La vida con otros ojos.

Capítulo 18

Hora: 6:15 pm

Tomé a Happy, le puse un tutú de color rosa, en su collar le puse una nota con una sola palabra. Le dije a Happy que de ella dependía un poco de mi vida, porque mi vida ahora dependía de cumplir esa promesa que le hice a la mujer más loca y terca de todo el mundo, pero también le hice una promesa a la misma mujer, pero esta tenía otra parte, una parte dulce y divertida, no tenía la menor idea de cómo iba a reaccionar ella, así que solo le dije a Happy.

–Querida de ti depende mi perdón, de ti depende que ella me disculpe espero que llegues al departamento indicado y no traigas a otro loco con el que me tenga que comprometer otros 30 días, ya sabes dónde queda su departamento y si no es así yo sé que sabrás reconocer ese olor tan peculiar de ella. Vamos campeona, Llevémonos el trofeo, el trofeo del perdón.

***

Estaba un poco desconcertada, me sentía en un silencio absoluto, tan llena de poca energía, tenía un extraño desasosiego, algo en mí no estaba bien me sentía como la peor mujer del mundo como si hubiera cometido el peor dislate de todos.

De pronto algo llego a mi puerta, no tenía ganas de abrir pensaba que León habría enviado otro tonto regalo, no tenía ganas de sentirme mal y terminar ahogándome en mi propia pena, pero después lo que parecían golpes en la puerta se convirtieron en aruñadas, sentía un poco de miedo, como en una película de terror, en la que los actores abren la puerta y se encuentran con un demonio o algo sobrenatural del otro lado de la puerta, tengo tanta imaginación. Abrí la puerta, era una perrita con un tutú, de las peores ideas que me pudieron pasar por la mente, nunca, ninguna de ellas, venia involucrado un perro con tutú, pero no era una simple canina con tutú, era Happy, la perrita de Eidan, mi corazón comenzó a latir como loco, algo un poco peor que ver un fantasma en mi puerta.

Note que en el collar de Happy había una notita con un pequeño listón rosado como si fuera una de esas notas que llevan los mensajeros reales hacia su rey.

Me sentí como en esas épocas en las que ''las Palomas enviaban mensajes''.

Pero esta vez era distinto, un canino era el que me traía el mensaje. Tome la pequeña nota de su collar, la abrí y había solo una palabra, una palabra con la cual mi corazón latía aún más rápido como si le fueran a salir pies y se saliera de mi cuerpo huyendo, la nota decía *BAJA*, inhale aire, tome a Happy y juntas bajamos por el elevador, me estaba preparando mentalmente porque para conocer muy poco a Eidan sabía que era capaz de cualquier locura con tal de arreglar un pequeño error. No era culpa de él, ni de nadie, fue simplemente una decisión que decidí tomar, y creo que, si él es suficientemente caballero, lo entenderá.

Cuando baje, fue un tanto lindo, pero no como el de una pareja de enamorados, él estaba ahí parado, con un ramo de rosas enorme, inimaginable, y una caja mediana. Hasta este momento ya les temía mucho a las cajas medianas.

–Hola.

–Hola– le dije muy nerviosa y sorprendida de lo que él estaba haciendo. – ¿Por qué haces esto? ¿Por qué por mí?

–Porque yo fui el que se equivocó, yo sé que no debí.

–No te preocupes, ya ni me acuerdo de lo que paso.

–No seas amable, cuando yo no lo fui contigo. Toma. Ábrela.

Eidan me dio la caja, abrí la caja y en ese momento salió de ella un globo rojo, en él había una tarjeta, estaba dentro del globo, dentro de la caja había una aguja y una tarjeta aparte, abrí la tarjeta, decía: Si te sientes segura, revienta el globo. Tomé la aguja y revente el globo, en ese momento me di cuenta de que no era solo una tarjeta la que estaba dentro del globo, solo que estaban enumeradas como la tarjeta 1 y la tarjeta 2, Eidan me dijo.