Capítulo 38

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Nota de la autora: El próximo capitulo es el ultimo espero dejen sus buenos comentarios o malos, la critica es aceptable de donde venga, me esforcé en darles un libro completamente diferentes a las historias de amor de siempre y realmente espero que lo disfruten.

Noche del día 28

Toma un trago querida – dice la voz dulce en el bar de Vallarta.

– ¡Carajo! Pero qué fuerte esta esto.

– Toma otro.

Tomo el shot que me han servido. Mientras la fiesta en la playa sigue como loca, viendo como parejas comienzan a besarse hasta el punto de quedar tirados en la arena y a punto de tener relaciones en público ¡Qué asco! Aclamo como una niña viendo a sus padres besarse.

– ¿Cuál es tu nombre? – pregunta la voz dulce.

– Connie –balbuceo– ¿Y el tuyo?

– Celeste, para servirte. – alza la mano mientras me ve de pies a cabeza como una típica mujer borracha llena de rencor y resentimientos –

Estábamos en la playa, en la fiesta, mientras bailaba como una mocosa adolescente de 13 años gritando como loca, y arrepintiéndome por cada maldito día de mi vida como yo misma.

Después todo se puso borroso, me caí de lo borracha que estaba y después me desmayé. Quedando tirada en aquella playa llena de gente alborotada que probablemente pudo satisfacerse conmigo, pero no fue así, solo pude sentir que alguien me levantaba y gritaba mi nombre al tiempo que me daba palmadas en la cara, pero todo a mi alrededor ya era parte de la obscuridad.

Lo fastidioso de tener que enfrentarme a la realidad es tener que enfrentarme a la realidad, como evitarla si prácticamente es lo que vivimos a diario quiero tratar de encerrarme en mi gran burbuja llena de mundos fantasiosos en el que yo soy feliz, pero se había acabado.

Mi burbuja llena de mundos aburridos en la que finjo ser feliz se había acabado.

–Connie

Siento una bofetada

–Connie despierta

La bofetada no duele hasta que....

Abro los ojos y me reciben con una bofetada.

– Pero que rayos te pasa – termino de reaccionar– ¿Quién rayos eres?

– Por fin, llevo toda la maldita noche tratando de que despiertes, te tuve que traer a mi departamento porque estabas inconsciente en la playa y maldita sea espero no me cueste el trabajo.

– ¿Quién eres? – enarco una ceja

–Celeste ya nos habíamos presentado.

– pero ¡Que rayos! Me duele la cabeza

–Como no, si parecías una colegiala hija de papi convirtiéndose en una verdadera zorra.

– Que te pasa – exclamo enojada

– Vamos tómate esto.

Me brinda un vaso de agua y una pastilla para la resaca.

–Gracias – la veo a los ojos–

– ¿Y por qué esa forma excesiva de tomar?

–Problemas.

– ¿En tu casa?

–En mi corazón – respondo mientras agacho la cabeza. –

–Vamos duerme mañana será un mejor día, no te preocupes no te hare daño mañana te podrás marchar y ¡Taran! nunca nos conocimos.

La vida con otros ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora