La vida con otros ojos.

Capítulo 4

Día 2

Por la mañana, desperté y lo primero que quise hacer es tratar de evitar los nervios ¿Por qué? porque iba a llevar a Connie a subirse a una montaña rusa, en serio espero que no se haya subido a una antes, porque si no, tendré recurrir a otras alternativas y creo que son un poco más locas. Bueno, el caso es que ese día por la mañana ya tenía todo preparado para mostrarle a Connie el paso número uno para sentir mi mundo. Espero que todo salga muy bien, por lo menos si ella no se mató yo no la espero matar, de un susto me refiero.

Se hicieron las 2:00 pm y decidí dar un paseo y después dejar a Happy con Edward, aunque no creo que este tan ocupado o a menos de que este otra vez jugando al casanova, le llame por teléfono para no sorprenderlo otra vez bueno, me refiero a no asustarlo porque pues verlo no puedo. Yo pienso que a veces hasta se aprovecha de eso, recuerdo cuando fui a visitarlo, estaba con una mujer y ¡RAYOS! espero que vestidos, me sentí tan incómodo que me tuve que marchar. Y realmente ahora me siento como un tonto porque hablo en estos momentos.

Tome el teléfono. Si, un teléfono para ciegos es especial para mí.

-Hola Edward, ¿Estas ocupado? Necesito que me hagas un favor, voy para tu casa te contare más tarde.

-Estas de Suerte Cieguito, sí, estoy en mi casa, aquí te espero.

-Bueno entonces voy para allá, Adiós.

Me vestí, y me dirigí hacia casa de Edward. En el camino solo podía escuchar a las personas conversar, a los pájaros cantar, pero me preguntaba ¿Qué estará haciendo en este momento la señorita Connie? Creo que será un misterio hasta no encontrarme con ella a las 7:00pm.

Connie: Me desperté y lo único que pude pensar al despertar es en la locura que me iba hacer pasar Eidan, aunque él es un poco extraño, pero creo que eso es lo que lo hace interesante. Mi celular comenzó a sonar y al mirarlo, entro una llamada de mi prometido León Collins, es algo extraño porque tiene el mismo apellido que Eidan, pero creo que solo es una más de las coincidencias. Él es un empresario que se la pasa viajando por todo el mundo y solo a ratos se toma el tiempo y la molestia de saber cómo estoy. Eso es lo que perjudica un poco nuestra relación, le conteste.

-Hola Cariño ¿Cómo estás?

-Muy bien corazón. Estoy en Alemania ahorita cerrando un negocio de millones de pesos, sabes esto me servirá para darte una de las mejores bodas, ¿No estás nerviosa corazón? ya solo 30 días para estar frente al altar y decir sí, claro que nos tenemos que poner de acuerdo en los momentos en que estaremos juntos porque tú también viajas mucho, lástima que tu trabajo aún no llegue a una galería, pero no te preocupes amor, si tu trabajo no es reconocido por lo menos te casas con un hombre famoso en el mundo de las finanzas, bueno cariño te dejo porque los nuevos socios están esperando te amo bebé.

-Si, gracias corazón, por llamar y preguntar qué tal estoy. -sarcásticamente- Nos vemos a semanas antes de nuestra boda espero que tu trabajo no te robe el día de la boda -reí en tono sarcástico-. Adiós igual bebé. – sí, tienes sus dotes de diva-

Después de hablar con León me di cuenta de mi futuro, aunque es cierto, siempre he soñado con un título social como me dijo Eidan una vez, pero creo que el tiempo que estemos juntos los dos seremos muy felices. Cuando estemos casados todo cambiara. Me aliste para la tarde porque ya eran como las 5:30. Iba en camino hacia la feria, esperando comenzar una nueva locura.

Eidan: Llegué a casa de Edward y le conté todo lo que había hablado el día de ayer con la desconocida que me había topado, le conté que nos conocimos un poco, aunque él como siempre se burló de mi por estar jugando al súper héroe como él dice, cuando le dije que me iba a mirar con Connie en 1 hora y media. Si, era de esperarse que el malinterpretase todo este asunto como siempre lo ha hecho.