Capítulo 16

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Ya estaba listo para la cena, aunque en verdad no sé lo que me está pasando, no sé lo que estoy sintiendo, no quiero salir lastimado yo sé perfectamente que ella está comprometida no soy el tipo de persona que se mete en una relación, además llevan tiempo como novios incluso falta poco para su boda, no podría impedirla o confundir a Connie con mis sentimientos hacia ella, algún día, tal vez cuando ella este casada y tenga una familia, le contare que estuve sintiendo algo por ella.

Me fui a tomar un taxi, fuera de mi casa siempre pasaba como a estas horas un taxi el cual lo tomaba muy seguido para ir a visitar a Edward y pasar a dejar a Happy para que cuide de ella un momento junto a su familia. Me alegraba mucho por él. Le pedí que pasara por una esquina para poder comprar unas rosas, al llegar ahí le pedí a la señora Martha que me diera las flores más frescas y hermosas que hoy haya cortado, en efecto ella sabía que eran para una persona especial.

-Que paso muchachito por fin ¿te llego el amor?

-No Martha, lo que pasa es que una gran amiga me invito a cenar.

-Amiga, si, así se empieza.

-Le aseguro que no es nada de lo que usted imagina

-Sí, yo no me equivoco muchacho, ojalá que sea la indicada, cuídate.

-Gracias.

Al llegar a casa de Edward le pedí que cuidara de Happy, él ya se podía imaginar a donde iba con ese ramo de rosas rojas. El acepto, subí al taxi y me dirigí hacia el punto acordado, al departamento de Connie. Llegué, muy nervioso toque a su puerta me puse el ramo de rosas en frente de mi rostro.

-Wow, muchas gracias Eidan.

-De nada creo que no era un mal detalle para una amiga tan querida.

-Gracias, las pondré en agua.

-Bueno señorita, ¿Que me ha preparado el día de hoy?

-Bueno, mi especialidad.

-y ¿Cuál es esa señorita cocinera?

-Bueno como sabía que era algo muy especial, hice un platillo muy especial, solo que hay un pequeño problema.

- ¿Cuál es?

-Bueno debido a que para nada se cocinar -comencé a reír- compré una pizza y un poco de vino para hacer de este momento un poco más elegante.

--no pude evitar reírme- Vaya que es la cena más loca que he tenido.

-Bueno lo que pasa es que no sé cocinar tan bien como tú lo haces.

-Pero puedes aprender.

-A veces no hay tiempo para eso.

-A veces si lo hay.

-Bueno pondré un poco de música para comenzar a cenar te parece.

Era la canción Bluestone Alley.

E: Melodía para mis oídos y me podía dar cuenta de que ella no había olvidado nuestra primera cena si le podemos llamar así, era como sentir que el duende pequeño me daba un regalo adelantado de navidad.

-Sabes desde que escuche esa canción no he podido parar de escucharla, me hace sentir especial, me hace sentirme querida, solo cierro mis ojos y apareces tú, tu tocándola para mí -se quedó callada, no podía creer que lo acaba de decir ¡Que vergüenza! - perdón no debí contarte esto.

-No te disculpes, para mí es algo muy hermoso lo que me dices, que bueno que te gusto sabes ¿Por qué?

- ¿Por qué?

-Mi tía fue la que me enseño esa canción, cuando ella murió me dijo que, si algún día volviera a tocar esa canción en público, lo hiciera solo para una persona, para una persona especial, si no, no habría valido la pena que la escucharan, porque no muchas personas valoran el sonido de las teclas, y ahora puedo entender que no me equivoque contigo, supiste valorarme, valorar lo que hago, y eso me hace tan feliz -Hubo un silencio, y sentía como mi corazón cobraba vida y quería salir corriendo, gritando de felicidad porque había vuelto sentir eso que hace mucho tiempo no sentía.

-Eidan, sabes que, a ti, desde el primer día que me salvaste de mi estupidez, lo único que he hecho todo este tiempo es valorarte, admirarte, y eso nadie lo va a cambiar entiéndelo -Lo tome del rostro.

-Qué bueno que esas palabras vienen de ti. Sabes tengo que decirte algo muy importante -Tome sus manos, cuando las tome pude sentir un anillo, en ese momento todo se derrumbó en mí, mis ilusiones, TODO- perdón, no me siento bien tengo que irme.

Sabía de qué se trataba todo esto, ella tenía puesto un anillo un anillo de compromiso, el anillo que tanto temía sentir, ¿por qué ahora? ¿porque hoy? Cuando me había animado a confesarle mis sentimientos, no era lo correcto, lo correcto era olvidarme de mi tontería y cumplir la promesa que le hice a Connie, solo quedan 19 días, después a olvidarme de ella, a sufrir por ella, no puedo creer que haya sentido algo por alguien que ya estaba comprometida. El peor de mis errores, el peor de todos, sabía que no la podía tener conmigo, sin embargo, me estaba enamorando poco a poco de su dulzura, poco a poco mi mundo se hacía feliz a lado de ella, pero tenía que ser fuerte, tenía que seguir, mi mundo no se podía derrumbar tan fácil, no ahora, no cuando ya había salido de esto antes, no cuando disfrutaba de estar a su lado, me olvide eso, y solo le dije.

-Connie, no me siento bien, lo lamento tanto, créeme tú no eres responsable de nada -una lagrima salió de mi ojo-.

- ¿Que te pas..

-No, perdón, perdón tengo que irme discúlpame.

- ¿Estás bien?

- ¡NO! digo sí, perdóname adiós.

-Déjame acompañarte siquiera.

- ¡NOOO!, déjame, perdón

***

Sabia que el momento en que el sintió mi mano, era lo responsable, no entendía porque había reaccionado así, sin embargo, sabía que era una mala idea ponerme el anillo.

- Eidan te quiero demasiado, pero no lo suficiente como para dejar a León, no lo hare jamás, lo lamento tanto - Me dije a mi misma en medio de toda aquella soledad y silencio.

Llore, llore toda la noche, ni siquiera comimos. Llore como una novia abandonada en el altar, como una novia engañada, llore como nunca había llorado.

***

Yo no llorare. Una vez me paso esto, no lo haré de nuevo, no por ella. Fue mi culpa, no de ella, por eso es por lo que seguiré con mi promesa. Llegue a mi casa sin Happy, dormí derrotado, con el corazón en trisas, sabía que al día siguiente estaría mejor, ya lo hice una vez, lo podre hacer de nuevo.

La noche que debía de ser hermosa no lo era, no lo era, no hoy...

La vida con otros ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora