con salir.-Respondeme.

-No lo sé.-Comencé a chillar.-Solo tenía hambre.

-Mientras no esté aquí, tu no comes.-Me empujó y caí débilmente al suelo, me dolía la mandíbula, los brazos, el estómago en sí. Me sentía vacía.

-¿Hasta cuándo la tortura en ésta casa?.-Dios es grande, el Conde hizo presencia en la sala de estar, me ayudo a levantarme y me mandó a mi habitación.

-No, ella se queda acá, tu no eres nadie para venir y mandarla, ella es mía, ¿estamos?

-No, nada de que "estamos".-Tomó mi brazo y me llevó hacía mi habitación.

-Hey, hey.-Suga llegó rápidamente a mi lado y tomó mi otro brazo con fuerza.-Ella se va conmigo.

-No intentes discutir conmigo, porque terminarás fuera de ésta casa.

-No me interesa.

Sentía mis párpados pesados, me estaba quedando dormida de a poco y eso hizo alertar al Conde.

-Mírala, la estás matando de hambre, a golpes no resolverás nada.

-Cállate de una puñetera vez.-Me jaló de un brazo y me guió hacía su habitación.

Me tiró hacía su cama, me quitó la poca ropa que llevaba y comenzó a morder cada parte de mi cuerpo, sus enormes colmillos hacían estremecer mi cuerpo, me gustaba y a la vez no, me sentía débil cada vez que succionaba mi sangre, tiró de mi ropa interior y embistió fuertemente, me sentía aún más frágil, la palabra favorita de Suga era "Me gusta cuando callas porque estás como ausente", era evidente que yo no decía ni pío cada vez que abusaba de mi, ya me había cansado las primeras veces, me llevé unos cuantos golpes de el, así que me rendí de pelear con el.

¿Acaso Hoseok me iba a hacer lo mismo y Suga me estaba entrenando ciegamente?

La diferencia aquí es que Hoseok me ama y yo amo a Suga, y él no me ama.

Al terminar de embestirme, salió de la habitación y me dejó ahí, tirada en su cama, como siempre lo hace, mis muñecas se sentían tensas, mi cuello rígido, mi cabeza era una bomba de preguntas, mi mente no funcionaba, el habla me faltaba, el aire no pasaba correctamente por mis pulmones, mis piernas no respondían a mi llamado, me sentía morir cada vez que pasaba éste episodio, solo quería que ésto terminara.