Capítulo 12

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Día 8

Le pedí al taxi que me llevara a mi casa, estaba tan preocupado por ella, espero que su prometido no la haya cachado. Aunque ella no debió de mentirle si eso fue lo que hizo, ella le debió de haber contado sobre mí y sobre lo que sucedió hace 8 días, se nota que en su relación no hay confianza, y el amor y la desconfianza no son ni siquiera parientes ni siquiera son iguales, oh hay amor o hay desconfianza. Se nota como ella quiere sentir que lo ama cuando en realidad no es así por más que ella luche no es así, su vida esta tan cegada.

Al llegar a mi casa, desempaque, tome un baño, y en eso la puerta sonó, le grite que me diera un momento; me puse ropa y abrí la puerta era Edward.

-Hermano, me da gusto verte mi cieguito, Happy preciosa. -La besa-

-Y ¿a qué se debe el honor?

-Pues es que la verdad, te extrañe. -En tono burlesco-

-Ya tonto, dime qué quieres, mira dinero no tengo y olvídate de los $500.

-No, si no te vengo a pedir dinero.

Puntos suspensivos y signos de interrogación es lo que está en mi mente.

-Entonces a que vienes, mira si solo vienes a molestar será mejor que te vayas, no hice nada con Connie no te preocupes tu mente cochambrosa no tendrá noticias.

-Pues si tampoco vine para que me contaras tus aventuras con Connie.

-Entonces a que vienes, sabes estoy muy cansado.

-Solo venía a decirte, que gracias.

- ¿Por qué? - Sorprendido, cuando escuchas unas gracias de Edward ¿? -

-Me llamo la agente de policía.

- ¿Que paso?

-Es mi familia Eidan.

- ¿Les ha pasado algo?

-Al contrario, las encontré, vienen a Guadalajara hoy; sabes lo que eso me hace sentir, es algo que tengo aquí en el corazón, con ganas de gritarlo y compartirlo al mundo completo, y sabes todo gracias a ti, a ti Eidan, a ti.

Punto para Eidan, has hecho otra más de esas labores en las que te ganas una medalla o solamente te sientes orgulloso por las hermosas cosas que les haces a las demás personas las cuales sigues esperando a que se te regresen.

-De verdad, me alegra mucho saber eso, por fin podre hablar con tu esposa, por fin le podre preguntar ¿Qué fue lo que miro en ti? -burlándose-

-Ya no seas payaso, alégrate, soy el hombre más feliz, no sabes voy a ser el hombre más feliz, voy a poder ver a mis pequeñas Eidan a mis pequeñas, mis niñas, mis tesoros, y a mi esposa, la reyna de mi vida.

-Qué bueno que aprendes a valorar a tu familia y recuérdalo siempre, las recompensas son por una razón.

-Sí, ya nunca volveré a cometer el error de perderlas, nunca, eso te lo prometo. No me daré el lujo de volver a perder la segunda parte de mi corazón ellas son mi vida, cuando las perdí mi mundo se derrumbó, mi mundo se hizo basura, llore días y días pensando en ellas, pensando en cómo se iban de la casa y me dejaban, pensando que ya jamás las recuperaría, yo ya no miraba mi futuro sin ellas, era algo muy triste, pero ahora, Eidan ellas vienen a mí, me perdonaron y eso es lo más precioso que me han hecho en la vida, y no las volveré a perder nunca, porque como tú dices mi querido amigo, de los errores se aprende, a esas 3 mujeres las voy a amar demasiado, les daré ese amor que tengo atorado en el alma, ese amor que sigue guardado para ellas, el amor de padre y de esposo. Sí, errar es de humanos, pero si no luchas por el perdón de ese error en realidad no habría valido la pena, pero ahora sí, mi recompensa ha llegado, la vida te va a recompensar, Gracias Eidan, Gracias de verdad.

La vida con otros ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora