Capítulo 9

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Me quede pensando en lo que decía Eidan, y si tiene razón, a veces hay que saber valorar cada momento que pasamos, porque nunca se sabe cuándo vamos a dejar de disfrutar las cosas, a veces tener tanto rencor en nosotros no nos deja disfrutar el momento, no nos deja vivir en paz, simplemente tenemos que ser felices sea solos o acompañados, pero ser felices, a veces la felicidad tiene muchos obstáculos pero hay que saber luchar por ella, porque al final siempre tiene una buena recompensa.

-Eidan, sabes algo.

-Dime

-Estoy disfrutando el momento.

-Me alegra saber que la vida te está dando esa oportunidad por fin pudiste esquivar uno de esos obstáculos, sabes la vida está a punto de recompensarte, se feliz que hay un privilegio de eso.

- ¿Cuál es?

-Que es gratis- Comenzamos a reírnos, y después todos los del avión nos empezaron a pedir silencio entonces grite.

-LA FELICIDAD ES GRATIS.

-Acaso estás loco, cállate y siéntate.

-Sabes que lo hice por molestar.

-Sí, pero pensaran que estamos locos.

-Pues que lo piensen, ser loco es ser feliz.

Era hora de bajar del avión, nos dirigimos hacia el Hotel y nos encontramos con un tipo tan simpático se llama Richard, es un joven de 17 años, me agrado, fui a la recepción para registrarnos y que me dieran las llaves de las habitaciones, y nos dimos cuenta de que hubo un pequeño inconveniente, ese hotel era muy reservado, y solo tenían una suite disponible, estaba muy nervioso, pero se lo tuve que decir a Connie.

-Oh sorpresa Connie.

- ¿Cuál es?

-Solo hay una habitación disponible. – Carajo-

- ¿Qué es enserio? – dije alterada.

-Sí, y es el único hotel confiable que conozco.

- ¿Seguro? - Era eso o dormir en un auto alquilado tal vez, o claro mientras frunzo el ceño comienzo a pensar que no hay otra alternativa, no creo que dormir en un parque o vaya en la arena sea parte del plan, así que termino aceptando todo mientras el parece simplemente tranquilo pero angustiado de mi opinión.

-Si

-Pues ni modo, no hay de otra -en tono decepcionante-

-No te preocupes yo duermo en el baño si quieres – dije sarcásticamente para romper el momento incómodo.

-No seas ridículo.

Pedí la habitación, subimos a acomodar nuestras cosas y a cambiarnos porque ya le tenía lista la locura a Connie, pedimos un taxi, y antes de que llegara Connie le dije al taxista que me llevara a la Quebrada, pero que no dijera nada a la persona que iba conmigo.

La Quebrada en Acapulco es donde puedes saltar desde un precipicio hacia las aguas del océano y por lo general es más visitada por clavadistas profesionales o algo así.

-Discreción por favor.

-No se preocupe -dijo el señor del taxi.

Subimos al taxi y entonces viene el interrogatorio otra vez.

- ¿A dónde vamos?

-No te diré.

- ¿A dónde vamos señor?

-Tampoco te dirá le di ordenes de que no te dijera.

Bien Connie, piensa completamente como una dama, sin groserías y sin alguna otra desfachatez en tu mente, Eidan es un caballero, disfruta del momento, aguántate las ganas de golpear su maldita cara.

La vida con otros ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora